Revista Salud y Bienestar
Los médicos de familia discuten cómo mejorar la salud de los que viven en asentamientos chabolistas
Por Fat
La actual crisis económica golpea a las sociedades desarrolladas favoreciendo situaciones de vulnerabilidad y aumentando el riesgo de exclusión social en ciertos sectores de la población. Es el caso de las personas mayores, las discapacitadas, los pacientes crónicos, los inmigrantes, las minorías étnicas, los sin techo, los ex reclusos, las víctimas de la violencia doméstica o los parados de larga duración. Identificar estas situaciones de riesgo y promover la participación social son tareas esenciales del médico de familia. Por ese motivo, La exclusión social, un problema en alza es uno de los contenidos protagonistas de las Jornadas de Actualización de Medicina de Familia que hoy y mañana tienen lugar en Bilbao.
El doctor José Zarco, director científico de estas sesiones, advierte que cada vez es más frecuente la existencia de asentamientos chabolistas en los alrededores de las grandes ciudades. "En estas zonas marginales coinciden la exclusión y la pobreza provocando un aumento de las desigualdades sociales, lo que repercute directamente en la salud de las personas y origina grandes diferencias en relación no sólo a una peor calidad de vida, sino a una esperanza de vida que se puede ver drásticamente disminuida", asegura este médico de familia que trabaja en Madrid con personas en situación de exclusión. Además, contará la experiencia que han supuesto las intervenciones comunitarias realizadas en el Distrito de Villa de Vallecas de Madrid , así como, la labor desarrollada por un equipo pionero en este terreno: el Equipo de Intervención en Población Excluida (EIPE), formado por una médico de familia, un enfermero y un conductor.
Estas jornadas, a las que acuden más de 400 profesionales de Atención Primaria, están organizadas por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y la Sociedad Vasca de Medicina de Familia y Comunitaria (OSATZEN), con la participación de la Sociedad Aragonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (SAMFYC), la Sociedad Navarra de Medicina de Familia y Atención Primaria (SNaMFAP), la Sociedad Riojana de Medicina de Familia y Comunitaria (srmFYC), la Sociedad Cántabra de Medicina de Familia y Comunitaria (SCMFYC) y la Sociedad Castellano-Leonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (socalemFYC), junto con la colaboración del Instituto de Formación Novartis. Para el presidente de semFYC, el doctor Josep Basora, "la inquietud por dar respuesta a las nuevas necesidades, que requieren de nuevas habilidades, y al día a día de la consulta en la Medicina de Familia ha consolidado las celebración de estas Jornadas como un referente de primer orden en la agenda formativa de muchos profesionales de nuestra especialidad. La exclusión social es una realidad que tristemente ha ido a más en los últimos años".
"Desde el Instituto de Formación Novartis, junto con semFYC, queremos promover la formación de los médicos de familia para actualizar sus conocimientos en relación a las problemáticas actuales. Una de ellas es, sin duda, el modo en que unas condiciones desfavorables de vida repercuten sobre la salud de los ciudadanos", comenta Pedro Fuente, representante del Instituto de Formación Novartis, entidad que desde hace más de 10 años colabora en el desarrollo de las Jornadas de Actualización de Medicina de Familia.
-Asentamientos chabolistas
Muchas personas que viven en exclusión social en España lo hacen en asentamientos chabolistas en los alrededores de las grandes ciudades, en condiciones de infravivienda y sin infraestructura urbanística. "Son muchos los riesgos que supone vivir así: el riesgo de accidentes de tráfico, sobre todo en los niños, por la ausencia de aceras y cualquier tipo de señalización, la falta de acceso a agua potable, luz, y la ausencia de unas estructuras básicas urbanísticas mínimas (tomas de agua, desagües, alcantarillado, recogida de basuras….) condicionan situaciones de falta de higiene que favorecen la propagación de infecciones gastrointestinales y otros brotes asociados (infestación de ratas, sarna, etc.)", explica el doctor Zarco. Existen además otros riesgos ligados a la deficiente construcción de las viviendas, como accidentes de electricidad, explosiones, incendios, inhalación de gas butano, derrumbes, deshidrataciones, etc. La presencia de animales sin control veterinario y la proliferación de otros como las ratas suponen una fuente más de problemas sanitarios en estas zonas.
