Les entusiasma jugar a construir, apilar, destrozar y volver a empezar, en un ciclo de prueba error, donde los niños desarrollan muy diversas habilidades motoras, sensoriales, cognitivas, pero también permiten desarrollar sus habilidades sociales y emocionales. Además, los juegos de construcción permiten ir adaptándose a la edad de los niños, con diferentes formas, colores y complejidad. La variedad de juegos de construcciones es casi infinita, desde los cubos apilables con formas y colores cuando son más pequeños, bloques de construcción con diferentes formas y colores, piezas magnéticas que permiten además descubrir las propiedades electromagnéticas de la materia, bloques encajables como tipo Lego, piezas mecánicas, y así un largo etcétera.
Y ahora sí, vamos a enumerar los múltiples y variados beneficios de los juegos de construcción, de los diferentes tipos de juegos de construcción y lo más importante para nosotros como padres y madres, como podemos aprovechar al máximo este interés, esa motivación que tienen los niños con los juegos de construcción, para potenciar todas las habilidades de nuestros hijos. Muchas veces pensamos que con los juegos de construcción sólo estimulamos la imaginación y la creatividad de los más pequeños, aun cuando esto es sólo una pequeña parte del potencial de estos fantásticos juguetes educativos.
Por eso lo primero es saber cuáles son los beneficios de los juegos de construcción. Por simplificar y ordenar un poco las ideas, podríamos decir que los principales beneficios son:
El desarrollo de la psicomotricidad fina es esencial en los niños desde la más temprana edad, ya que les permite experimentar y aprender sobre su entorno. A medida que se fortalecen sus músculos, mejora la precisión y coordinación de los movimientos que realizan los niños con las manos y dedos. Por ejemplo, su adecuado desarrollo es indispensable para la correcta adquisición de la escritura cuando llegue el momento.
Así, la psicomotricidad fina juega un papel fundamental en el desarrollo de la inteligencia, y los juegos de construcción son un gran aliado tanto para nuestros hijos como para nosotros.
- Desarrollar habilidades visoespaciales, visoperceptivas y visoconstruccionales
Según Mónica Rosselli del Departamento de Psicología de la Florida Atlantic University (2015), el desarrollo infantil visoespacial y visoconstruccional es el resultado de la integración progresiva de habilidades visuales, motoras y espaciales; la unificación en el niño de estas habilidades culmina en la capacidad para crear mapas mentales y en la habilidad visomotora para integrar elementos dentro de un todo organizado.
Así, los juegos de construcción no sólo facilitan la comprensión y la utilización de conceptos espaciales como alto-bajo, cerca-lejos, delante-detrás, o cuantitativos como grande-pequeño, lleno-vacío, sino que permiten desarrollar paulatinamente la capacidad para representar, analizar y manipular objetos mentalmente y también la capacidad de reconocer y discriminar los estímulos.
Según Cristina Martínez de Toda, neuropsicóloga, las funciones ejecutivas son el conjunto de habilidades cognitivas implicadas en el razonamiento, y en la resolución de situaciones novedosas o cambiantes de una forma efectiva. Esto es, las actividades u operaciones mentales que nos llevan a conseguir un objetivo.
Así, según Sholberg entre estos procesos cognitivos destacan la anticipación, elección de objetivos, planificación, selección de la conducta, autorregulación, auto monitorización y uso de feedback.
Los juegos de construcción, aunque parezca algo tan simple, permiten a los niños ponerse un objetivo, planificar cómo va a hacer su próxima construcción, tomar el feeback de construcciones anteriores para cada nueva estructura, autorregularse, concentrarse y en según va avanzando anticiparse a las posibles "consecuencias" de su siguiente pas o.
De forma particular los juegos de construcción son una forma fantástica de aprender e interiorizar conceptos matemáticos y geométricos de forma divertidísima. No sólo círculos, cuadrados, rombos, cubos, esferas o rectángulos, entre otros. Sino también conceptos como la simetría, equilibrio, equivalencias o matemáticos como la mitad, el doble y las diferentes relaciones y proporciones, series lógicas o el propio concepto de número y unidad hasta operaciones matemáticas simples.
