Revista Coaching

Los mismos perros con distinto collar

Por Admin24 @Notepares_

Los mismos perros con distinto collar

 

En la anterior publicación he dado muy poca opinión sobre los sindicatos. Pero a veces con una sola frase se pueden decir muchas cosas. Y en el anterior entrada he comentado que me gustaría que los sindicatos fueran mas Socializados que politizados. Porque esa una gran realidad. Y creo que es un de los motivos por los que mucha gente decide quedarse también en casa. Porque piensan que los sindicatos no hacen nada. Qué no representan al trabajador y qué solo representan a los partidos políticos que hay ahora.

Así que  me ha parecido interesante leer este articulo y lo comparto con vosotr@s. Habrá gente que esté de acuerdo otros que no estén de acuerdo y otros que ni una cosa ni la otra.

Así que como en este blog se respetan tod@s y cada una de las opiniones. Espero que esté artículo sea para crear un debate con cierto respeto hacia otras posibles opiniones.

 

El texto es el siguiente:

Necesitamos unos sindicatos rebeldes, eficaces, constructivos, transparentes, autocríticos y empresarios

Desde hace semanas leo las opiniones vertidas sobre la huelga y el papel de los sindicatos. Sorprendentemente estoy de acuerdo en casi todo a pesar de que, en principio, pueda parecer contradictorio. Somos propensos a confundir el sustantivo con el adjetivo y a criticar la función con el desempeño de la misma; así que con unos sindicatos fiel reflejo de la mediocridad y desfase de nuestra apoltronada clase dirigente, que sólo ve la paja en el ojo ajeno. Permítanme que hoy abandone temas financieros para centrarme en las notas que deberían, según mi opinión, conformar la actividad sindical, estando firmemente convencido de que la verdadera división del mundo actual es entre los que trabajan (bien sean trabajadores y/o empresarios) y los que viven de lo ajeno.

Nadie valora más un puesto de trabajo que los trabajadores, pues es mayoritariamente nuestra única posibilidad para llevar una vida digna. Por tanto debemos tener:

Rebeldía contra la corrupción, impuesto que grava el coste de la obras y servicios, contrata a los afines a los que exige fidelidad, falsea la libre competencia, crea burbujas y estados mastodónticos imposibles de mantener (¿Para qué queremos a los asesores y personal de confianza si tenemos funcionarios de carrera?) y tiene relación con la falta de financiación de la economía, como puede verse en los gráficos. A las actuales cúpulas sindicales lo que les preocupa es absorber al Sindicato de interinos para tener más afiliados que el vecino, en lugar de que salgan a concurso las plazas en libre competencia.

Rebeldía, contra el paro (no se puede esperar a tener cuatro millones de parados para movilizarse), contra la política instalada por la L.D.M.B (Ley del Despido Más Barato) que basa toda nuestra salida de la crisis en salarios todavía más bajos, sustituyendo mano de obra en función de su coste, con más precariedad, sin eliminar la dualidad entre contratos temporales y fijos. ¡Qué ejemplo nos da Alemania cuando los trabajadores aceptan salarios más bajos a cambio de menor paro o mayor estabilidad como en Siemens! Si hubiéramos adoptado medidas semejantes hace años cuando todos, -menos nuestro presidente y sindicalistas, que continuaban pensando en el subprime-, veían los primeros síntomas de la crisis, otro gallo nos hubiera cantado, pero para ello hay que ser…

Autónomos de los partidos políticos, de las subvenciones multimillonarias de los presupuestos, de las dietas de los consejos de administración, fomentando la participación de los más jóvenes (el sector más escéptico y con razón), convocando asambleas cuando surgen temas importantes, limitando la duración de los cargos sindicales y trabajando diariamente para ser…

