- Porqué son (para mí) los mejores atardeceres del mundo
- Myanmar, la magia hecha ocaso
- Japón, el atardecer más exótico
- Estados Unidos, atardece sobre el Cañón del Colorado
- Bolivia, la puesta de sol capaz de curar los males
- Croacia, el atardecer más famoso del Adriático
- Suiza, incendio sobre los Alpes
- Tailandia, el sol como protagonista absoluto
- Chile, el atardecer más remoto
- Israel, así se pone el sol sobre el Mar Muerto
- Botswana, el atardecer más salvaje
- Namibia, justo antes de caer el sol
- Filipinas, cielo teñido de rosa
- Alaska, el sol de medianoche que se creía atardecer
- Nueva York, el atardecer desde un velero
- Hong Kong, la puesta de sol más urbana
- Costa Rica, el día muere junto a un volcán
Porqué son (para mí) los mejores atardeceres del mundo
¿Cuál es tu momento preferido del día? Si elegiste el atardecer, has llegado al lugar adecuado. Te invito a un paseo virtual por algunos de los mejores atardeceres del mundo, al menos del mundo que he visitado por ahora.
La luz se convierte en protagonista, domina el cielo y disfraza el horizonte con colores incendiarios teñidos de matices fugaces. Muere el día. Y esa pequeña muerte diaria suele dejar una brizna de nostalgia en el ánimo de quien la contempla. Quizá por ello hay atardeceres que son difíciles de olvidar, que acuden a veces a la mente sin querer y que guardo con mimo en mi particular cajón de recuerdos porque tienen el poder de transportarte de manera inmediata a aquel rincón del mundo.
Time lapse del atardecer en la Piedra Coyote del Desierto de Atacama, Chile.
Aquí tienes algunas de mis mejores puestas de sol, esas que se pasean de vez en cuando por mi memoria para sacarme una sonrisa de satisfacción. Si logro que a tus labios se asome una, aunque sea apenas imperceptible, habré conseguido mi objetivo.
Myanmar, la magia hecha ocaso
Dicen que y, sinceramente, quien fuera que se atreviera con tan osada afirmación no mentía. En silencio, casi a solas, incapaz de separar la mirada del horizonte para acertar a posarla en el visor de la cámara. Totalmente ensimismada, con una extraña sensación entre felicidad y nostalgia mariposeando por mi estómago, así disfruté de esta inolvidable puesta de sol. Qué el atardecer sobre los templos de Bagan es uno de los mejores del mundonostalgia de Myanmar ... Por cierto, lo del amanecer en Bagan merece otro apartado.
Japón, el atardecer más exótico
El símbolo de la isla de Miyajima es, sin duda, el torii gigantesco que da la bienvenida al santuario de Itsukushima Shinto. Cuando sube la marea del mar interior de Seto, esta puerta sagrada parece flotar sobre el agua. Si a ese momento le añades un cielo pintado de rosas y violetas tienes una de las puestas de sol más exóticas y bonitas posibles.
Estados Unidos, atardece sobre el Cañón del Colorado
El atardecer en el Gran Cañón del Colorado es otro de los momentazos viajeros por excelencia. Aunque aquí la puesta de sol no fue completa por necesidades infantiles que no vienen al caso, la mera contemplación de los primeros rayos tímidos del ocaso acariciando esta formación geológica milenaria fue aperitivo suficiente para irse de vuelta al camping con la sensación de haberse tomado el plato principal.
Bolivia, la puesta de sol capaz de curar los males
Llegar a las Pampas del Yacuma, en Rurrenabaque, fue toda una aventura por sí sola. Sin embargo, este retazo de selva amazónica que tanto prometía se convirtió en la única decepción del viaje de dos meses por América del Sur por culpa del combo ola asfixiante calor e invasión de mosquitos.
A cambio, me regaló uno de los atardeceres más especiales que he visto, el único que ha hecho que no fuera capaz de quedarme con una sola foto. Tanto que me he prometido dedicarle más letras para intentar que sientas al menos parte de la atmósfera que lo rodeó.
Croacia, el atardecer más famoso del Adriático
En el puerto de Zadar no cabía un alma y en cuanto el sol comenzó a esconderse descubrí por qué. La puesta de sol en esta ciudad de la costa Dálmata es mundialmente famosa y como si de una Ibiza croata se tratara atrae a cientos de personas para ver el atardecer sobre el mar Adriático.
