Andamos estos días todos acongojados con la idea que la patronal quiere importar de Alemania sobre el miniempleo y la miseria de
sueldo que cobraríamos con él. No digo que sea una verdadera vergüenza el sistema del miniempleo, pero sin ánimo de asustar ni ofender, os debo decir que no debería sorprendernos como pretenden pues los miniempleos ya existen desde hace tiempo.
En un artículo que escribimos hace tiempo, explicamos las
diferencias salariales que existen en España y ya hicimos hincapié en que cerca
de 6 millones de españoles cobran menos que el Salario Mínimo Interprofesional,
de los cuales 3.5 millones cobran una media mensual que no llega a los 150€!
Con esto quiero decir que lo de cobrar 400€ es algo que ya estamos viviendo en España desde hace tiempo y que no sería
ninguna novedad relativa y explico su relatividad, pues ya exista algo
parecido como son los contratos a tiempo parcial o los de fijo-discontinuo.
En España existe muchas modalidades de contratos, algunos de
ellos no excluyentes entre si. Por ejemplo, que te ofrezcan jornada partida, no
excluye que además te ofrezcan un contrato temporal o incluso de
fijo-discontinuo donde trabajas sólo los fines de semana y de ahí se explican los 3,5 millones de trabajadores que cobran alrededor de 140€ .
Por desgracia, todos conocemos a algún familiar o
amigo que esta contratado en alguna de estas modalidades, incluso yo mismo lo
estoy!. Personas que tienen contratos temporales a tiempo parcial, lo que supone
trabajar 4 horas diarias, 20 semanales y por ende, cobrar la mitad que cobraría
un trabajador en su puesto en esa empresa a jornada completa y ahí radica el
problema, en que la mayoría de empresas españolas los sueldos son realmente
miserables aun a jornada completa.
Pongamos por caso que tú y yo somos arquitecto o abogado. Nos
contratan de administrativo en un estudio de arquitectura o en un buffet de
abogados con un contrato temporal a tiempo parcial con un sueldo de 400€
brutos, lo que nos supone un neto de cerca de 330€ (quitándole Seguridad Social
y el IRPF). Y el problema no es sólo el sueldo, sino que enmascarado con el
contrato de administrativos, licenciados trabajan como tal pero que sin
embargo, nunca serán retribuidos como titulados universitarios. Eso la legislación
laboral lo permite y en cambio eso no lo reforman.
Las similitudes con los miniempleos son innegables. De hecho,
son iguales salvo con una diferencia radical y es que la patronal quiere introducir
los contratos alemanes como se suele decir “mejorados y ampliados”. Y es que
mientras en Alemania los empresarios si que cotizan por los trabajadores con
esos contratos, en España los concienciados empresarios, los mismos que abogan por una
reforma laboral o la congelación de nuestros sueldos hasta 2015 (como si cobraramos un pastizal), los mártires de la crisis no
quieren cotizar por los que se adhieran a dichos contratos.
Ahí radica la diferencia, en que al empresario no le costaríamos
550€ al mes sino sólo 400€ y así por cada 3 miniempleos, nos podrían hacer
el enorme favor de contratar a otro desempleado por 400 míseros euros, de los
cuales el trabajador sólo tendría 300 para vivir.
Lo peor de todas estas situaciones es que estos contratos,
como los ya vigentes en nuestro sistema de trabajo, podrían tener un pase si
estuvieran fijados a numerosos requisitos y me explico antes de que me tachéis
de capitalista.
Pongamos como ejemplo el dichoso caso del miniempleo, que
no dejan de ser la extensión radical de los llamados “contratos basura”, y
pongamos como ejemplo de empresas a Telefónica y al Restaurante “El buen Manducar”. Evidentemente, la visión hacia ese tipo de contrato es
diametralmente opuesta entre una multinacional y una PYME.
Para Telefónica otrora
empresa pública, privatizada por el gobierno de Aznar en 1997 y que este mismo
año anunciaba dividendos para sus directivos al tiempo que despedía al 20% de su plantilla en España, esos contratos serían parte de sus continuos planes
de ahorro que lleva a cabo la empresa en su eterna búsqueda de maximización de
beneficios.
Sin embargo el Restaurante “El buen Manducar”, pequeña
actividad de restauración familiar en la que trabajan el dueño, su mujer y
cuatro camareros más (que también son como de la familia); si en algún momento
se quisiera acoger a este tipo de contrato no lo haría buscando reducción de
costes, sino en clave de supervivencia del negocio.
Es decir, para telefónica el ahorro de los 150€ de cotización
de sus trabajadores es simplemente eso...ahorro, que podría persistir en la
brecha y que lo único que provocaría continuar cotizando serían menores
dividendos para sus accionistas. En cambio para Julián, dueño del restaurante,
los 600€ de sus cuatro camareros puede suponer el mantener la persiana abierta el
mes siguiente y que los únicos que coman en su establecimiento sigan siendo los
clientes y no las deudas.
Es evidente que la utilización del miniempleo por unos y otros no es la misma. Y con ello no quiero decir que sea bueno, ni que lo
esté defendiendo. De hecho, el hostelero podría contratar a su gente con
contratos a tiempo parcial o como fijos discontinuos para el fin de semana
donde el volumen de trabajo es mayor y la finalidad que busca que es emplear a
sus cuatro camareros sin tener que cerrar se haría realidad.
Con esto quiero decir que todo este tipo de contrato
precario tendría que ser posible aplicarlo con muchos “peros”, es decir,
no se le deberían de dar las mismas facilidades a Julián que a telefónica pues
sus intenciones son opuestas, pues el recorte de uno se destina a no cerrar y
el otro a llenarse aun más los bolsillos que ya de por si los tiene llenos.
Dado el mileurismo reinante en las mentes de los empresarios
para los universitarios (para los trabajos no cualificados ni eso) y dado que el
precio de la vida no deja de crecer, la mayoría de los españoles necesitamos
un segundo trabajo que complemente nuestro sueldo principal. Es ahí donde creo
que el contrato a tiempo parcial o el fijo-discontinuo entra en acción de una
forma coherente con el derecho a una digna calidad de vida que reza la
constitución en su preámbulo y que tanto veneran nuestros políticos.
Creo sinceramente que ya tenemos forma de contratación
precaria y no necesitamos que la CEOE nos proponga un nuevo método laboral aun
más inestable. Lo que necesitamos es que los consejos de administración de las
multinacionales que trabajan en nuestro territorio, dejen su egocentrismo a un
lado por una sola vez y piensen que con ese tipo de propuestas, están avocando
a la miseria a millones de familias, puesto que los trabajadores no podemos
aceptar miniempleos, porque no tenemos mini vidas.