Dicen que es uno de los mercadillos navideños más bonitos de Europa, de los más originales e incluso es considerado el más grande de Bélgica. Me refiero al mercadillo navideño de Bruselas, mi ciudad de adopción desde el pasado mes de septiembre. Así que la visita a este mercadillo era inevitable. Durante algo más de un mes, del 28 de noviembre al 4 de enero, tanto autóctonos como turistas hemos podido disfrutar del mercadillo navideño y de los “Plaisirs d´hiver”. La verdad, es que tengo que reconocer que es uno de los mercadillos navideños más grandes que he visto, pero en mi opinión hay mercadillos navideños en ciudades pequeñas con un encanto especial. 230 cabañas de madera repartidas en 2,5 kilómetros del centro de la ciudad, como la “Grand Place”, la “Bourse”, “Place de Sainte Catherine” y el “Marché aux Poissons”. Puestos de regalos artesanos, de gastronomía local, donde degustar comida, bebida y dulces típicos tanto de Bélgica como de otros países. Una pista de patinaje, conciertos de música callejera, una noria de 55 metros de altura, atracciones como un tiovivo y un tobogán gigante. Esto más o menos es lo típico de todos los mercadillos navideños, a mi quizás lo que más me ha gustado y asombrado han sido los espectáculos de luces, animación y música en algunos de los edificios más representativos de la ciudad, como la “Grand Place” o la “Église de Sainte Catherine”, junto con el árbol de navidad gigante, donado por la ciudad de Riga, Capital europea de la cultura 2014 y el enorme Belén, ubicados en la“Grand Place”. A parte de todas las luces que decoran la ciudad y algunos lugares emblemáticos como las famosas Galerías “Saint Hubert”. Todos ellos, han sido sin duda los protagonistas de estas fechas. Una estampa de lo más navideña, que atrae cada año a millones de turistas. Incluso la nieve ha tenido su presencia durante estas fechas. Ahora las calles empiezan a retomar su normalidad y los puestos y decoraciones navideñas empiezan a desaparecer. Habrá que esperar a que llegue el próximo año.