‘Los miserables’ sigue a un grupo de brigadas anti-criminales por el barrio periférico de Montfermeil. La fuerza y nervio con la que rueda a sus tres protagonistas, así como la destreza con la que se acerca a los distintos guetos de la ciudad, hace vislumbrar a un cineasta de puro nervio, de imponente talento expositivo con la cámara. La película te atrapa desde el primer momento y te lleva, con convicción del que sabe y conoce lo que está narrando, a través de unas calles que respiran pura autenticidad.
Siempre es de aplaudir el poder encontrarse con óperas primas como esta ‘Los miserables’, de Ladj Ly. Basado en su cortometraje homónimo, del que rescata además parte del reparto, el cineasta francés, nacido en Malí, y conocido por su activismo social contra la violencia policial en los barrios periféricos de París, mostraba en su cortometraje, y así lo muestra, ahora, en su primer largometraje de ficción, ser poseedor de un pulso narrativo altamente poderoso.
Además de poder disfrutarla dentro del marco de la 67 edición del Festival Internacional de San Sebastián, recientemente antes de la proyección de la película pudimos asistir a una charla entre Begoña Piña como moderadora y la corresponsal francesa Cecilé Thibaud, juntas nos explicarían el contexto del film que íbamos a ver. Su origen se encuentra en los disturbios que hubo en 2005, en el que dos jóvenes musulmanes huyeron de la policía y fallecieron por culpa de un accidente con un cajetín de alta tensión.
Todo esto resultó en unos disturbios que agitaron la capital de Francia durante aquel año. Cecilé nos recordaba constantemente que en un ambiente con tanta tensión una pequeña chispa es suficiente para que un gran fuego surja, algo que puede volver a ocurrir en la actualidad y que es el escenario que nos plantea la película.
París siempre enseña los dientes; cuando no ruge, ríe. Así describe Víctor Hugo en Los Miserables a la sociedad. Siglos después sigue funcionando esa misma descripción para la gran urbe francesa y sus muchos distritos desfavorecidos. Ladj Ly dirige esta obra desde una crudeza y un realismo veraz, con un estilo urbano muy marcado.
Que la historia de 'Los Miserables' comience con un recién llegado a la patrulla no es casualidad, ya que de esta manera los espectadores pueden sentirse llevados de la mano con dicho personaje para ir presentando a todos los personajes que pueblan ese pequeño planeta que es el barrio que frecuentan.
Gracias a un montaje frenético y una duración que se antoja perfecta, 'Los Miserables' mantiene un ritmo rápido durante los 100 minutos, sin que sobre ni falte tiempo. Un thriller callejero que transcurre en poco más de 24 horas y trata de que entiendas como espectador lo dura que es la vida cuando te tocan ciertas cartas de la baraja al nacer en un entorno tan hostil.
Por ello, es una lastima que un director que muestra tal emocionante talento narrativo tras la cámara abandone el poder de sugerencia para lanzar, torpemente, una metáfora maniqueísta como la que presenta su desenlace. El relato se parte en dos y, después de mostrar con claridad y duro realismo el devenir de sus personajes limítrofes, todo cae en un empeño moralista con el que los grandes aciertos del filme pierden fuerza. Es ese deseo de conectarse con la obra de Víctor Hugo, y de jugar al tremendismo tan eficiente como criticable, lo que lleva a su director a una conclusión demasiado tosca, aunque rodada, eso sí, con el mismo poder visual y narrativo que acompaña al resto del metraje.
Por ello, se podría decir que es una película tan llena de hallazgos y aciertos, como de tropiezos y errores.Un filme que atrapa y no suelta, pero que también recurre a un cliché y oportunismo, sobre todo en su tramo final, que empaña, en cierta manera, el gran hacer de un director que se descubre como un narrador de lo más competente para el futuro del cine francés. Por ahora, habrá que quedarse con lo bueno, con ese primer tramo de vigoroso y enérgico policíaco, que nos hace posarnos en su rudo aspecto urbano con la agilidad de una cámara capaz de registrar el sudor y la rabia de un reparto de altura.
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- ##check## Lo bueno
- El pulso narrativo que muestra su joven director novel.
- ##times## Lo malo
- El maniqueísmo de su discurso y mensaje final. Muy poco sutil.
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- Ambientación 7.5
- Muy buena. Nos mete de lleno y de manera portentosa en las calles de una ‘banlieu’ parisina.
- Desarrollo de Personajes 7.0
- Muy interesante, sobre todo el de los tres policías principales. Sus personalidades, aunque rallando el convencionalismo, acaban proporcionando una mirada muy humana y compleja. No ocurre lo mismo con los jóvenes personajes, que se desarrollan con brocha.
- Argumento / Guión 6.5
- Tiene el problema de estar muy pendiente de su mensaje, pero cuando la película se centra en observar y retratar, lo hace de manera perfecta.
- Banda Sonora 5.5
- No sería necesaria en este caso. Sirve solo para subrayar ciertos aspectos que no lo piden.
- Entretenimiento 7.0
- Muy destacable en este aspecto. La película te atrapa desde el principio y te lleva por un relato tan entretenido como dinámico.
- Montaje / Innovación técnica 7.0
- Un montaje también de potente mano firme. La película se desenvuelve con una soltura dinámica de altura, en parte gracias a su trabajo en la sala de postproducción.
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- Puntuación Total 7 / 10