Los muros de la vergüenza
Utilizar vidas humanas como moneda de cambio, arma política.
Con la vida no se juega
Algo falla en una sociedad cuando lo humano se vuelve excepcional.
Algo falla cuando nos tenemos que manifestar para decir que matar está mal,
Algo falla cuando la vida humana se convierte en moneda de cambio, en arma de poder.
Algo falla cuando nos sigue importando más la frontera, la nacionalidad que la persona, olvidando la verdadera nacionalidad, la esencial,
La Nacionalidad del Amor
la vida humana por encima de cualquier frontera, nacionalidad,política, sexo, raza, religión. ..
Tampoco olvidemos los nadie:
No nos olvidemos de los otros refugiados, los nadie
Los otros refugiados, los nadie
Si poco preocupan las personas que buscan refugio en Europa, nada aquellas quienes lo hacen en África u Oriente Medio, muriendo sin que nadie lo sepa, y lo peor, sin querer saberlo.
Del mare nostrum al mar rojo.
Desaparecen ahogados en el silencio, en el olvido, tragados por el mar convertido en un agujero negro, ni la muerte los ensalza, nunca fueron.
Hasta para los refugiados e inmigrantes que mueren en el mar hay clases.
El refugiado ya no tiene refugio ni acogida en esta sociedad, tan sólo enriquece las estadísticas de vidas perdidas en el cementerio de la conciencia humana…
Pero todavía hay algo peor,
Ser invisible, inexistente, completamente ignorado,
Vidas naufragadas que por no contar no cuentan ni en la estadística de muertes.
Ya ni se habla de hombres o mujeres, niños o niñas, embarazadas o no…y el número ya ni importa… para qué…
Son los refugiados del conflicto de la vergüenza, Yemen, son los nadie.
Si Yemen es el conflicto bélico silenciado, más lo son los refugiados que huyen de él y en el intento naufragan en el mar, en algún caso las noticias hablan de muertes, de refugiados ni pizca
Saltan del país cayendo al mar donde son engullidos: yemenís, etíopes… que más da…
El mare nostrum se ha convertido en mare mortum, cementerio de dáveres convertidos en cifras,
El mar rojo, es el mar de los nadie, que si su vida vale nada, su muerte no cuenta ni en las estadísticas. Es el mare mortum olvidado, el mar rojo, teñido de sangre.
Los nadie: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Que no son, aunque sean.
Que no tienen nombre, sino número.
Los nadie, que cuestan menos que la bala que los mata.
“Eduardo Galeano”
Los nadie, que por no tener ya no tienen ni número