Nai es un niño de 9 años que vive en Camboya. Últimamente tiene pesadillas con el ‘Yeak’, el monstruo que se come a los niños que se portan mal. Michael, su profesor de inglés en la escuela, le dice que los monstruos no existen, que son cuentos de niños. Pero la verdad es muy diferente.
La búsqueda del origen de la pesadilla de Nai es el eje conductor del cortometraje ‘Los monstruos no existen’, creado por el director Paul Urkijo para Global Humanitaria y que se presenta con ocasión del Día Mundial de los Derechos de la Infancia, el 20 de noviembre.
Los monstruos no existen apoya la lucha contra el turismo sexual infantil y la explotación sexual infantil y la captación de ingresos para el mantenimiento del proyecto Protect, puesto en marcha por Global Humanitaria en Camboya en 2003.
El cortometraje, dirigido por el realizador vasco Paul Urkijo, se rodó en Camboya en 2011 y, durante dos años ha cosechado premios y reconocimientos en 27 certámenes internacionales.
“La experiencia del rodaje fue increíble”, explica el director. “Camboya es un país lleno de color y con mucho movimiento, la gente es muy agradable y predispuesta a ayudarte sin compromiso. Sin embargo su situación económica está muy desequilibrada. El contraste entre lo rico y lo pobre es muy evidente. Llegué a ver pasar una limusina enorme y justo después unos críos esnifando pegamento en una esquina. Una realidad muy dura.”
Entre 10.000 y 20.000 niños viven y trabajan de forma permanente en las calles de ciudades como Phnom Penh, y en las zonas turísticas de Camboya, como los templos de Angkor Watt, en Siem Reap o las playas de Sihanoukville. Estos niños se ocupan como mendigos o como vendedores ambulantes. Sus mejores clientes son los extranjeros que, en número creciente, visitan el país desde finales de los años 90.
Los monstruos no existen. ¿O sí?