Revista Opinión

Los medios tapan que Oscar Elías Biscet pidió en Congreso de EEUU intervención en Cuba como en Kosovo

Publicado el 24 febrero 2012 por Norelys @norelysmorales

Los medios tapan que Oscar Elías Biscet pidió en Congreso de EEUU intervención en Cuba como en Kosovo

José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.- El médico "antiabortista" y "disidente" cubano Oscar Elías Biscet declaraba hace unos días, vía teléfónica, ante el Congreso de EEUU, lo siguiente: "Mañana celebraremos con orgullo el cuarto aniversario de la independencia de Kosovo. Hace cinco años ustedes los americanos le prometieron a los albanokosovares su decido apoyo a la independencia. Lo hicieron con tanta firmeza, honor y amor que sumaron a muchos países en esta justa causa y triunfaron. Éste es el apoyo que yo pido de ustedes para que mi pueblo sea libre y soberano" (1) (2). Estas palabras, una apelación directa a que EEUU intervenga militarmente en Cuba -como hizo en Yugoslavia- no ha aparecido en ningun cable de agencia y, en consecuencia, tampoco en ningun medio de prensa internacional.

Recordemos qué fue lo que llama el "disidente" cubano "el apoyo que yo pido de ustedes": el bombardeo de Yugoslavia, en 1999, por la aviación de EEUU y la OTAN, que causó la muerte de numerosos civiles, al menos 500 según Human Rights Watch, y miles según otras fuentes (3).

Curiosamente, quien anima a bombardear su propio país, ha sido propuesto para el Premio Nobel de la Paz por 29 miembros del Congreso y del Senado de EEUU, tanto del Partido Republicano como del Demócrata (4). Y para complacer a todos los sectores del Congreso, Biscet llegaba a acusar al Gobierno cubano de ser "anti-americano, antisemita y antinegro".

Pero Oscar Elías Biscet no se quedó ahí. Solicitó al Congreso norteamericano la aplicación íntegra y sin límites de la llamada Ley Helms-Burton, la ley que persigue penalmente -entre otros- a inversores de terceros países en Cuba. Y lo hacía en presencia del mismísimo Dan Burton, congresista por Indiana y padre de la mencionada ley, al que calificó como "patriota" y "amante de la libertad de la humanidad" (5).

Sus alabanzas a los más extremistas del Congreso no quedaron ahí. El "disidente" se dirigió como "mi compatriota y gran defensora de la libertad del pueblo cubano" a Ileana Ros-Lehtinen, presidenta del Comité de Relaciones Exteriores, quien ha pedido recientemente repetir en Cuba la experiencia de intervención militar en Libia (6).

Pero hubo más. En el colmo del delirio, Biscet advirtió al Congreso de EEUU de una eventual crisis de armas nucleares, similar a la de octubre de 1962, en la que ahora Cuba tendría como aliados a Irán y Venezuela. Habló de que el Gobierno cubano imparte "entrenamiento militar y logístico a las narcoguerrillas de Colombia", y mencionó "la presencia de bases de operaciones de los extremistas musulmanes de Hezbollah y Hamas en Cuba". Estos disparates también han desaparecido de cables y noticias internacionales.

Y es que todas estas gravísimas acusaciones y proposiciones bélicas chocan frontamente con el perfil de "defensor pacífico de los derechos humanos" que han construido los medios alrededor de este individuo. Por ello han sido censuradas por agencias y medios que, sin embargo, sí han reproducido con todo detalle su relato acerca de supuestas violaciones de los derechos de los reclusos en la Isla (7). El encabezado del diario español ABC es representativo de un titular "clonado", prácticamente, por decenas de medios: "El disidente Óscar Biscet denuncia ante el Congreso de EE.UU. abusos a los derechos humanos en Cuba" (8).

En su comparecencia, el "médico disidente" (9) -como le han bautizado algunos medios- hizo denuncias que jamás había realizado antes, a pesar de que salió de prisión hace casi un año, en marzo de 2011 (10). Acusó, por ejemplo, a funcionarios cubanos de desfigurarle la cara y romperle un pie. Uno se pregunta por qué él o sus familiares no lo denunciaron en su momento a los medios internacionales que han dado cobertura siempre a sus acusaciones. Y denunció torturas, chantajes a su esposa y hasta varios intentos de asesinato, a cargo de "reos comunes" "contratados por funcionarios" de la prisión en la que estuvo. Eso sí, pruebas ni una.

El periodista cubano Edmundo García que trabaja, en Miami, en un clima de verdadero peligro e intimidación, comparaba a este personaje -y al resto de los llamados "disidentes"- con los "politiqueros más entreguistas de la era republicana cubana" (es decir, el período de más de cinco décadas entre la independencia formal en 1902 y la dictadura de Batista) (11). Pero aquellos políticos, al menos -apuntaba García-, cuando pedían la "intervención (de EEUU en Cuba), buscaban siempre pretextos (...) porque, al parecer, les daba (...) un poco de vergüenza ante su pueblo y su conciencia". Y recuerda que el ultracatólico Oscar Elías Biscet realizó todas sus declaraciones al Congreso de EEUU bajo juramento, ante el Dios Bíblico, de no mentir. Por eso, le pregunta si, cumpliendo ese mismo juramento, puede presentar si quiera una sola prueba de alguna de sus gravísimas acusaciones.


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