El doctor Zarco destaca que se han llevado a cabo propuestas que han resultado ser útiles para mejorar la situación de las poblaciones residentes en estas zonas de exclusión social, como el foro sociosanitario multiprofesional que él coordina: la Comisión de Población Excluida de Villa de Vallecas de donde partió el diseño del EIPE. "El mayor rendimiento de estos equipos se consigue con una perspectiva integral, lo que supone la colaboración de profesionales sanitarios y no sanitarios, pertenecientes a áreas de lo social (trabajadores sociales, mediadores interculturales, educadores…) y de educación, así como de los profesionales que trabajan en el campo de las drogodependencias. Estas unidades móviles no sólo prestan atención a patologías graves, enfermedades infecto-contagiosas como la tuberculosis o la infección por VIH, sino realizar actividades preventivas, de planificación familiar y servir como puntos de mira para explorar necesidades, detectar alarmas epidemiológicas y priorizar intervenciones. Con ellas se pretende, sobre todo, facilitar el acceso de estas personas a los servicios básicos del Sistema Nacional de Salud".
-El médico de familia ante la exclusión social
La Unión Europea definió hace unos años la exclusión social como el proceso por el cual ciertas personas son rechazadas a la periferia de la sociedad, lo que les impide participar plenamente en la vida social por su pobreza. Este proceso les aleja de las oportunidades de conseguir empleo, ingresos y educación, así como de las redes y actividades sociales y comunitarias.
Según el doctor Zarco, la clave está en actuar antes de que se produzca dicha exclusión. El médico de familia, junto con el personal de enfermería y el trabajador social, puede y debe sumar esfuerzos en la recogida de datos que le permita valorar la vulnerabilidad de estas personas. "Es preciso tener información sobre su salud, antecedentes, formación, estatus económico, etc., pero también es clave conocer su situación familiar y social, es decir, si depende económicamente de su entorno, en qué tipo de familia vive, si hay conflictos, las características de la vivienda que ocupan,… Luego hay otros factores muy dinámicos que no conviene pasar por alto como cambios de trabajo, migraciones, mudanzas…", señala este experto, que es miembro de los Grupos de Trabajo de Intervención en drogas y del de VIH/SIDA de la semFYC.
La exclusión social es un problema multidimensional en el que la salud y pobreza están íntimamente interrelacionadas. "Es una asociación que tiende a convertirse en una espiral perversa que se retroalimenta a sí misma. En Francia, por ejemplo, se ha comprobado que a los 35 años existen diez años de diferencia en la esperanza de vida entre ingenieros y obreros. Otro dato llamativo: en el Reino Unido las muertes por cardiopatía isquémica en varones son un 40% mayores en los trabajadores manuales frente a los no manuales".
-Ancianos
Entre los grupos en riesgo de exclusión social figura la población anciana. Antes de que irrumpiera la actual crisis económica, se barajaba el dato de que en los países de la Unión Europea el 20% de los mayores de 65 años estaba cerca del umbral de pobreza. Como recuerda el doctor Zarco, es obvio que con la edad la salud tiende a deteriorarse: "La enfermedad es con frecuencia causa de jubilaciones anticipadas o incapacidades. Sabemos que entre las mujeres mayores hay mayor riesgo de exclusión que entre los varones".
La discapacidad y las enfermedades crónicas son causa mayor de bajos ingresos, lo que hace a estos grupos especialmente vulnerables. Tienen menos posibilidades de participar en el mercado laboral y la tasa de desempleo es mucho más alta. A los ancianos, discapacitados y crónicos hay que sumar a los que sufren problemas de salud mental. "En todos estos casos hay algo común y es esa tendencia a subrayar más lo que todos ellos no pueden hacer por encima de lo que sí pueden. Y sin embargo es esencial que participen en la sociedad y en el mundo laboral para reducir su aislamiento porque de ese modo mejoraremos su salud y calidad de vida", asegura el doctor Zarco.
