Terminamos aquí nuestro recorrido por los lugares más míticos del cicloturismo mundial, esas ideas para vacaciones ciclistas que te estamos dando para que puedas disfrutar, cuando quieras, de la sensación de recorrer auténtica historia de nuestro deporte. Ya lo sabes...buena ruta.
- Col d´Allos. Seguramente Allos no sea el puerto más conocido de los Alpes. Ni siquiera ha sido ascendido en demasiadas ocasiones por el Tour de Francia, y es uno de los grandes olvidados de la carrera en los últimos años. Pero allí se produjo un hecho fundamental en la historia del ciclismo, nada menos que la caída de la mayor máquina de ganar, del mayor emperador, dictador, caníbal que jamás se haya dedicado a deporte alguno. Porque Allos fue la tumba de Merckx en 1975, aunque pasara el primero por su cima, aunque hiciera un descenso pavoroso por sus curvas y barrancos, aunque, en realidad, pareciera, en aquel preciso momento, que estaba sentenciando la prueba. Allos fue su cima, y luego, en Para Loup, una subida pequeñita, una subida sin entidad, dobló la rodilla de forma definitiva. Y ta nada fue igual, porque nada es igual cuando se produce una revolución y el tirano cae. Y fue allí, en Allos. Cómo no visitarlo...
- Aubisque. El Col de Aubisque. El último puerto de la etapa más dura, de la aventura más audaz, de la historia de este deporte. Cuando en 1910 un puñado de pioneros, de deportistas mal preparados, mal vestidos, con máquinas pesadas y entrenamiento insuficiente, se lanzan a conquistar los puertos Pirenaicos en una Luchon-Bayona que es, hoy, sinónimo de leyenda absoluta. Y allí, al final, el Aubisque, con sus lazos, con su Circo de Littor, con su pequeño Lafourcade pasando destacado por la cima, quién es ese, un pequeño pastor de las cercanías, y los buenos, ¿dónde están los buenos?, los buenos vienen atrás, muy atrás. El Aubisque, donde Octave Lapize, futuro héroe de guerra francés durante la Gran Guerra, se baja de su bicicleta, se acerca al representante de la organización, y le dice unas palabras que pasan a la historia: Asesinos. Son ustedes unos asesinos. Ese Aubisque. Puerto duro, precioso, espectacular, escénico. Uno de esos que no te puedes perder.
- Col d´Izoard. Y acabamos nuestro decálogo con uno de los puertos imprescindibles en la épica del Tour y el giro de Italia. El Izoard. El puerto que hizo grande a Bartali, que perfeccionó Coppi, que amó Bobet. El de la Casse Deserte, el de las escaladas conjuntas de los dos ases italianos, el de los transalpinos barriendo la carretera para que sus ídolos no pinchasen, por favor, que no pinchen. El de 1948, con Gino Bartali evitando una guerra civil en el país de la bota gracias a su buen hacer entre la niebla, entre la nieve y el hielo, con Robic enloquecido, con el resto de los ciclistas entrando en los coches aparcados en las cunetas para entrar en calor. Un paisaje lunar, un puerto diferente, intenso y emotivo, alto y duro, pero, sobre todo, áspero. Esas rocas con forma de personas, amarillas, saliendo directamente de las tripas de la tierra. Ese Izoard. Uno de los lugares más legendarios del ciclismo...