Eficaces en la resolución de los problemas concretos, desde temas de salud laboral (¿Para cuándo sicólogos laborales en las empresas y directores de recursos humanos competentes y no meros ejecutores de recortes de gastos?) y seguridad (no todo es dinero) hasta temas de trato personal. La conciliación y la responsabilidad social corporativa quedan muy bien en el papel, pero tienen que ser realidad. Muchas veces nuestros sindicalistas no piden ni la información que según el Estatuto de los Trabajadores tenemos derecho y la CNMV pasa a nuestros sindicatos por la izquierda. Juegan la liga de la productividad y del bienestar en campos de tercera, mientras que el resto del mundo lo hacen en estadios de primera. Se preocupan del color del papel del retrete y son incapaces de unirse y criticar ciertas decisiones empresariales que ponen en entredicho la continuidad de la empresa. Ante la cúpula empresarial actual más cavernícola, egoísta  y especulativa de toda Europa para vergüenza de ellos y de España, y que no se saciará hasta que los trabajadores paguemos por trabajar se deben presentar…

Alternativas constructivas que teniendo en cuenta la situación mundial (a lo mejor China también influye en nuestras relaciones productivas y los recortes presupuestarios se dan porque el diferencial del bono español es de 180 p.b. y esto además de que los mercados son unos h.p. es porque tenemos cinco millones de parados), cambien nuestro modelo productivo aunque sea a costa de algunos sacrificios empezando por los liberados sindicales (conozco algún sindicalista que propuso a su ejecutiva la reducción de horas sindicales siendo tratada la iniciativa como una locura). No conozco ninguna alternativa sindical concreta cuantificable para salir de la crisis (en esto se parecen a Rajoy) y posiblemente exista y eso nos lleva a que los sindicatos están perdiendo la batalla de los la opinión pública (asistencias a palcos de fútbol, comidas y cenas en lujosos restaurantes, demasiada aparición en los medios y poco trabajo) porque entre otras cosas no hacen…

Autocritica de su corresponsabilidad por su silencio en las políticas de estos años, por las ridículas rentabilidades de los planes de pensiones, por su pertenencia a los Consejos de Administración de Entidades Financieras que necesitan ser rescatadas debido a sus políticas de inversiones, por sus actuaciones no totalmente explicadas, como en los fondos de formación o en ciertas cooperativas de vivienda, lo que conlleva a ser…

Transparentes en sus actividades con la publicación de que cobran por los EREs, mostrando las declaraciones de renta de sus dirigentes (al igual que debiera hacer cualquier persona con representación pública). En la era de la imagen, las apariencias importan y mucho. Siendo autocríticos y transparentes la sociedad acallará las voces de los que piden su desaparición (a veces aquellas que dicen barbaridades y que han alcanzado el poder mediante procesos moralmente cuestionables con sueldos multimillonarios y que para burla nuestra no llegan a fin de mes, o que siendo partidarios del despido libre cobran indemnizaciones multimillonarias como algunos banqueros y cargos directivos de la CEOE). Además de un centro de coste son un centro de beneficio y un verdadero balance social de su actividad es necesario.

En definitiva me gustaría tener unos sindicatos imaginativos (convocando protestas fuera de las horas de trabajo ante los domicilios de los corruptos) y emprendedores, que trabajando diariamente influyan en la sociedad, que se adelanten a los acontecimientos, representativos de los trabajadores y de los parados, que propongan alternativas, en los que sus economistas pinten algo y que con el dinero que ahorren creen, en libre competencia, empresas, cooperativas y servicios que ayuden al bienestar de todos. De todos y cada uno de nosotros depende cambiar el actual modelo, que no conduce a nada.

Muchos años perdidos, con un modelo de relaciones sociales anticuado, sin ninguna participación en las decisiones empresariales, con unos dirigentes que acabarán en política, como los Antonio Gutiérrez, Manuel Chaves, Joaquín Almunia, cada vez más alejados de la realidad, integrados en el sistema y haciendo el ‘paripé’ cuando no tienen más remedio para salvar sus prebendas, y mientras, nuestros diputados pidiendo suavemente a nuestros clubs de fútbol que paguen sus deudas con la Seguridad Social y con Hacienda, es decir con nosotros. ¡Qué país y qué paisanaje! Menos mal que muchos ciudadanos y sindicalistas de a pie no se parecen en nada a ellos, pero es necesario que demos un paso más y examinemos las causas de la mala calidad de nuestros dirigentes y a lo mejor no está muy lejos de nosotros.

 

Texto encontrado aquí: http://blogs.elconfidencial.com/economia/pon-tu-talento-a-trabajar/archivo/necesitamos-sindicatos-rebeldes-eficaces-constructivos-transparentes-20100929-4093.html


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