-24 talleres
Entre las dos docenas de talleres que hoy y mañana se desarrollan en el Euskalduna de Bilbao, los hay de muy distinta naturaleza: la detección de la violencia doméstica, el valor que la web 2.0 tiene para el profesional, el abordaje del alcoholismo en la consulta… Habrá además un taller de Arteterapia sobre el arte y la salud en tiempos de crisis y otros sobre Gimnasia del optimismo, que trata de reforzar en el profesional su capacidad para afrontar situaciones de desgaste.
El doctor José Zarco, director científico de estas sesiones, advierte que cada vez es más frecuente la existencia de asentamientos chabolistas en los alrededores de las grandes ciudades. "En estas zonas marginales coinciden la exclusión y la pobreza provocando un aumento de las desigualdades sociales, lo que repercute directamente en la salud de las personas y origina grandes diferencias en relación no sólo a una peor calidad de vida, sino a una esperanza de vida que se puede ver drásticamente disminuida", asegura este médico de familia que trabaja en Madrid con personas en situación de exclusión. Además, contará la experiencia que han supuesto las intervenciones comunitarias realizadas en el Distrito de Villa de Vallecas de Madrid , así como, la labor desarrollada por un equipo pionero en este terreno: el Equipo de Intervención en Población Excluida (EIPE), formado por una médico de familia, un enfermero y un conductor.
Estas jornadas, a las que acuden más de 400 profesionales de Atención Primaria, están organizadas por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y la Sociedad Vasca de Medicina de Familia y Comunitaria (OSATZEN), con la participación de la Sociedad Aragonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (SAMFYC), la Sociedad Navarra de Medicina de Familia y Atención Primaria (SNaMFAP), la Sociedad Riojana de Medicina de Familia y Comunitaria (srmFYC), la Sociedad Cántabra de Medicina de Familia y Comunitaria (SCMFYC) y la Sociedad Castellano-Leonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (socalemFYC), junto con la colaboración del Instituto de Formación Novartis. Para el presidente de semFYC, el doctor Josep Basora, "la inquietud por dar respuesta a las nuevas necesidades, que requieren de nuevas habilidades, y al día a día de la consulta en la Medicina de Familia ha consolidado las celebración de estas Jornadas como un referente de primer orden en la agenda formativa de muchos profesionales de nuestra especialidad. La exclusión social es una realidad que tristemente ha ido a más en los últimos años".
"Desde el Instituto de Formación Novartis, junto con semFYC, queremos promover la formación de los médicos de familia para actualizar sus conocimientos en relación a las problemáticas actuales. Una de ellas es, sin duda, el modo en que unas condiciones desfavorables de vida repercuten sobre la salud de los ciudadanos", comenta Pedro Fuente, representante del Instituto de Formación Novartis, entidad que desde hace más de 10 años colabora en el desarrollo de las Jornadas de Actualización de Medicina de Familia.
-Asentamientos chabolistas
Muchas personas que viven en exclusión social en España lo hacen en asentamientos chabolistas en los alrededores de las grandes ciudades, en condiciones de infravivienda y sin infraestructura urbanística. "Son muchos los riesgos que supone vivir así: el riesgo de accidentes de tráfico, sobre todo en los niños, por la ausencia de aceras y cualquier tipo de señalización, la falta de acceso a agua potable, luz, y la ausencia de unas estructuras básicas urbanísticas mínimas (tomas de agua, desagües, alcantarillado, recogida de basuras….) condicionan situaciones de falta de higiene que favorecen la propagación de infecciones gastrointestinales y otros brotes asociados (infestación de ratas, sarna, etc.)", explica el doctor Zarco. Existen además otros riesgos ligados a la deficiente construcción de las viviendas, como accidentes de electricidad, explosiones, incendios, inhalación de gas butano, derrumbes, deshidrataciones, etc. La presencia de animales sin control veterinario y la proliferación de otros como las ratas suponen una fuente más de problemas sanitarios en estas zonas.
