Vivimos en un mundo sin justicia, valores ni principios, donde el fuerte se impone al débil y en el que las riquezas están injustamente repartidas. Es un mundo sin grandeza, que ha perdido la decencia, la humanidad y la capacidad de amar. Los culpables son muchos, pero nadie lo es tanto como los políticos, que lo han emponzoñado con su pésimo ejemplo, sus traiciones y falsedades. Pero no todos los políticos son igualmente culpables. Los peores, los que no tienen perdón son aquellos que han trastocado los valores y han convertido en "santos" y en "modelos", para que los jóvenes los imiten y sigan su estela, a canallas, bestias y verdaderos asesinos en serie. De hecho, algunos de los personajes mas admirados y con mayor influencia en el siglo XX resultaron ser asesinos brutales, verdaderas bestias repugnantes. ---
Vladimir Ilich Lenin, gran líder del comunismo mundial, justificaba el asesinato y el exterminio masivo porque en todo lo que se refiere a la revolución, "el fin justifica los medios". Otro líder mundial, el argentino-cubano Ernesto "Che" Guevara, disfrutaba ejecutando a los enemigos de la revolución y él mismo participaba en pelotones de fusilamiento castristas porque le gustaba matar. Los otros dos mayores héroes del comunismo, Stalin y Mao, han pasado a la Historia como los peores asesinos de todos los tiempos. Adolf Hitler, el loco alemán que sembró Europa de cadáveres, sigue siendo admirado y adorado por millones de tipos repugnantes.
Todos ellos fueron elevados hasta el culmen de la admiración y convertidos en modelos por políticos irresponsables que probablemente no eran conscientes de que la filosofía que esos líderes representaban, que justificaba el abuso de poder y hasta el exterminio masivo en aras de unas revoluciones que casi siempre terminaban siendo mas crueles y sanguinarias que los regímenes a los que pretendían sustituir, estaban envenenando el mundo y conduciéndolo hasta la deshumanización, la injusticia, la degradación y la crueldad.
La conversión de canallas y asesinos en héroes admirados ha pervertido y envilecido a la Humanidad, haciendo retroceder centurias la civilización.
De todas las frases pronunciadas por Lenin, quizás la mas cruel y dañina sea "No hay moral en la política, sólo hay conveniencia. Un sinvergüenza puede sernos de utilidad porque es un sinvergüenza". Desde entonces, cientos de miles de sinvergüenzas fueron reclutados para la política y millones de leninistas y políticos de todos los colores e ideologías anteponen el fin a los medios y se comportan como si todo fuera lícito en política, con tal de "ganar".
Los "discipulos" del totalitarismo leninista surgieron por la izquierda y por la derecha. Un ejemplo fue el de aquellos políticos españoles de la Transición que acuñaron lo de "Al enemigo ni agua" y "En política vale todo". Otro fue Juan Domingo Perón, dictador argentino, que afirmó "La violencia en manos del pueblo no es violencia; es Justicia". No es menos totalitario y bastardo ponerle una pegatina roja a un niño de 5 años, en una escuela de Cataluña, por hablar en español y no en catalán, en el patio de recreo.
Aunque los peores y mas dañinos líderes de la Historia hayan pertenecido, directa o indirectamente, a la "Izquierda", la derecha no ha sido mejor que la izquierda y ha contribuido generosamente a llenar la Historia de suciedad y podredumbre. La derecha casi siempre ha gobernado el mundo creyendo que el Estado le pertenece y que el poder es un derecho de sangre, con arrogancia, con desprecio al pobre y al débil, imitando muchas veces a la peor izquierda en totalitarismo y sintiéndose acomplejada ante la enorme eficacia de la propaganda izquierdista. La derecha, por desgracia para la civilización, jamás ha representado una alternativa real y democrática al autoritarismo y totalitarismo, ni siquiera ha intentado ser alternativa política mas humana, mas ética, menos cruel y menos violenta.
En respuesta a la popularidad completamente inmerecida del "Che" entre los jóvenes anti-sistema en el Reino Unido y en todo el mundo, muchas organizaciones han comenzado a poner carteles con ciertas citas del guerrillero, titulados: “¿Quién dijo esto: el "Che" o Hitler?” Invariablemente, todas las citas, seleccionadas por su brutalidad, eran de Guevara.
Una de las mas brutales es la siguiente: “Para enviar hombres al pelotón de fusilamiento, la prueba judicial es innecesaria. Estos procedimientos son un detalle burgués arcaico. ¡Esta es una revolución! Y un revolucionario debe convertirse en una fría máquina de matar motivado por odio puro.” Pero la mas triste y degradante quizás sea la que escribió en una carta a su padre: “Tengo que confesarte, papá, que en ese momento descubrí que realmente me gusta matar.”
Imprimir millones de camisetas con la imagen del "Che" y convertir a un ser de tanta bajeza moral en un héroe mundial, capaz de cautivar a millones de jóvenes, solo demuestra la brutalidad y la maldad intrínseca de los líderes y estrategas políticos que lo hicieron posible y la imbecilidad de un pueblo que acepta como modelos a piltrafas y guiñapos.
Los resultados de haber idolatrado a bestias y asesinos están a la vista: el mundo que habitamos al iniciarse el siglo XXI es un mundo sin grandeza ni altura, desarmado, un mundo éticamente, arrasado por la corrupción, gobernado por políticos que no son capaces de despertar ni admiración ni respeto entre sus ciudadanos, básicamente injusto, en el que los pobres y débiles son aplastados y en el que los ricos, dueños de casi todos los recursos del planeta, tienen las mayores ventajas.
Ese mundo, amenazado constantemente por la violencia y la guerra, se siente huérfano y desolado porque sus líderes, conscientes de que es mas fácil gobernar sobre imbéciles que sobre gente culta y pensante, han educado a las masas para que sean mas borregos que librepensadores y mas esclavos que adalides.
La gente, sin referentes éticos y sin nadie a quien admirar, embrutecida por la mentira que emana de los palacios de gobierno y de los grandes medios de comunicación, acostumbrada también a vivir rodeada de canallas con mucho poder, está transformándose, poco a poco, en una masa de resentidos sin esperanza que cada día odian mas a los poderosos que mandan y disfrutan privilegios.
Revista Opinión
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