La compañía farmacéutica Grünenthal continúa obviando sus responsabilidades sobre la muerte y graves daños provocados en miles de personas con su talidomida. El lunes los médicos de la Organización Médica Colegial (OMC) llamaron al boicot a los productos de la casa alemana. AVITE, la asociación de afectados por la talidomida en España, por su parte, vuelve a documentar las NO verdades del laboratorio.
La sede de la OMC acogió el lunes un encuentro entre afectados, médicos y partidos políticos. El laboratorio estaba invitado pero prefirió no ir y dar una vez más la espalda a sus víctimas. Eso sí, se despachó con una nota de prensa en la que incurre en ciertas manipulaciones de la verdad.
En su comunicado, la farmacéutica expone que rechaza varios casos de talidomida en España por incompatibilidad de fechas ya que sus productos
no se vendieron en España antes de noviembre de 1960 ni después de noviembre de 1961 y que las autoridades sanitarias españolas prohibieron este medicamento en mayo de 1962 y retiraron todos los productos”.
Desde AVITE desmiente, a una vez más con pruebas, lo que dicen en Grünenthal:
Grünenthal patentó la Talidomida en España en 1956 y en 1975 todavía la tenía en el mercado en España. También ocultó los peligros de la talidomida a los médicos, para que se siguiera recetando catorce años más que en el resto del mundo.
AVITE una vez más tiene que aclarar que dicha farmacéutica miente y estas son las pruebas que lo avalan:
Las cinco verdades de la talidomida:
1. Patente de Grünenthal en España fechada en 1.956.
2. Listado de medicamentos con talidomida de Grünenthal Softenon, Noctosediv y Enterosediv.
3. La marca Enterosediv de Grünenthal continuaba vendiéndose en 1.975 según el Vademecum de dicho año.
4. La Dirección General de Sanidad española prohibió la venta de ENTEROSEDIV de Grünenthal en octubre de 1.962. ¿Que hacía a la venta en 1.975?.
5. Carta de Grünenthal Alemania a Grünenthal en Madrid (Medinsa), comunicando que no informen adecuadamente del motivo real de la retirada en el mundo de la talidomida, para que se siguiese recetando.
Queda claro que el fabricante de la talidomida no dice la verdad. Los médicos españoles, unidos en la OMC, llevaban tiempo pidiendo al laboratorio que indemnice a las personas afectadas pero este continúa haciéndose el distraído. Ahora han optado por declarar a la compañía non grata.
No sé qué resultados obtendrá ese boicot pero siempre me he preguntado:
Cómo puede un médico, cuya máxima es “lo primero no hacer daño”, recetar productos de empresas tan dañinas y cuyos responsables manifiestan tal inhumanidad como para abandonar a sus víctimas para continuar centrados en el negocio?
La “rebeldía” de la clase médica me alegra y sería completa si prestaran más atención a casos como el del medicamento Agreal que destrozó el sistema nervioso y la mente de miles de mujeres en España;, el de los bifosfonatos para la osteoporosis que causan necrosis de mandíbula y rotura de huesos; el de la vacuna del papiloma con al menos 352 notificaciones de posibles muertes sin investigar; o el del método anticonceptivo Essure, que los ginecólogos han negado y que ahora comienzan a reconocer.
Como bien recuerda AVITE los médicos fueron engañados por el laboratorio. Supongo que eso les ha empujado a declararlo “non grato”. Pero la historia ha continuado repitiéndose, como ejemplifican los casos que he mencionado (y no son todos, claro). La raíz del problema está en el corporativismo dedicado a pegar pelotazos económicos con productos sanitarios y para ello necesitan a la clase médica, sin cuyo concurso no habría negocio.