Suiza, incendio sobre los Alpes
A los clásicos atardeceres con el mar de fondo les salió un duro competidor tras ver uno épico en las montañas de Interlaken. Tras un día decepcionante día de tormentas, antes de marcharse el sol decidió rendir pleitesía a la tríada de picos más majestuosa de los Alpes suizos: Eiger, Mönch y Jungfrau. Un instante mágico imposible de olvidar.
Tailandia, el sol como protagonista absoluto
Mi primer viaje en solitario fue una de las experiencias vitales más enriquecedoras de mi vida. Pero además de regalarme un aprendizaje tras otro, dejó huella en mi memoria por atardeceres como este sol incendiando el cielo frente a una playa perdida de Koh Tao.
Chile, el atardecer más remoto
A veces no hace falta que una puesta de sol sea brutalmente espectacular para que sea especial. Este atardecer junto al esqueleto de un barco varado en el archipiélago de Tierra del Fuego es el mejor ejemplo. Quizás fuera por lo remoto del lugar, en pleno Estrecho de Magallanes, o por venir con el corazón encogido de emoción tras acabar de ver a los enormes pingüinos Rey.
Israel, así se pone el sol sobre el Mar Muerto
Cuando viajas con expectativas bajas, las sorpresas suelen ser mayúsculas. Así me ocurrió en el viaje de dos semanas por Israel. Además de derrumbar falsas creencias, me traje en la mochila un atardecer deliciosamente bello a orillas del Mar Muerto. Uno de esos que no buscas, sino que te encuentra él a ti.
Botswana, el atardecer más salvaje
África lleva colgadas mil y una etiquetas. Pero la luz especial de la que hace gala convierte a este continente en un paraíso de los atardeceres. Como pequeña muestra, esta foto tomada en la Reserva Natural de Moremi en Botswana, donde una diligente jirafa accedió a prestarse como modelo.
Un sol deslumbrante se despedía a lo grande antes de esconderse en el Parque Nacional de Chobe. Desde la barca que me devolvía a Kasane, contemplé esta incendio en el cielo rodeada de tímidos elefantes e hipopótamos que prefirieron no dejarse fotografiar. No importa, los tengo aún intactos en mi retina.
Namibia, justo antes de caer el sol
El Parque Nacional de Etosha es un lugar perfecto para ir de safari con tu propio 4×4. Pero eso sí, por seguridad, los campings que hay dentro del parque cierran sus puertas justo cuando cae el sol. Por suerte, justo antes de eso disfruté de esta vista...
Filipinas, cielo teñido de rosa
Casi todos los días, las islas paradisíacas de Filipinas presumían de un atardecer especial. Pero el más bonito de todos, sin duda, fue este en la pequeña y mágica Siquijor. No sé muy bien si lo recuerdo con tanta emoción por los colores con que se maquilló el horizonte o por la buena compañía con la que lo disfruté.
Alaska, el sol de medianoche que se creía atardecer
Durante más de tres semanas de aventura por Alaska en autocaravana, nunca vi la luna. Misión difícil si viajas en junio cuando hay casi 24 horas de luz. Aun así, ya en mi segunda madrugada, en Seward me deleité la vista con el célebre Sol de Medianoche engalanando las montañas. Lo más parecido a un atardecer...
Nueva York, el atardecer desde un velero
No solo los últimos rayos de sol garabatean en los paisajes, también se esmeran, y mucho, en las ciudades. Desde un velero, presencié una de las puestas de sol más bonitas que recuerdo con la Estatua de la Libertad como protagonista. Toda una experiencia que recomendamos para descubrir Nueva York desde otro punto de vista.
Hong Kong, la puesta de sol más urbana
Otro ejemplo de que en las grandes ciudades también se puede gozar con los últimos momentos del día lo tuve en Hong Kong. En la bahía Victoria, junto al puerto más grande de toda Asia, el sol se escondía amparado por los rascacielos.
Costa Rica, el día muere junto a un volcán
No era ni de lejos la única aquella tarde contemplando la puesta de sol en el Lago Arenal, justo al lado del inmenso volcán activo que lleva el mismo nombre. Decenas de personas acudían allí con sus sillas y cervezas para asistir al espectáculo. Costa Rica fue mi primer viaje por libre y quizás por eso este atardecer es tan especial.
Cuéntame, ¿cuál de todos es tu preferido?