Revista Cocina

Los músculos invisibles del Método Natural

Por Robertosancheze

Y con invisibles no me refiero a una de las frases típicas que mis alumnos suelen mandarme por correo electrónico después de un curso y sus agujetas correspondientes: “Rober. He descubierto que tengo músculos que jamás había notado”.

Más bien apunto a otro de los grandes descubrimientos resultantes de la práctica del hebertismo y la locomoción natural.

Que si este ejercicio trabaja los músculos del pecho o de las piernas. Que si quiero que crezcan mis bíceps. Que si debo sentir analíticamente mi oblicuo menor derecho, justo ahí, como si quemara. Que cuántas repeticiones tengo que hacer para endurecer mis glúteos.

Esas son las frases típicas referidas a los músculos, desde lo más general a lo más friki, en la mayoría de propagandas, gimnasios, webs, salas de musculación, revistas, etc.

Pero en el Método Natural no.

Podemos pararnos a analizar “muscularmente” algún movimiento al detalle, claro que sí. Y para el conocimiento profundo de cada movimiento o patrón es algo fundamental, necesario, aunque tal vez solo para aquel que trabaja en el sector de la salud.

Pero en la práctica diaria, cotidiana, los músculos no se tienen en cuenta, no se mencionan, no son el centro de atención.

El foco del movimiento sólo es uno: el movimiento.

Y es evidente que una parte muy importante de ese movimiento son los músculos.

Dejemos que hagan lo que tengan que hacer.

En el Método Natural, los músculos son invisibles.

El resto, como siempre, serán consecuencias, y muy buenas.


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