Revista Salud y Bienestar
Más de un centenar de profesionales sanitarios y directivos de la salud se han dado cita en el II Encuentro SEDISA – Pfizer: “Modelos de acceso y optimización en la gestión de terapias biológicas” donde se ha debatido sobre los procesos de optimización y racionalización de las terapias biológicas, así como estrategias de innovación presentes y futuras necesarias para la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud. El encuentro ha contado con la presencia del consejero de sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty. Para Joaquín Estévez Lucas, presidente de SEDISA, “los objetivos de racionalización y optimización en el uso de las terapias biológicas y en general en cualquier partida que impacte en el presupuesto de gastos, en el momento actual de la economía, son claves”.
Por ello, “a pesar de que las terapias biológicas suponen porcentaje importante del gasto farmacéutico hospitalario también han demostrado importantes ahorros indirectos al reducir las tasas de incapacidad laboral, han mejorado sustancialmente la calidad de vida de los pacientes, han contribuido a un menor número de ingresos hospitalarios e intervenciones quirúrgicas derivadas, por ejemplo, de la progresión radiográfica de la enfermedad”.
Por su parte, el director de Relaciones Institucionales de Pfizer, Juan José Polledo, hizo referencia a “la necesidad de un alineamiento entre todos los agentes que operan en el Sistema Nacional de Salud; es decir, la colaboración entre Administración, profesionales y proveedores”. Asimismo señaló necesario “que el valor de los medicamentos se tome en consideración en relación a la utilización práctica y real que los profesionales hacen de los mismos. De esa manera, se garantizan las ventajas derivadas de las innovaciones terapéuticas, tanto en términos de salud como en términos de óptima gestión de los recursos”.
Según Joaquín Estévez “Se debería apostar por modelos fármaco-económicos en los que se primen conceptos de coste-eficiencia, que permitan establecer la predictibilidad en la respuesta al tratamiento y las consecuencias económicas derivadas en el uso de este tipo de terapias; estos modelos ayudarían a establecer estrategias a medio – largo plazo, que permitirían a su vez conocer y adelantarnos a escenarios futuros”. igualmente importante señala que “el abordaje multidisciplinar de las patologías, en el que los diferentes actores implicados (médicos, farmacéuticos, directores médicos, gestores, administración y equipos de consejería) converjan, expongan y aporten soluciones conjuntas desde todos los puntos de vista podría suponer una mejora para la optimización y gestión de las terapias biológicas.
La Doctora Rosario García Vicuña, jefa del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario de La Princesa (Madrid), añade además que “hay que tener confianza en los profesionales, ya que generalmente estamos implicados en el uso responsable y óptimo de los recursos, especialmente en las terapias biológicas, que si bien han incrementado el gasto directo de muchas especialidades, su indicación y monitorización precisa permite la equidad en el acceso y un uso eficiente.”
Finalmente, el Doctor Alberto Morell Baladrón, Jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario de La Princesa, ha presentado datos realizados conjuntamente con el Hospital Universitario Gregorio Marañón (Madrid) que muestran el coste de estos tratamientos en la práctica clínica real, y las diferencias existentes entre las principales terapias biológicas. Según el Doctor Morell, “del correcto seguimiento de los tratamientos se derivan aspectos importantes para el ahorro, manteniendo la calidad terapéutica”.
Por ello, “a pesar de que las terapias biológicas suponen porcentaje importante del gasto farmacéutico hospitalario también han demostrado importantes ahorros indirectos al reducir las tasas de incapacidad laboral, han mejorado sustancialmente la calidad de vida de los pacientes, han contribuido a un menor número de ingresos hospitalarios e intervenciones quirúrgicas derivadas, por ejemplo, de la progresión radiográfica de la enfermedad”.
Por su parte, el director de Relaciones Institucionales de Pfizer, Juan José Polledo, hizo referencia a “la necesidad de un alineamiento entre todos los agentes que operan en el Sistema Nacional de Salud; es decir, la colaboración entre Administración, profesionales y proveedores”. Asimismo señaló necesario “que el valor de los medicamentos se tome en consideración en relación a la utilización práctica y real que los profesionales hacen de los mismos. De esa manera, se garantizan las ventajas derivadas de las innovaciones terapéuticas, tanto en términos de salud como en términos de óptima gestión de los recursos”.
Según Joaquín Estévez “Se debería apostar por modelos fármaco-económicos en los que se primen conceptos de coste-eficiencia, que permitan establecer la predictibilidad en la respuesta al tratamiento y las consecuencias económicas derivadas en el uso de este tipo de terapias; estos modelos ayudarían a establecer estrategias a medio – largo plazo, que permitirían a su vez conocer y adelantarnos a escenarios futuros”. igualmente importante señala que “el abordaje multidisciplinar de las patologías, en el que los diferentes actores implicados (médicos, farmacéuticos, directores médicos, gestores, administración y equipos de consejería) converjan, expongan y aporten soluciones conjuntas desde todos los puntos de vista podría suponer una mejora para la optimización y gestión de las terapias biológicas.
La Doctora Rosario García Vicuña, jefa del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario de La Princesa (Madrid), añade además que “hay que tener confianza en los profesionales, ya que generalmente estamos implicados en el uso responsable y óptimo de los recursos, especialmente en las terapias biológicas, que si bien han incrementado el gasto directo de muchas especialidades, su indicación y monitorización precisa permite la equidad en el acceso y un uso eficiente.”
Finalmente, el Doctor Alberto Morell Baladrón, Jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario de La Princesa, ha presentado datos realizados conjuntamente con el Hospital Universitario Gregorio Marañón (Madrid) que muestran el coste de estos tratamientos en la práctica clínica real, y las diferencias existentes entre las principales terapias biológicas. Según el Doctor Morell, “del correcto seguimiento de los tratamientos se derivan aspectos importantes para el ahorro, manteniendo la calidad terapéutica”.
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