Revista Opinión
Los negocios del Duque de Palma (I) Urdangarín, el yerno del Rey, en la cuerda floja.
Publicado el 15 noviembre 2011 por Santiagomiro
El duque de Palma, Iñaki Urdangarín.
El duque de Palma y el entonces presidente Matas presentan el encuentro Illes Balears Forum en 2005. EFE
La Casa Real presiona a Urdangarín para que dé la cara por el “caso Nóos” y rompa su silencio. El Duque es noticia estos días por pruebas que le imputan en la “operación Babel” a través del Instituto Noos, una asociación sin ánimo de lujo dedicada al marketing deportivo presidida por él. La Fiscalía Anticorrupción de Palma, le acusa de haberse apropiado de fondos públicos, prevaricación, falsedad documental y fraude a la Administración. Un asunto que, de probarse, pondría en una situación muy difícil no sólo a los Duques de Palma, que residen, desde 2009, en Washington, sino también a la Familia Real. Algo debía intuir cuando ésta le aconsejó que se fueran a vivir a Washington. Traslado justificado por los compromisos laborares del duque, a quien “casualmente” ascendieron a consejero y presidente de la Comisión de Asuntos Públicos de Telefónica en Latinoamérica y Estados Unidos.
El profundo malestar del rey, Juan Carlos I, por los oscuros negocios de su yerno, alimentado en los últimos años por la filtración de informaciones periodísticas, coincidió el pasado lunes, con la orden del juez, José Castro, quien hacía registrar a la Policía, la sede del Instituto Nóos en Barcelona. La Casa Real exigía al marido de Cristina de Borbón, la hija menor del rey, que evitase que su implicación en el caso causara un daño irreparable a la imagen de la Corona. Las presiones de La Zarzuela surtieron efecto el viernes pasado, cuando el duque de Palma difundía un comunicado a través de la delegación de la agencia Efe en Washington, en el que defendía su “honorabilidad e inocencia” y añadía: “Cuando conozca los pormenores de las diligencias previas del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma de Mallorca, que en este momento son formalmente secretas, podré pronunciarme sobre su contenido”.
La preocupación del monarca y su entorno ha ido creciendo en los días sucesivos, sobre todo tras conocerse lossólidos indicios reunidos por el juez Castro contra el duque de Palma, que apuntan a la posible comisión de los delitos de malversación, fraude a la Administración, falsedad documental y tráfico de influencias, publicados incluso por medios de comunicación de perfil monárquico, por los que el yerno del Rey tendrá que enfrentarse a más de 15 años de prisión si es imputado. La preocupación de la Familia Real está doblemente afectada por este caso y por el suspenso (4,89 puntos) en valoración y confianza de los ciudadanos en la institución monárquica, registrado por primera vez en octubre pasado, según el último barómetro de Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Muchos son los ojos que examinan cada movimiento de los miembros de la Familia Real, que acumula demasiados tropiezos en los últimos años. Los escándalos más sonados son los protagonizados por Iñaki Urdangarín y por Jaime de Marichalar, penalizado este último por la opinión social durante y después de su matrimonio con la infanta Elena de Borbón. El presidente de la Asociación Monárquica Europea recuerda que “el Rey es el primero que debería tener mucho más cuidado con la imagen que transmite”. Otros acontecimientos como la última escapada de Juan Carlos a la cacería el puente de Todos lo Santos, en la finca de la Encomienda de Mudela (Ciudad Real), puso en entredicho al rey, al pronunciarse sus médicos sobre la agenda de trabajo del monarca: “No más esfuerzos por ahora”.
El juez José Castro, que investiga ésa y otras ramificaciones del caso Palma Arena, ya ha imputado al empresario Diego Torres, número dos de Urdangarín en aquellos años y ahora máximo responsable del Instituto Nóos. El marido de la infanta Cristina de Borbón podría ser el próximo en caer. El registro policial de la sede de Nóos, en Barcelona, y la documentación intervenida ese mismo día en la Consellería valenciana de Presidencia pueden ser determinantes para que el juez decida la imputación del ex jugador de balonmano.
Los agentes policiales registraron también el lunes, en la capital catalana, la sede de Aizoon, una promotora inmobiliaria propiedad de Urdangarín y su esposa. Aizoon, a la que el yerno y la hija del Rey desviaron presuntamente una parte del dinero pagado por el Gobierno de Matas, ha vuelto a dar beneficios tras cerrar el ejercicio anterior con pérdidas. La inmobiliaria posee el 1% de las acciones de Mixta África, una promotora especializada en la construcción de viviendas de bajo coste en el continente africano y controlada por el príncipe saudí Alwaleed Bin Talal, que está imputado en España por abusos sexuales contra una modelo madrileña de 20 años, presuntamente cometidos en Ibiza, en el verano de 2008.
