* Parte de un armario básico: vete invirtiendo en prendas clásicas que no pasen de moda y que sean de calidad: una buena blazer, un traje, una falda lápiz, una camisa blanca... Con ellos y algún complemento bien escogido (un bolso bueno, un pañuelo de seda) siempre estarás estupenda.
* Confía en el mix and match. Puedes llevar una blusa estampada si la compensas con un pantalón más sobrio, o una falda con dibujos para llevarla con jersey negro y botas altas (uno de mis looks favoritos del invierno). En general, algo neutro con algo atrevido siempre funciona bien.
* Lleva tacones cómodos, o incluso calzado masculino como slippers, mocasines o zapatos tipo oxford, pero entonces, enseña tobillo.
* Aprende a sumar capas de ropa sin restar estilo. Cada vestido y cada falda quedan bien con un tipo de chaqueta o abrigo, prueba hasta que encuentres la combinación perfecta. Y si ves que tu look tiene demasiado volumen ¡añade un cinturón!
* Mezcla prints. Arriésgate de vez en cuando para no aburrirte de llevar siempre lo mismo.
* Invierte en un bolso fabuloso para llevar al trabajo.
* No muestres demasiado. Ni la falda muy corta, ni tirantes son lo más acertado en una oficina, aunque no haya código de vestimenta.
* Haz del denim algo sofisticado para llevarlo también al trabajo, y no solo los casual fridays.
Por supuesto, mantén tu estilo y tu personalidad en la forma en que te vistes. Elige ropa que te favorezca, no se trata de llevar siempre lo mismo.
Fotos: Style du monde.