La curiosidad es la madre de todas las ciencias. Esa curiosidad que tienen los niños de forma innata y que hace que se impregnen de todo lo que les rodea, es un regalo que no podemos desaprovechar. ¿A qué niño no le gusta más tirar una construcción terminada que hacer la propia construcción? Este impulso, que al principio es gracioso y divertido, va impregnado de forma empírica a los niños las leyes de la física que gobiernan el universo. La gravedad, el equilibrio que hemos visto ya antes en las matemáticas (muy relacionados), la resistencia de los materiales, conceptos más abstractos como fuerza, o incluso en algunos juegos de construcción como los bloques magnéticos permiten a los más pequeños descubrir las propiedades magnéticas de la materia y jugar con los efectos de atracción repulsión. Vamos, nuestro propio mini laboratorio de física en casa.
Como hemos dicho anteriormente, los juegos de construcción estimulan las funciones cerebrales ejecutivas, lo que lleva a los niños a autorregularse, les obliga a concentrarse en su objetivo, y prestar atención y coordinar los diferentes movimientos dentro de cada construcción, para ir mejorando poco a poco.
Los juegos de construcción son ideales para practicar con hermanos o amigos. No vamos a negarlo, muchas veces surgirán conflictos mientras se comparten los momentos de juego, que si se hace lo que yo quiero, que si ahora me toca a mí y después también a mí, y así un largo etcétera. Pero son estos conflictos los que van a permitir a nuestros hijos aprender a solucionar las dificultades, enseñarles a empatizar, a compartir, a respetar las reglas, los turnos y las normas de los jueg os. Para poder enseñarles a solucionar conflictos, enseñarles a empatizar, a colaborar y cooperar, lo más importante es crear situaciones, momentos distendidos, donde desarrollar estas habilidades, y ninguna de ellas es mejor que el juego, como por ejemplo con los jue gos de construcción.
- Desarrollar la imaginación y creatividad, favorecen el juego simbólico y aceleran el aprendizaje del lenguaje
Si algo tienen los niños es imaginación. Una imaginación desbordante, una imaginación que les hace muy creativos, no están sujetos a normas, estereotipos, realidades preconcebidas, y además tienen esa inocencia que sólo pueden tener los niños. Deja a dos niños el mismo juguete de construcción y verás qué mundos tan divergentes pueden crear. Cada niño, en cada momento puede crear un escenario, un objeto, un sentimiento o un pensamiento con un juego de construcción. Además, permite a los más pequeños jugar a juego simbólico, haciendo o imaginando su propia casita, cocinita, caja de herramientas, castillo, clínica, parking, y un largo etcétera. Lo que permite a los niños representar situaciones de la vida real recreadas por ellos mismos, fomentando y acelerando, tanto con el juego simbólico como con el juego colaborativo y el desarrollo del lenguaje.
- Fomentar el desarrollo de una buena autoestima, seguridad y control de la frustración
Si hemos visto como los juegos de construcción favorecen o fomentan la cooperación y la colaboración, es decir la relación del niño con los demás, también favorecen y desarrollan las autoestima y seguridad del propio niño (el yo). Con los juegos de construcción los niños se sienten y son capaces de realizar diferentes construcciones. Además, cuando éstas son valoradas (no tiene por qué ser siempre ni en todos los casos) por sus padres, hermanos o amigos se refuerza esta autoestima. Pero además aprenden algo muy importante para su futuro, a controlar su frustración. Es saber que todo no va a salir a la primera, que requiere esfuerzo y concentración y un alto grado de superación.
Por último, pero no menos importante, los juegos de construcción son una excelente herramienta para los padres para enseñarles a ordenar y recoger. Aunque no siempre de buena gana, pero creo que en eso coincidiremos todos, los juegos de construcción nos permiten enseñar a los niños la importancia del orden (y lo caótico del desorden) y crear hábitos para recoger los juguetes. Estos hábitos serán fundamentales en otras etapas y edades.
Fuente: doceo