El doctor Zarco destaca que se han llevado a cabo propuestas que han resultado ser útiles para mejorar la situación de las poblaciones residentes en estas zonas de exclusión social, como el foro sociosanitario multiprofesional que él coordina: la Comisión de Población Excluida de Villa de Vallecas de donde partió el diseño del EIPE. "El mayor rendimiento de estos equipos se consigue con una perspectiva integral, lo que supone la colaboración de profesionales sanitarios y no sanitarios, pertenecientes a áreas de lo social (trabajadores sociales, mediadores interculturales, educadores…) y de educación, así como de los profesionales que trabajan en el campo de las drogodependencias. Estas unidades móviles no sólo prestan atención a patologías graves, enfermedades infecto-contagiosas como la tuberculosis o la infección por VIH, sino realizar actividades preventivas, de planificación familiar y servir como puntos de mira para explorar necesidades, detectar alarmas epidemiológicas y priorizar intervenciones. Con ellas se pretende, sobre todo, facilitar el acceso de estas personas a los servicios básicos del Sistema Nacional de Salud".
-El médico de familia ante la exclusión social
La Unión Europea definió hace unos años la exclusión social como el proceso por el cual ciertas personas son rechazadas a la periferia de la sociedad, lo que les impide participar plenamente en la vida social por su pobreza. Este proceso les aleja de las oportunidades de conseguir empleo, ingresos y educación, así como de las redes y actividades sociales y comunitarias.
Según el doctor Zarco, la clave está en actuar antes de que se produzca dicha exclusión. El médico de familia, junto con el personal de enfermería y el trabajador social, puede y debe sumar esfuerzos en la recogida de datos que le permita valorar la vulnerabilidad de estas personas. "Es preciso tener información sobre su salud, antecedentes, formación, estatus económico, etc., pero también es clave conocer su situación familiar y social, es decir, si depende económicamente de su entorno, en qué tipo de familia vive, si hay conflictos, las características de la vivienda que ocupan,… Luego hay otros factores muy dinámicos que no conviene pasar por alto como cambios de trabajo, migraciones, mudanzas…", señala este experto, que es miembro de los Grupos de Trabajo de Intervención en drogas y del de VIH/SIDA de la semFYC.
La exclusión social es un problema multidimensional en el que la salud y pobreza están íntimamente interrelacionadas. "Es una asociación que tiende a convertirse en una espiral perversa que se retroalimenta a sí misma. En Francia, por ejemplo, se ha comprobado que a los 35 años existen diez años de diferencia en la esperanza de vida entre ingenieros y obreros. Otro dato llamativo: en el Reino Unido las muertes por cardiopatía isquémica en varones son un 40% mayores en los trabajadores manuales frente a los no manuales".
-Ancianos
Entre los grupos en riesgo de exclusión social figura la población anciana. Antes de que irrumpiera la actual crisis económica, se barajaba el dato de que en los países de la Unión Europea el 20% de los mayores de 65 años estaba cerca del umbral de pobreza. Como recuerda el doctor Zarco, es obvio que con la edad la salud tiende a deteriorarse: "La enfermedad es con frecuencia causa de jubilaciones anticipadas o incapacidades. Sabemos que entre las mujeres mayores hay mayor riesgo de exclusión que entre los varones".
La discapacidad y las enfermedades crónicas son causa mayor de bajos ingresos, lo que hace a estos grupos especialmente vulnerables. Tienen menos posibilidades de participar en el mercado laboral y la tasa de desempleo es mucho más alta. A los ancianos, discapacitados y crónicos hay que sumar a los que sufren problemas de salud mental. "En todos estos casos hay algo común y es esa tendencia a subrayar más lo que todos ellos no pueden hacer por encima de lo que sí pueden. Y sin embargo es esencial que participen en la sociedad y en el mundo laboral para reducir su aislamiento porque de ese modo mejoraremos su salud y calidad de vida", asegura el doctor Zarco.
-24 talleres
Entre las dos docenas de talleres que hoy y mañana se desarrollan en el Euskalduna de Bilbao, los hay de muy distinta naturaleza: la detección de la violencia doméstica, el valor que la web 2.0 tiene para el profesional, el abordaje del alcoholismo en la consulta… Habrá además un taller de Arteterapia sobre el arte y la salud en tiempos de crisis y otros sobre Gimnasia del optimismo, que trata de reforzar en el profesional su capacidad para afrontar situaciones de desgaste.
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