A diferencia de lo que comúnmente se cree, hace 65 millones de años el Evento K-Pg no terminó con todos los dinosaurios… ¿Qué? Sí, ya, ya, las aves son sus actuales descendientes. Pero no me refería a eso. Hubo una región del planeta, un valle escondido conocido como “El País de la Nubes”, donde los reptiles prehistóricos lograron sobrevivir. En este mundo perdido, continuaron con su evolución, dando lugar a seres cuyo aspecto podría coincidir con las descripciones de dragones que puede encontrarse en la tradición europea. Algunas especies llegaron a ser domesticadas por los habitantes de la zona.
Éste es el mundo que habita El Mercenario, protagonista de la homónima serie de Vicente Segrelles (1940) que vio la luz en la revista Cimoc [1] en 1981. Cuando se canceló en 2003, sus aventuras ocupaban trece volúmenes de impactante fantasía heroica, que han sido reeditados en 14 álbumes recientemente por Ediciones de Ponent.
Si añadimos el impresionante estilo realista de Segrelles, que culmina sus viñetas al óleo, como si estuvieran destinadas a una exposición en la pinacoteca más exigente, comprenderemos que El Mercenario se haya convertido en una serie de culto en todo el mundo.
Sin embargo, y aunque es la más monumental, El Mercenario no es la única incursión de su autor en el terreno del paleoarte.
Aparte de numerosas portadas para el mercado internacional, como las precedentes, cuando en 1988 Norma editó la traducción de la antología de Ray Bradbury Dinosaur tales, tuvo claro a quien encargarle la portada.
Y aunque su pasión por los dragones llega a su serie de humor infantil El sheriff Pat, el libro ilustrado El agua mágica (2004) es el primer cuento para niños de Vicente Segrelles, en el que no faltan estos legendarios seres a los que el propio autor hace descender directamente de los dinosaurios en su obra magna.
Para quien desee ampliar información y disfrutar de sus creaciones, Ponent acaba de editar un lujoso volumen de más de 300 páginas con su autobiografía bajo el título De oficio: ilustrador.
-----[1] Aparecida en 1977 y bautizada con el anagrama del término “Cómic”, fue uno de los primeros comic-books o revistas de cómic de la Editorial Norma.