Revista Salud y Bienestar

Los niños como víctimas de la violencia doméstica-II

Por Pedsocial @Pedsocial

Los niños como víctimas de la violencia doméstica-II

Ya hablamos de este tema el pasado mes de noviembre .

En fecha reciente nos hemos dirigido al Juzgado de Violencia Doméstica más próximo para recordarles que en los casos de violencia doméstica contra las mujeres, llamada violencia de género, otras víctimas son los hijos de la familia.

Todos los manuales reconocen esa realidad y recomiendan que los niños sean adecuadamente evaluados en los casos que se detecten de violencia familiar. Sin embargo, ni nuestra unidad de Pediatria Social ni los médicos del servicio de Protección a la infancia (en nuestra comunidad la DGAIA) han visto nunca un niño remitido por esta cuestión concreta. Según alguna información indirecta, en los casos denunciados se remite a los menores a su médico, pediatra, de cabecera. Deseáriamos que así fuera, per de entre los compañeros pediatras de nuestro entorno, ninguno reconoce haberse enfrentado ante ese tipo de consulta en el pasado reciente.

Nuestra amarga conclusión es que nadie se ocupa de esto.

En el último número de la revista PEDIATRICS de la Academia Americana de Pediatria se presenta un informe sobre la responsabilidad del pediatra en los casos de violencia familiar. El texto está, lógicamente en inglés, y no se si la próxima edición del PEDIATRICS en español lo aporta, pero en cualquier caso es merecedor de reflexión.

Por un lado quisiera notar un aspecto en la terminologia. La violencia doméstica, que aquí también llamamos violencia de género, se denomina Violencia causada por el compañero en la intimidad. Quizá resulta un poco largo al traducirlo, pero ya sabéis que los americanos en seguida asignan unas siglas y se queda en IPV (Intimate Partner Violence). El término es algo más preciso puesto que, como se indica en el texto, en los Estados Unidos hay 1.5 millones de mujeres víctimas de violencia doméstica, pero también 850.000 hombres asimismo víctimas. Esa relación 2/1 no podría decir que sea similar en nuestro país, pero que es posible que, como tantas otras cosas, nadie se haya parado a contarlo con precisión.

En cualquier caso los niños resultan perjudicados. Los pediatras tienen un papel que jugar porque prestan atención a niños habitualmente acompañados de sus madres y, por tanto, estan en una posición inmejorable para identificar disfunciones familiars. La recomendación de la AAP es que estas materias se incluyan en los programas de formación de los residentes y ofrece algunas indicaciones sobre cómo proceder desde la consulta.

X. Allué (Editor)


 


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