La arquitectura porteña se define por la convivencia de contrastes, la fusión entre lo moderno, lo clásico y lo vanguardista. Mientras Puerto Madero sorprende con estilo y dinamismo a través del talento de César Pelli, el Cabildo se alza como un referente de la arquitectura colonial y el Kavanagh no permite olvidar que Sudamérica también fue referente del racionalismo. Diferentes estilos e ideologías que conviven en un paisaje urbano con marcados límites naturales, pero sin lugar a las barreras creativas.
El Congreso de la Nación, la inmensidad hecha arquitectura
Coronando el paseo comercial que propone la Av. Rivadavia surge en el cielo una de las cúpulas más grandes de la ciudad, aquella que realza el talento detallista del arquitecto Víctor Meano. Inspirados en la trama urbana de ciudades como Londres y París, se ubicó al Congreso en un extremo de la Av. de Mayo, en un recorrido que remata con la presencia de otro edificio de gran valor simbólico: la Casa de Gobierno.
La Biblioteca Nacional, una mirada al modernismo
Clorindo Testa se hace eco de la ideología de los grandes maestros del movimiento moderno, como Le Corbusier, Mies Van de Rohe y Frank Wright. Manifiesta las premisas de esta nueva arquitectura en edificios como la Biblioteca Nacional y el Ex Banco de Londres (actual Banco Hipotecario). Un gran bloque suspendido de hormigón expone los primeros avances de la ciudad en materia de arquitectura brutalista. La elección de Testa de utilizar hormigón armado deja al descubierto la estructura, haciendo que ésta y la fachada se vuelvan una.
El Cabildo, rescatando la esencia del periodo colonial
Pese a sus sucesivas modificaciones el Cabildo de Buenos Aires continúa siendo sinónimo de historia y origen. Los rasgos de la arquitectura colonial se mantienen presentes, y su acabado de color blanco lo destaca en un paisaje urbano que resume en pocas cuadras lo mejor del estilo académico. En el interior del edificio se encuentra hoy el Museo Nacional del Cabildo y la Revolución de Mayo, donde se exhiben piezas y cuadros que conmemoran al antiguo ayuntamiento de la ciudad.
Banco de la Nación, el lado monumental de Buenos Aires
Para comprender por qué Alejandro Bustillo diseñó una de las obras eclécticas más importantes de la ciudad es necesario entender el concepto bancario que se manejaba en la época: la arquitectura bancaria era el sitio de protección y guardado de dinero, y debía representar trayectoria, confianza y sobre todo solidez. En base a estos parámetros Alejandro Bustillo toma elementos de la arquitectura clásica y los lleva a la escala monumental, con un dominio de la escala y las proporciones que sorprendió al mundo entero.
El Kavanagh, racionalismo puro
El Kavanagh continúa siendo un símbolo de Buenos Aires, aún setenta años después de hacer sido construido. Los arquitectos Gregorio Sánchez y Luis María de la Torre tomaron como inspiración la disposición programática y el diseño de las embarcaciones, una peculiar musa de inspiración que habla de influencia del mundo industrializado en la arquitectura. Existen mitos y leyendas en torno a su creación, una de las más famosas cuenta que Corina Kavanagh, quien le encargó la construcción a los arquitectos, lo hizo con la intención de ensombrecer la Iglesia del Santísimo Sacramento. La mujer, que pertenecía a una de las familias más adineradas de la ciudad, estaba resentida con la familia Anchorena, quienes habían mandado construir la iglesia como sepulcro familiar. El enojo de la mujer se había producido porque la familia había negado un romance entre una de sus hijas y un heredero directo del legado Anchorena. Llama la atención como una acción de resentimiento y desamor puede dar como resultado uno de los exponentes arquitectónicos más aclamados de la ciudad.