Revista Viajes

Los naufragios de Scapa Flow

Por Inshalatravel @inshalablog

Estábamos apurando las pintas de cerveza, después de degustar el plato especial del día en aquel viejo pub cerca de Tankerness, en las islas Orcadas, cuando la "landlady" del establecimiento se acercó a nosotros.

-¿ Han estado ya en la " Italian Chapel "? es un sitio precioso y podría ser que algún familiar suyo participase en la construcción de la iglesia , un tío o un abuelo...

-Perdone señora, pero no somos italianos, somos españoles y seguramente esta tarde iremos a visitarla. Gracias por la sugerencia.

-La construyeron los prisioneros del campo de Lamb Holm, viene mucha gente a verla, pero sobre todo italianos como ustedes.

Muy bien señora, ¡para usted la perra gorda!, esta obcecación de los escoceses por asignarte la nacionalidad que les parece, ya la habíamos vivido anteriormente. Sin ir más lejos el día anterior en un pub de Stromness, después de bajarnos del ferry que cubre la línea desde Thurso, un paisano se empeño en que teníamos que ser alemanes y eso que estábamos con un chico canadiense, que habíamos conocido en el barco y al que llevamos en nuestro coche hasta Kirkwall.

-También vienen muchos alemanes por los barcos hundidos en la bahía, hay más de cincuenta.

-Por cierto ¿ En que zona de la bahía esta hundido el " Royal Oak "? Nos han dicho en la estación de buceo de Stromness que es el que se conserva en mejor estado.

La pregunta incomodó un poco a la señora, no les gusta mucho hablar del asunto del "Royal Oak".

- Bueno, no es muy interesante, el interés principal son los barcos alemanes...

En la barra, un hombre de mediana edad, estaba siguiendo la conversación sonriente, en un momento que me acerqué a por una nueva ronda, me preguntó de qué parte de España éramos.

-¡Así que sois de Madrid!, estuve allí hace algunos años y tengo unos recuerdos maravillosos de aquellos días.

- Me alegro que le guste nuestra ciudad.

Estuvimos conversando un rato sobe los naufragios de Scapa Flow, sobre el hundimiento de la flota alemana en la Primera Guerra Mundial y el ataque del submarino alemán al "Royal Oak" durante la Segunda Guerra Mundial.

- ¿Qué hay sobre la historia del relojero suizo? - pregunté- ahora parece ser que jamás existió.

-Así es, la versión actual es que fue una historia inventada por un periodista, aunque durante algún tiempo fue la versión oficial. Por aquí a la gente le gusta mas creer esa historia que la actual, hay gente que afirma haber conocido a ese hombre y en Kirkwall, te dirán donde está la casa donde tuvo el taller.

Era la hora de continuar nuestra excursión, nos despedimos de aquel hombre y continuamos nuestro recorrido, llegamos hasta el final de South Ronaldsay, de vuelta hicimos varias paradas en Burray para contemplar toda la parte sur de Scapa Flow y para que no se enfadase la señora del pub, una parada en la afamada "Italian Chapel" donde nos aseguramos, de que ningún familiar nuestro, se encontrase por allí perdido. Antes de regresar a Kirkwall donde habíamos establecido nuestra base, decidimos visitar una de las dos destilerías que hay en las islas, como la de "Scapa" no se podía visitar, fuimos a la de "Highland Park". Desde ese día "Highland Park single malt 12 years" se convirtió en mi whiskey favorito.

Y ahora como espero haber despertado vuestra curiosidad, os contaré la historia del relojero suizo...

Al finalizar la Primera Guerra Mundial y tras el armisticio, 74 navíos de la alemana, capturados por los británicos, fueron confinados en Scapa Flow, fondeadero situado en las Islas Orcadas y refugio segurísimo de la británica, desde donde la , centraba sus operaciones de control del Atlántico Norte y su estrategia naval contra Alemania. Un año más tarde y para evitar la humillación del reparto de las naves entre las potencias vencedoras, los marinos del almirante Von Reuter deciden hundir la flota. En total son 51 los barcos alemanes que hay en el fondo de la bahía.

Ya en otras ocasiones, los submarinos alemanes, habían intentado entrar en Scapa Flow, tarea harto difícil, debido al laberinto de islotes, escollos y protecciones que rodean el fondeadero y que le hacían prácticamente inexpugnable.

Wildhem Canaris, almirante de la Kreigsmarine es nombrado en 1926 jefe de los servicios secretos de la marina alemana. Su primer pensamiento como marino que es, es para Scapa Flow, base principal de la armada británica para sus operaciones contra Alemania y símbolo de la derrota de la marina del Kaiser.

El sentido común indica que la manera de violar la seguridad de Scapa Flow es con un submarino ¿pero por donde?. Hay que buscar el punto débil de la férrea defensa de la bahía. Ciertamente solo un espía podría descubrirlo.

Es así como ese mismo año comienza la " Operación Baldur", nombre cifrado del ataque a Scapa Flow, hay que buscar al hombre idóneo y la elección recae sobre el capitán de la marina Alfred Wehring. Es un hombre de unos 50 años, moreno, de mediana estatura, amable, culto y de carácter solitario. Ha trabajado ya para el servicio secreto de la marina y su ficha lo caracteriza como " excelente oficial, escrupuloso, muy atento, agudo observador". Licenciado después de la guerra, trabaja como contable en una pequeña fabrica de relojes de un tío suyo. En 1921 vuelve al servicio activo y ha realizado alguna pequeña investigación sobre los equipos navales franceses.

