En la mayoría de casos hasta que los niños llegan al colegio no empiezan a ser consientes de los que es el medio ambiente y de la necesidad de cuidarlo. Parece una misión de la escuela enseñar a nuestros hijos la misión de las plantas en la naturaleza, la necesidad de reciclar, el problema de la contaminación, el ahorro energético... Pero lo cierto es que, aunque a veces lo olvidemos, el cuidado del medio ambiente es cosa de todos y para que esta conciencia cale realmente y sea efectiva, los niños deben interiorizar la necesidad del cuidar el medio en el que viven desde que son pequeños, empezando en casa.
En la escuela se les inicia en el cuidado al medio ambiente
La realidad es que son los niños los que llegan a casa diciendo a los padres que hay que reciclar, apagar la luz y no dejar los grifos de agua abiertos.
Hay una etapa del proceso educativo en la que se insiste mucho en ello, los niños se conciencian y durante un tiempo cumplen todas las enseñanzas a rajatabla. Pero en cuanto se cambia de curso o crecen, esos recientes hábitos se pierden si en casa no hay un refuerzo. Por lo tanto llegamos a una generación de adultos que recicla cuando se acuerda y no es realmente consciente de su papel para que el mundo en el que vivimos siga siendo eso, un lugar habitable.
El trabajo así debe empezar en casa, si en la familia no hay costumbres respetuosas con el medio ambiente la llegada de un niño es el momento ideal para ponerlas en práctica. Una de las más sencillas es el reciclaje. Orgánico, cristal, papel y plástico, si el niño se acostumbra a tirar cada cosa en su lugar desde que es pequeño esto se convertirá en un hábito que mantendrá toda su vida. Por ejemplo cuando se beba su leche puede ir a tirar el brick al recipiente correspondiente. En casa se pueden seguir otras medidas, enseñarle a apagar la luz cuando salga de una habitación, cerrar el grifo de agua mientras se lava los dientes o ducharse en lugar de bañarse. Son pequeñas medidas que se realizan mientras se le explica el por qué son necesarias.
Acciones para fomentar el respeto y cuidado de los niños al medio ambiente
Hay muchas más cosas que se pueden hacer. Organizar salidas al campo, es una actividad muy agradable y que nos sirve además para explicar a los niños la función de los árboles en la naturaleza o descubrir pequeños seres vivos que deben ser respetados. También debemos utilizar el transporte público con ellos siempre que sea posible, incluso la bicicleta. Tienen que saber qué es lo que contamina más y cuales son las consecuencias de un medio ambiente contaminado.
En todo este proceso hay que tener cuidado, los niños son muy sensibles y se toman estas cuestiones realmente en serio. No se trata de agobiarles ya que pueden acabar sintiendo una preocupación excesiva ante, por ejemplo, el cambio climático. Es importante inculcar en ellos esta conciencia medio ambiental pero de una forma natural igual que se le señala la necesidad de respetar las normas de tráfico. Será la única forma de crear adultos responsables y conscientes de la necesidad de respetar el medio ambiente.