En 1945 aparece en Francia la revista de comics Vaillant. Impulsada por el Partido Comunista, editó material 100% francés (con influencia USA) con tiradas de 140.000 ejemplares. En 1969 se transforma en Pif Gadget, con el personaje del exilado español Cabrero Arnal como titular, alcanzando el millón de ejemplares, en parte también gracias a la estrategia comercial de ofrecer un regalo (gadget) a sus lectores en cada entrega.
Roger Lecureux (1925-99) fue un guionista fundamental de ambas y, sí, como has averiguado, le encantaban los dinosaurios...
En 1945 escribe para el dibujante Raymond Poïvet la serie de ciencia-ficción Les pionniers de l’Espérance en Vaillant. Futurópolis la recopiló en tomos: el segundo abarca las tiras publicadas entre 1947 y 1949, incluyendo la historia (originariamente sin título) Cinq-cent mille ans avant.
Los dinosaurios de Tumak se parecen sospechosamente a las iguanas de One Million BC
Por cierto, que Poïvet publicó junto a Georges Fronval Tumak, hijo de la jungla (1948, en L’intrepid), adaptación de la película One Million BC de Hal Roach.
El trabajo que impulsó la carrera [1] de Jean-Claude Forest (conocido por Barbarella, que Jane Fonda convirtió en icono pop) fue Pour la horde (1952), escrita por Roger Lecureux para Vaillant, inspirado en En busca del fuego [2] de J.-H. Rosny [3] (1856-1940), considerado uno de los padres de la ciencia-ficción francesa moderna.
Nada enfada más a un estegosaurio que ser interrumpido mientras pasa el plumero a los libros (Rahan)
Una de las primeras series de Pif Gadget fue la prehistórica Rahan (1969, Lecureux/ André Chéret), trasvasada a animación por France Animation. Su éxito impulsó el spin-off Tarao, l’enfant sauvege (1982, Lecureux/ Raphaël Carlo Marcelo). Tarao es un niño que, tras volverse amnésico -¿vendrá de ahí lo de “tarao”?-, viaja solo por el mundo en busca de semejantes. Al final se descubre que se trata del hijo de Rahan.
En la versión española se apiadaron de él y Tarao se llamó Taraz
En 1979 será nuestro Alfonso Font [4] (1946) quien colabore en Pif con Lecureux en la serie Les Robinsons de la Terre, en la que una nave extraterrestre busca refugio en la Tierra... durante el Mesozoico.
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[1] En sus propias palabras: "N’est pas ma première bande, mais c’est avec sa publication dans Vaillant que j’ai pu me considérer comme admis au nombre des professionnels" ("No fue mi primer cómic, pero fue gracias a su publicación en Vaillant que pude considerarme un profesional"). [2] También fue adaptada al cómic por el belga Fred Funcken en L'Explorateur (1948) y por el francés René Pellos en Zorro (1950), y Jean-Jacques Annaud la llevó a la gran pantalla en 1981, reciendo el óscar y el BAFTA al mejor maquillaje o el césar a la mejor película y director.[3] Su obra maestra es Los navegantes del infinito (1925) en la que acuñó el término astronauta, y también escribió otras novelas de ambientación prehistórica como Vamireh (1892), Eyrimah (1893), Le Félin Géant (1918) o Helgvor du Fleuve Bleu (1930). Aunque ninguna de ellas contiene dinosaurios, varias describen mundos perdidos donde siguen habitando hombres prehistóricos.[4] Tras unirse al equipo que autoeditaba La Calle (Carlos Giménez, Víctor Mora, y Adolfo Usero), trabajó para las revistas de Warren/Toutain 1984 o Creepy, donde realizó Cuentos de un futuro imperfecto. En 1993 recibió el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona.