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Los ministros de Finanzas de la zona euro evalúan “en profundidad” este lunes la economía de España y Eslovenia, cuyos “desequilibrios excesivos” provocan alarma en la unión monetaria.
La idea es evaluar los planes de reformas de estos dos países para “reducir estos desequilibrios excesivos de forma significativa”, señaló una fuente europea. Pero, aclaró, no se tomarán decisiones hasta que la Comisión Europea (CE) concluya su análisis sobre el programa de reformas que el Gobierno español envió a Bruselas.
“Lo que se va a subrayar es que en el año 2012 se ha producido la mayor corrección de desequilibrios económicos en un país como España que se haya conocido en los últimos años”, zanjó el ministro de Economía, Luis de Guindos, a su llegada a Bruselas.
La fecha clave es el 29 de mayo, cuando el ejecutivo comunitario prevé divulgar sus recomendaciones a los países de la zona euro. También ese día se sabrá oficialmente si Bruselas dará -como está previsto- dos años más a España (hasta 2016) y Francia (2015) para cumplir con el objetivo de reducción del déficit por debajo del umbral del 3% del PIB.
En un informe sobre trece de los 27 países de la Unión Europea (UE), la CE advirtió de que España y Eslovenia presentan “desequilibrios excesivos” que deben corregir.
Bruselas se mostró particularmente preocupada por el alto nivel de endeudamiento en el sector privado español, sobre todo entre las familias, muchas de ellas con todos sus miembros en el paro.
Si las medidas correctivas no convencen, Bruselas podría imponer multas que pueden llegar hasta el 0,1% del PIB, según el Procedimiento de Desequilibrios Excesivos (PDE).
Eslovenia adoptó un duro plan de saneamiento de sus finanzas públicas, para evitar tener que pedir la asistencia financiera. De momento, los europeos descartan que el país balcánico, que representa tan solo un 0,4% de la economía de la Eurozona, pida un rescate internacional.
Sin embargo, según algunos analistas, Eslovenia, azotada por la inestabilidad política, elevado déficit, recesión galopante y un sector financiero con activos tóxicos que representan casi el 20% del PIB del país, podría convertirse en el sexto país de la Eurozona en tener que pedir ayuda, después de Portugal, Grecia, Irlanda, Chipre y del rescate del sector bancario español.
Justamente, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) desembolsó el primer tramo del polémico rescate a Chipre, que se eleva a 2.000 millones de euros, y prevé hacer otro tanto antes de finales de junio, cuando entregará 1.000 millones de euros a la isla.
Los ministros de Finanzas prevén aprobar asimismo los desembolsos de los próximos dos tramos del rescate a Grecia (4.200 millones de euros este mes y 3.300 millones en junio).
En momentos en que se ha reavivado el debate sobre las recetas de austeridad para combatir la crisis, el flamante ministro de Finanzas italiano, Fabrizio Saccomanni, deberá presentar a sus homólogos europeos su programa de ajustes. Sobre todo, después de que el nuevo primer ministro, Enrico Letta, anunciara la eliminación de 6.000 millones de euros en subidas de impuestos. Sus socios europeos quieren saber cómo hará la tercera economía de la unión monetaria para compensar esta caída de ingresos.
Los ministros de la zona euro (formada por 17 de los 27 países de la UE) analizarán además las medidas que presentó Portugal para compensar el reciente fallo del Tribunal Constitucional de ese país, que anuló en abril varios recortes incluidos en los Presupuestos de 2013.
El martes, durante una reunión con todos los socios de la UE, los ministros analizarán un plan para luchar contra la evasión fiscal y el secreto bancario. La presión para luchar contra ese problema, que cuesta al continente un billón de euros cada año (el PIB de España), crece a diario. Los países del G7 se mostraron “absolutamente decididos a hacer avances” sobre el asunto, definido como “prioridad” por la presidencia británica del grupo que reúne a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia y Japón.
El “momentum” creció tras la divulgación de los ‘Offshoreleaks’, una filtración masiva de millones de archivos, con cuentas y documentos de 120.000 empresas pantalla y fiduciarias registradas en paraísos fiscales (Islas Vírgenes, Cook, Bermudas y otros lugares).
Hubo algunos resultados: Bermudas y otros territorios británicos de ultramar, considerados paraísos fiscales, firmaron acuerdos para compartir información con el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y España. Luxemburgo anunció que levantará parcialmente su secreto bancario el 1 de enero de 2015. Ahora sólo queda convencer a Austria, que de momento se resiste, y a Suiza, que de ningún modo quiere perder su secreto bancario.