LOS NIÑOS DE VENEZUELA
Invade la tristeza observar como Venezuela ha sido convertida en tragedia, pesadilla, oscuridad: muerte, desolación, angustia.Son tantos los episodios dantescos que ya abarcan la totalidad de los estratos sociales, sometidos por el crimen organizado, fusionado con el Estado. Bandas armadas actuando a sus anchas con gente de personalidad criminal, de perversidad innata.Existe alarma en los organismos internacionales, que han examinado la situación social , que es muy grave, más aún, cuando se revisa el caso de los niños venezolanos, que sufren “un severo daño nutricional”, debido a la escasez y carestía de alimentos, producto de la crisis que este gobierno ha originado, que además tiene características de irreversibilidad, dibujándonos un país, con un futuro catastrófico, sino se actúa a tiempo por parte de la comunidad internacional, que definitivamente debe acentuar las presiones e imponer la intervención directa en un poderoso movimiento de ayuda humanitaria, donde ellos no puedan intervenir, porque terminan robándosela, como hacen con los clap, las bolsas de la corrupción, tal como lo denunció ante esa comunidad internacional, el Presidente del Parlamento Venezolano, Diputado Julio Borges.El 75 por ciento de los niños Venezolanos sufren déficit nutricional, unida a la pésima situación de los servicios de salud, siendo pocos los que muestran un buen desempeño, como es el caso del estado Miranda. Así lo reseña el informe de la organización Caritas Venezuela. Entre los estados monitoreados, Distrito Capital, Miranda, Vargas y Zulia, sobresale la actuación realizada en dicho estado.Este daño nutricional, se lleva por delante todas las actividades que se requieren para la educación y formación ciudadana, causa desmembramiento en los hogares, fallecimientos prematuros en los hospitales contaminados. El hambre es como un tsunami que acabará con el futuro del país, que ha pasado a ser por obra y gracia de estos devastadores, de los más pobres del mundo.Las vacunas no existen, lo cual incubará una explosión de epidemias: rotavirus, la influenza, H1N1, neumococo, meningitis, sarampión, rubeola, que anteriormente se aplicaban con religiosidad a todos los niños del país, hoy han pasado a ser un lujo, alcanzable solo con grandes cantidades de dinero. Estos daños se verán pronto, resurgiendo una sociedad de enfermos, con un coeficiente disminuido y que tendrá que añadirse a la larga lista de crímenes de estos pícaros redomados.No deja de ser preocupante la situación del resto de la población, imposibilitada de alimentarse adecuadamente ante la escasez de carne, pescados, huevos, granos, vegetales y frutas, es decir, los elementos básicos de una dieta balanceada. Estos productos no llegan al 70 por ciento de los hogares, que se mantienen bajo difíciles estrategias de sobrevivencia, entre las que se cuentan, ingesta de sobras de restaurantes y contenedores de basura, pedir comida en la calle, mientras las bolsas del CLAP solo han servido para llenar los bolsillos de Bernal y mantener un ejército de asesinos mal llamados” colectivos”.
El carácter más crítico de esta situación, según todos los expertos, deviene por la irreversibilidad de los impactos de la desnutrición cuando ocurre en los primeros años de vida.Es de anotar que de los gobiernos regionales monitoreados, uno solo resaltó. Capriles, sin recursos, perseguido, hostigado, pudo realizar buenas acciones que establecen la gran diferencia con estados como Distrito Capital, Vargas y Zulia, donde gobernantes irresponsables, desfalcaron los recursos , sin importarles los niños desnutridos y una población hambrienta.
MORALEJA: si el país se llenara de Gobernadores como Capriles surgiría una esperanza y estudiarían aplicar pequeñas soluciones para la gente, como definir en cada estado, un esquema de alimentación terapéutica para los niños, mientras salimos por completo de este insensato y cruel gobierno.
LUIS VELÁZQUEZ ALVARAY
“Las imágenes que salen en la portada, no son de responsabilidad del autor del escrito”
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