NIÑOS DE LA CALLE ORGANIZADOS PARA DELINQUIR: LOS CACHORROS, LOS PITUFOS Y LOS RETOÑOS
“Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro… y a veces lloro sin querer…” Rubén Darío (Nicaragua)El pasado 19 de marzo ocurre un hecho cuando menos dantesco en el Municipio Libertador, predios del Alcalde Jorge Rodríguez dicho sea de paso, exactamente en las inmediaciones del Boulevard de Sabana Grande, específicamente en la calle San Antonio, dos sargentos del ejército venezolano, sargento primero del Ejército, Johan Borrero, y al sargento segundo, Andrés José Ortiz, resultaron brutalmente asesinados a manos de un grupo de niños y adolescentes que integran la banda denominada “Los Cachorros”, quienes les atacaran con cuchillos de manera despiadada.
Los hechos se producen el sábado 18, cuando Johan invitó a su amigo Andrés José a la tasca “El Coliseo” de Plaza Venezuela, muy cerca de la sede principal del Servicio de Emergencias 171, estaban acompañados de otros militares que también habían asistido al local para compartir. A las 3:30 am Johan y Andrés José salieron a la puerta a fumarse unpar de cigarrillos cuando dos pequeños, que no llegaban a 12 años de edad, se le acercaron y les arrebataron un bolso. Acto seguido los sargentos corrieron detrás de los menores persiguiéndoles con la intención de recuperar sus pertenencias y aprehender a los muchachos, pero al llegar a la esquina un grupo de 10 jóvenes más, entre niños y adolescentes, los cercaron, así los pequeños armados con cuchillos los atacaron brutalmente, trataron de defenderse pero fue inútil, los atacaron en forma furiosa, en manada, fue un ritual, la sangre salpicó calle y acera, cada integrante debía atestarle al menos una cuchillada, una curiosa forma de bautizo o graduación que se ha desarrollado en forma masiva en estos años de revolución bonita.
El alcohol, copas demás, quizás, significaron para los sargentos la mengua en sus habilidades, en su entrenamiento militar. Dentro del local los amigos, todos militares, notaron la prolongada ausencia por lo que ante la tardanza, salieron a ver qué ocurría y a pocos metros del local ubicaron a Borrero, otros pocos más lo separaban de Ortiz, aún moribundo. A este último lo llevaron a un centro asistencial, mientras otros integrantes del grupo emprendieron caza contra los culpables. Producto de la persecución capturaron a dos de los presuntos involucrados: una joven de 15 años y un niño de 10, luego posteriormente otros cuatro fueron detenidos por la policía.Son tres las bandas de menores que operan en la zona, presuntamente viven en los edificios de la Gran Misión Vivienda que fueron construidos hace pocos años en la Av. Libertador, cerca de la sede de PDVSA, a una cuadra de la Av. Solano y a dos del Boulevard de Sabana Grande. La banda “Los Cachorros” opera entre Plaza Venezuela y Sabana Grande desde noviembre de 2016, son de Libertador I; el edificio más temido, madriguera de la más criminal de las bandas, droga, crimen y prostitución. Patria, socialismo o muerte. Los Pitufos, de Libertador II; controla Plaza Venezuela, Los Retoños, de Libertador III, controla Chacaíto. Es una competencia salvaje, dominan su zona y marcan territorio como las fieras salvajes, ninguno puede invadir el territorio del otro y al que se atreva le dan una paliza. Son temibles, no solo por la falta de sentimientos y la ausencia de esa inocencia propia de niños y adolescentes, sino por la protección que reciben de los pranes que dominan la capital de Venezuela. Los policías saben que los pranes no andan con juegos, saben que molestar a los niños y jóvenes bajo su protección es una temeridad, un reto, que siempre se paga con la vida, de tal modo que prefieren no intervenir salvo que ocurran desgracias inocultables y terribles.Tras el escalofriante hecho, el Ministerio Público ha revelado el destino que correrán estos infantes. El despacho anunció una medida de privativa de libertad contra tres adolescentes de 14, 15 y 17; y dos niños de 8 y 12 años, respectivamente. Los de mayor edad irán a juicio, y podría enfrentar una pena máxima de 10 años, aunque de admitir los hechos, la pena se reduciría a la mitad, es decir, 5 años.Los más jóvenes recibirán atención especializada, aunque los mayores serán procesados y condenados. Los más pequeños son inimputables ante la Ley, pues al ser menores de 14 años, sus delitos son considerados "faltas graves". Estos niños quedarán bajo el cuidado de una Casa de Atención al Infante, ubicada en el Municipio Libertador, adscrita al Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.
Los niños podrían ser reclamados por algún familiar y quedar en libertad, pues la Ley no establece la obligatoriedad de mantenerlos bajo la atención de la Casa de Atención por lo que ahora el caso enfrenta un limbo, pues los menores de 14 años según la LOPNA, son sujetos de protección con medidas no determinadas.La realidad es que este doble crimen es una muestra de la falta de valores que impera en nuestra sociedad hoy día, la operatividad de estas bandas no es más que un reflejo de la descomposición social que se agudiza en Venezuela nos demuestra que cada día hay más niños en situación de calle, abandonados por sus padres, que no tienen ningún tipo de orientación ni guía, están a su suerte y riesgo, por lo que en muchos casos, manipulados por adultos, terminan convirtiéndose en delincuentes
Este tipo de sucesos en la Venezuela de 2017 nos invita a recordar a Hugo Chávez quien dijo, hablando de los niños de la calle, que si en un año no desparecían estos, él dejaba de llamarse Hugo Chávez, pues murió varios años después, lo enterraron con honores y está allí, en el Cuartel de la Montaña con su nombre completo: Hugo Rafael Chávez Frías.
Peor aún es que este régimen ha estimulado la situación de descomposición social que hoy vivimos, desde el mismo instante en que el Presidente de la República habla por teléfono con uno de los pranes más famosos, otorga entonces reconocimiento presidencial a la delincuencia, la ministra penitenciaria se hace selfies con el salvaje pran de Margarita y con otros, entonces la flamante ministra se iguala al criminal. En este orden los muchachos de Libertador I, II y III, hijos del régimen, calcan en su escala lo que ven a diario en sus gobernantes, una clara exaltación del crimen y de los criminales, delitos sin penas, culpables sin condena, la impunidad más absoluta.
Reestablecer la moral ciudadana, los valores éticos, la decencia administrativa, desaparecer el odio entre ricos y pobres y las diferencias de clases, limar asperezas hasta desaparecer la polarización; reclaman del sacrificio, esfuerzo, voluntad, ejemplo y lucha pero constituyen tareas heroicas. Por esta razón nos resulta asombroso oír a los defensores de este régimen hoy en día y después de todo este tiempo, decir que los delincuentes de hoy son una herencia de los años anteriores, de lo que ellos llaman la “IV República” porque basta con ver la edad de integrantes de estas bandas criminales para darse cuenta que se trata de la misma cantidad de años que llevamos de gobierno socialista.
Por eso, más allá de los análisis psicosociales, la crisis que enfrentamos en nuestro país, nos invita a la reflexión, al aprendizaje, no en vano se dice que la letra con sangre entra, lo ocurrido nos está gritando a la cara la necesidad de intervenir de manera urgente a los efectos de atajar la situación, pienso que aún estamos a tiempo y que merece la pena porque estamos hablando de salvar nuestra juventud que no es más que el futuro del país, por lo que para que esto ocurra necesitamos tratamiento urgente, con mano dura, educación y formación, con la autoridad que nos brinda el dar el ejemplo, si es que de verdad queremos recuperar nuestra esencia, permitamos entonces que el amor nos conduzca, porque solo juntos y unidos todos los venezolanos, podremos reponer nuestra solvencia económica y la salud ética, moral y social de la Nación.
MARIA AUXILIADORA DUBUC @mauxi1
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