Mañana: (Y II) Urdangarín y su socio crearon presuntamente “un entramado societario” para desviar dinero público y privado.
El duque de Palma y el entonces presidente Matas presentan el encuentro Illes Balears Forum en 2005. EFE
La Casa Real presiona a Urdangarín para que dé la cara por el “caso Nóos” y rompa su silencio. El Duque es noticia estos días por pruebas que le imputan en la “operación Babel” a través del Instituto Noos, una asociación sin ánimo de lujo dedicada al marketing deportivo presidida por él. La Fiscalía Anticorrupción de Palma, le acusa de haberse apropiado de fondos públicos, prevaricación, falsedad documental y fraude a la Administración. Un asunto que, de probarse, pondría en una situación muy difícil no sólo a los Duques de Palma, que residen, desde 2009, en Washington, sino también a la Familia Real. Algo debía intuir cuando ésta le aconsejó que se fueran a vivir a Washington. Traslado justificado por los compromisos laborares del duque, a quien “casualmente” ascendieron a consejero y presidente de la Comisión de Asuntos Públicos de Telefónica en Latinoamérica y Estados Unidos.
El profundo malestar del rey, Juan Carlos I, por los oscuros negocios de su yerno, alimentado en los últimos años por la filtración de informaciones periodísticas, coincidió el pasado lunes, con la orden del juez, José Castro, quien hacía registrar a la Policía, la sede del Instituto Nóos en Barcelona. La Casa Real exigía al marido de Cristina de Borbón, la hija menor del rey, que evitase que su implicación en el caso causara un daño irreparable a la imagen de la Corona. Las presiones de La Zarzuela surtieron efecto el viernes pasado, cuando el duque de Palma difundía un comunicado a través de la delegación de la agencia Efe en Washington, en el que defendía su “honorabilidad e inocencia” y añadía: “Cuando conozca los pormenores de las diligencias previas del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma de Mallorca, que en este momento son formalmente secretas, podré pronunciarme sobre su contenido”.
La preocupación del monarca y su entorno ha ido creciendo en los días sucesivos, sobre todo tras conocerse lossólidos indicios reunidos por el juez Castro contra el duque de Palma, que apuntan a la posible comisión de los delitos de malversación, fraude a la Administración, falsedad documental y tráfico de influencias, publicados incluso por medios de comunicación de perfil monárquico, por los que el yerno del Rey tendrá que enfrentarse a más de 15 años de prisión si es imputado. La preocupación de la Familia Real está doblemente afectada por este caso y por el suspenso (4,89 puntos) en valoración y confianza de los ciudadanos en la institución monárquica, registrado por primera vez en octubre pasado, según el último barómetro de Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Muchos son los ojos que examinan cada movimiento de los miembros de la Familia Real, que acumula demasiados tropiezos en los últimos años. Los escándalos más sonados son los protagonizados por Iñaki Urdangarín y por Jaime de Marichalar, penalizado este último por la opinión social durante y después de su matrimonio con la infanta Elena de Borbón. El presidente de la Asociación Monárquica Europea recuerda que “el Rey es el primero que debería tener mucho más cuidado con la imagen que transmite”. Otros acontecimientos como la última escapada de Juan Carlos a la cacería el puente de Todos lo Santos, en la finca de la Encomienda de Mudela (Ciudad Real), puso en entredicho al rey, al pronunciarse sus médicos sobre la agenda de trabajo del monarca: “No más esfuerzos por ahora”.
El juez José Castro, que investiga ésa y otras ramificaciones del caso Palma Arena, ya ha imputado al empresario Diego Torres, número dos de Urdangarín en aquellos años y ahora máximo responsable del Instituto Nóos. El marido de la infanta Cristina de Borbón podría ser el próximo en caer. El registro policial de la sede de Nóos, en Barcelona, y la documentación intervenida ese mismo día en la Consellería valenciana de Presidencia pueden ser determinantes para que el juez decida la imputación del ex jugador de balonmano.
Los agentes policiales registraron también el lunes, en la capital catalana, la sede de Aizoon, una promotora inmobiliaria propiedad de Urdangarín y su esposa. Aizoon, a la que el yerno y la hija del Rey desviaron presuntamente una parte del dinero pagado por el Gobierno de Matas, ha vuelto a dar beneficios tras cerrar el ejercicio anterior con pérdidas. La inmobiliaria posee el 1% de las acciones de Mixta África, una promotora especializada en la construcción de viviendas de bajo coste en el continente africano y controlada por el príncipe saudí Alwaleed Bin Talal, que está imputado en España por abusos sexuales contra una modelo madrileña de 20 años, presuntamente cometidos en Ibiza, en el verano de 2008.
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