Cuando afrontamos un cambio en una organización lo que pretendemos es, en términos generales, pasar de una situación o modelo A a una situación o modelo B. ¿Porqué queremos llegar a la situación o modelo B? Porqué alguien o algunos cree/n que es mejor para la organización o para ella/os.
El quid de la cuestión es : ¿Que hacemos para pasar de A a B? ¿Cómo lo hacemos?.
Existen 3 métodos para gestionar un cambio en una organización:
Coercitivo
Los líderes deciden qué es lo que hay que hacer encerrados en su comité de dirección. El siguiente paso es enviar instrucciones precisas jerarquía abajo, acompañadas de amenazas, mas o menos encubiertas, para que se sigan al pié de la letra.
El método coercitivo puede ser bueno como táctica pero no como estrategia. Pensemos en la obligación del usar el cinturón de seguridad. Sin la coerción que suponen las multas seguramente lo llevarían muchas menos personas y habría muchos mas muertes en las carreteras. A pesar de que la racionalidad nos dice que debemos llevarlos, no todos somos tan racionales como nos pensamos.
A veces es necesario utilizar la coerción cuando te enfrentas a conductas y comportamientos irracionales o movidos por propósitos ajenos y contrarios a la organización.
Racional
Este es el método que se utiliza en la mayoría de organizaciones. Se basa en la presunción de que todo ser humano es racional y que, por lo tanto, seguirá o hará lo que crea que es bueno para su interés o el de su comunidad /organización.
Se propone un cambio por parte de una persona o grupo que conoce la situación que se desea y que está en línea con los deseos racionales de las personas o grupos que se verán afectados por el cambio.
El siguiente paso es organizar trainnings, meetings, talleres, etc.. en los que, generalmente consultores externos, expliquen de una forma racional qué hay que hacer para pasar de A a B. Se nombran Project Managers, se hacen planificaciones en el tiempo (Ghantt Charts), se asignan responsabilidades y objetivos que, sobre todo, sean SMART.
Sin embargo, tal como hemos apuntado en el método coercitivo, no todos somos tan racionales como nos parece. Hay muchos otros condicionantes que quizás nos hace rechazar la idea que nos proponen y entonces es cuando surge el rechazo, la resistencia al cambio.
Un alto porcentaje de los cambios con este método fracasan o bien sólo consiguen parcialmente los objetivos que se plantean.
Normativo Re-educativo
Este método se basa en un supuesto diferente de la motivación que el Racional. Si bien no se niega la racionalidad y la inteligencia, tiene en cuenta que las pautas del comportamiento humano y las prácticas dependen de factores y normas socioculturales y de los compromisos individuales a estas normas.
Desde este punto de vista, el cambio en los modelos, normas y prácticas sólo es posible si cambiamos las orientaciones normativas de las personas involucradas en este cambio, provocando que adquieran un compromiso con las nuevas.
El cambio en las orientaciones normativas implica cambios en las actitudes, valores, ideas, presunciones, técnicas y relaciones, no sólo cambio en el conocimiento, información o relaciones intelectuales para la acción y la práctica como en el modelo racional.
En la práctica, el modelo normativo se lleva a la práctica trabajando, por una parte con los líderes y por otra en el campo con las personas que llevan a cabo los trabajos, haciéndoles ver cuáles son las consecuencias de sus ideas, creencias, presunciones, etc.. en su trabajo diario y cómo cambiándolas por otras provocan un cambio en el sistema. Se trata de un proceso de aprendizaje de doble bucle. Lo que pensamos (thinhing) afecta al sistema y, por lo tanto al rendimiento del mismo. El método normativo hace que el aprendizaje se base en volver al Thinking en lugar de ir al sistema (método racional) como método para cambiar las organizaciones.
Por mi experiencia, puedo asegurar que la utilización del método Normativo consiguen cambios enormemente positivos y sostenibles en las organizaciones, tanto a nivel de mejora del rendimiento, como en la mejora de la calidad y el ahorro drástico en costes.