En 1926 se convierte en Frank Müller, representante de una conocida firma relojera alemana y es enviado a Francia, para hacer algunas observaciones sobre los barcos de guerra franceses. A finales de 1927 es llamado a Berlín al despacho de Canaris, en donde se le encomienda la misión de establecerse en Scapa Flow y descubrir el modo de entrar en la base naval. Todas las noticias que pueda recoger las deberá transmitir al dueño de un café de La Haya, desde aquí llegarán enseguida a Berlín. En enero de 1928 Müller, anteriormente Wehring parte hacia Holanda, ahora es un hombre con un aspecto diferente, sus cabellos son rubios, lleva bigote y usa unas gruesas lentes ahumadas, cuando alguien le pregunta dice que sufrió un grave accidente de coche que debilitó notablemente su vista. Además ahora su nombre es Joachim van Schüllermann.

Wehring pasa un año en Holanda, aprendiendo el oficio de relojero y vendiendo cronómetros y despertadores. Finalmente en el año 1929 pasa a Suiza, donde toma el nombre de Albert Oertel. Esta será la cobertura decisiva para el espía de Canaris, cuando en el verano del siguiente año se desplaza a Inglaterra y fija su residencia cerca de Canterbury, es ya un ciudadano con pasaporte suizo. Su verdadera identidad ha quedado enterrada definitivamente. Con gran paciencia espera dos años mas, mientras ejerce su profesión de relojero y solicita la nacionalidad británica, que le es pronto concedida, nadie sospecha de este afable y tranquilo hombrecillo, al que muchas personas ven todos los días sobre su mesa, tras la vitrina del pequeño negocio que regenta en Pentham. Tampoco resulta a nadie sospechoso que en 1933 el falso relojero suizo, abandone el sur de Inglaterra y se desplace a Escocia, mas concretamente a Kirkwall, en las Orcadas, donde abre una pequeña tienda de relojes suizos.

No tarda en hacerse popular en la pequeña población, es un hombre discreto, nada curioso, habla bien, aunque con un ligerísimo acento extranjero y lleva una vida muy retirada. Pasa las horas en su taller entregado a sus relojes y frecuenta regularmente la iglesia, algunos días pasea por las colinas cercanas, donde hay excelentes vistas de la bahía de Scapa , pero siempre se hace acompañar por un muchacho, dice tener la vista débil y le da miedo andar solo.

Todas las tardes hace un alto en la taberna del puerto, donde toma un par de cervezas en compañía de los pescadores, y participa en las conversaciones sobre la mar, la pesca y la gente de las islas. Pero sobre todo escucha, escucha con atención y fingida indiferencia, los relatos de los pescadores, cuando van a la base naval a vender el pescado o a organizar algún pequeño asunto de contrabando. Por eso cuando vuelve a su taller, atranca la puerta, corre las cortinas, enciende una potente lámpara, despeja la mesa de trabajo, extiende un gran mapa de la bahía y empieza a situar todos los elementos que completarán el camino al interior de la base. El mapa se va llenando cada tarde de nuevos datos, fruto de las conversaciones en la taberna y de las observaciones que el mismo realiza en sus apacibles paseos por las colinas circundantes.

Es a comienzos de Septiembre de 1939, recién empezada la guerra, cuando Oertel, consigue la información definitiva, después de doce años de espera.

El doce de Septiembre a través de su contacto en La Haya informa a la Abwehr, el mensaje cifrado dice lo siguiente: "Ha llegado el paquete. Espero una nueva partida dentro de este mes. Ruego confirmación". Ha descubierto un agujero en las sólidas defensas de Scapa Flow y por el podría pasar un submarino. La información se la proporciona un pescador que utiliza este camino para entrar en la base burlando sus defensas, durante las habituales conversaciones en la taberna.

Dos días después con la excusa del fallecimiento de un familiar, Albert Oertel, deja Kirkwall, va hasta Londres en tren y desde allí envía otro mensaje cifrado con las instrucciones concretas que permitirán entrar en la bahía. El almirante Canaris, pone en marcha la última fase de la "operación Baldur" .

El día 13 de Octubre, un submarino U-47 alemán al mando del comandante Gunther Prien, entra en la bahía y hunde el acorazado "Royal Oak" matando a 833 miembros de su tripulación, a los pocos días el sumergible llega a la base de Wilhelmshaven donde Prien y su tripulación son recibidos como héroes.

No se sabe muy bien como regreso Oertel a Alemania, el caso es que inmediatamente después del ataque, este había desaparecido. Al día siguiente, cuando los vecinos alarmados, entraron en la casa del falso relojero encontraron un horario del ferrocarril abierto, algo de dinero en una mesilla y una nota para la sirvienta. Era evidente que había tenido que salir precipitadamente de allí, no fue hasta el final de la guerra cuando se supo que el afable relojero Oertel, era en realidad un espía alemán.

Esta fue durante mucho tiempo, la verdad aceptada por todos sobre los sucesos de Scapa Flow, investigaciones posteriores parecen indicar que el capitán Alfred Wehring, jamás existió. Recientemente, unos papeles desclasificados de la CIA, han vuelto a generar dudas sobre la veracidad de esta rocambolesca historia.

Pepe

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