Nos gustan los premios. Al menos a mi, no puedo evitarlo. Me gusta ver como los profesionales que me entretiene se premian unos a otros. Me encanta, ya sea en el cine o en las series, de aquí o de allí, pero el caso es que me gusta y eso hace que me trague esas galas interminables que hacen, donde al menos puedes verlos emocionarse o llorar fuera de las exigencias del guión.
Incluso de vez en cuando decido que ver basándome en los premios, sobretodo en el cine.
Os estaréis preguntando a que viene este rollo. Pues es que ayer se entregaron los premios Emmy, los Oscar de la televisión americana, y dejando claro que los premiados no me parecen nada mal, y estoy seguro que se lo merecen, tanto a los que sigo como a los que no, han sido toda una decepción. Por cierto, aquí podéis ver la lista de nominados y premiados.
La cuestión es que hay cosas que me cuesta entender, supongo que me ciega la pasión por lo que me gusta, pero me resulta muy difícil que una serie como Fringe ni siquiera estuviese nominada.
Me gusta Modern family y adoro Glee, las dos son muy buenas a su manera, tienen mucha calidad, pero ninguna se le acerca en profundidad y transcendencia a la serie de Fox. Fringe es una de esas series que te enseña cosas nuevas, que te lleva a sitios nuevos, sitios que antes no existían, que han creado de la nada y se van a quedar en tu cabeza para siempre. Además, que John Noble no este nominado en unos galardones que premian las mejores actuaciones televisivas es casi una ofensa. Sin desmerecer para nada al resto del reparto, que están todos fantásticos.
Resumiendo, que los premios están muy bien, pero ni de lejos los consiguen siempre los mejores (mirad los Oscar de este año), y que si no estas viendo Fringe te estas perdiendo la mejor serie del momento. Estáis avisados.
P.D: Ni siquiera voy a decir nada por la ausencia de premios para Perdidos.