Revista Cultura y Ocio
Decía Woody Allen:
"Cuando escucho a Wagner durante más de media hora me entran ganas de invadir Polonia".
Algo parecido, pero en plan revolucionario francés del siglo XIX, nos pasó a algunos espectadores cuando fuimos a ver Los Miserables, el gran musical.
A la salida del teatro no hicimos ninguna barricada, pero era tarde, había hambre y sed y "asaltamos" los bares de la zona.