Por no hablar de lo tiesas que se las está teniendo con los poderosos medios de comunicación norteamericanos a propósito de sus peligrosas amistades y conchabeos rusos que, aunque muy difícil, no es imposible que terminen en un impeachment si se llegara a probar que ha obstaculizado la acción de la justicia. En otras palabras, el sistema norteamericano de contrapoderes está funcionando hasta el momento e impidiendo que este energúmeno se maneje como realmente le gustaría, a empellones y de la manera más grosera como puso de manifiesto la semana pasada en la cumbre del G7.
“El sistema de contrapoderes está impidiendo que este energúmeno se maneje a empellones”Lo que esos contrapoderes no pueden evitar es que, usando sus amplias atribuciones presidenciales, el vociferante magnate de los Estados Unidos haya decidido hacerle un soberano corte de mangas a un problema global que no sólo atañe a su país, sino a todo el planeta: el cambio climático. Su abandono de los acuerdos de París contra el calentamiento global y sus gravísimas consecuencias para millones de personas es la manifestación más genuina de la taruguez mental e intelectual y del egoísmo sin límites de este tipo. Pareciera como si Estados Unidos estuviera en la Galaxia de Andrómeda y los estadounidenses no fueran terrícolas como el resto y no estuvieran igual que el resto expuestos en mayor o menor medida a las consecuencias del cambio climático
Es cierto que los compromisos adquiridos a finales de 2015 en la capital francesa después de arduas negociaciones y que han sido ya ratificados por cerca de 150 países, no son la panacea y en muchos aspectos resultan incluso insuficientes. Son, sin embargo, la única herramienta de la que disponemos en estos momentos para cuando menos frenar el avance del problema y paliar sus efectos apostando por las energías limpias. Tengo la sensación de que esa herramienta se va a ir a hacer puñetas más pronto que tarde por cuanto, si la desprecia la que es al mismo tiempo la primera potencia y el segundo país más contaminante del mundo, lo que cabe esperar es que otros países mucho menos ricos que Estados Unidos sigan sus pasos o se relajen en el cumplimiento de los acuerdos.
El efecto dominó parece servido por más que chinos, alemanes o franceses hayan salido a coro a recriminarle al yanqui su falta de solidaridad y de sentido de la responsabilidad para con el presente y el futuro del planeta. Bien es verdad que no están muchos de estos países que afean la marcha de Estados Unidos para presumir demasiados de sus esfuerzos contra el cambio climático, aunque al menos mantienen los compromisos y dicen querer cumplirlos. No obstante, no hay que descartar que en parte esta malhumorada aunque justa reacción esté relacionada con la profunda decepción que ha dejado el presidente norteamericano a su reciente paso por Europa y sus filípicas a tumba abierta sobre el gasto en defensa de los europeos.“El Acuerdo de París se irá a hacer puñetas si hay efecto dominó y se van otros países”
Por cierto que el presidente español también acaba de reaccionar con un tuit a la salida de Estados Unidos de los acuerdos de París. En su ya conocido estilo minimalista y muchas horas después de que se pronunciaran otros líderes europeos como Merkel o Macron, Rajoy dice textualmente que “España mantiene su compromiso con el Acuerdo de Parías. EU (Unión Europea) seguirá liderando la lucha contra el cambio climático en la dirección correcta”. Lo cual equivale exactamente a sortear el marrón sin mojarte ni un pelo de la barba y sin romper de verdad una lanza a favor de una lucha que debería estar por encima de cálculos políticos. Se desconoce si esta es la opinión de Rajoy o la de su famoso primo aunque, dicho lo cual, descansó de tanto esfuerzo intelectual.