En lo que llevamos de año ya ha habido varias muertes de niños por abuso y maltrato en su círculo familiar. Nos rasgamos mucho las vestiduras con ello, pero lo cierto es que los niños están desprotegidos en nuestra amada sociedad. Esto que digo puede parecer alarmante, pero si tú, lector, miras las estadísticas por años de niños asesinados a manos de sus familiares y entorno cercano, puede que a lo mejor cambies de opinión. Lo cierto es que llevamos años desprestigiando la figura del menor. Nos quejamos de la juventud, hablamos del niño emperador y del niño tirano, hablamos de los niños hiper activos, de la falta de valores en la educación, y de que los niños están desmadrados, salvajes, cual monos, oye... "Los miman mucho las madres con eso de que trabajan y no están con ellos", dicen algunas señoras con moño de profesora de internado mientras esnifan su gramo de coca diario; "les damos todo, demasiado", dicen algunos profesionales que creen en la regla de madera en el pompis. "Si es que están fuera de toda norma", dicen algunas vecinas comprando crack en la esquina de su barrio residencial. Dicen muchas cosas personas que en realidad tendrían que callar, pero lo cierto es que las cifras son alarmantes y no mienten. Una bebé en urgencias por una paliza, un niño de cinco años apaleado por su padrastro, una niña torturada por su tío... ¿seguimos? ¿No? ¿Estáis seguros, ciudadanos de la sociedad del bienestar? Porque lo cierto es que podríamos seguir hasta que nos hiciéramos viejos. Hace mucho tiempo, un señor que era una eminencia en el campo de la infancia, y al que no nombraré porque tengo la política de no nombrar a mis ídolos, dijo algo en lo que creo absolutamente, y fue que "hay muchos padres que son unos auténticos bastardos y que maltratan a sus hijos sin piedad". Y es que, por más que no queramos verlo, no todo el mundo quiere a sus hijos, o a sus sobrinos, o a sus alumnos de primaria. Decir que todos quieren a un niño por ser un niño es una de las mayores falacias de la humanidad. Hay gente que encuentra a los niños molestos, pesados, gente que no puede soportar el lloro de un niño, y gente que piensa que el niño que hay en su vida le ha quitado la posibilidad de alcanzar esas super metas que tenía en la vida; gente que piensa que los niños no deberían ir a los mismos sitios que los adultos, gente que le molesta que hablen o se expresen como sea, gente que por lo visto ya ha nacido adulta y nunca ha sido infante. Yo no acepto el trato que damos a los niños en nuestra sociedad. No. Me niego. Yo no creo que sean unos tiranos, creo que necesitan un afecto que mucha gente se niega a darles, no pienso que sean molestos, creo que son la luz en medio de la oscuridad en la que vivimos los adultos con tanto consumo, tanto trabajo, y tanta mierda, que al final solo sirve para que nos vayamos de la vida sin nada que aportar. Me pongo enferma cuando algunos hoteles les vetan la entrada, y pongo mala cara cuando alguien les mira mal porque lloran o porque piden algo. Estamos perdiendo a los niños, y nos está dando igual. Los están matando, los están apaleando, y estamos mirando para otro lado. Estamos haciendo campañas contra la intolerancia, y por la igualdad y la paz, pero no estamos socorriendo a los niños, nuestros niños, esos que están siendo vejados a nuestro lado, y de los que solo sabemos decir lo mal educados que están y lo mucho que molestan. Los están matando, están abusando de ellos, y nos estamos cruzando de brazos porque no es nuestro problema, " algo habrán hecho, joder", estamos diciendo para sentirnos mejor, y poder dormir pensando en nuestras gilipolleces. Somos cómplices, tenemos parte de responsabilidad en muchas cosas que les están pasando, porque estamos perdiendo la idea vital y ancestral de que nuestra prole es fundamental para el planeta y de que por eso hay que protegerla.Estamos cargándonos a la infancia por desatención y negligencia mientras vemos anuncios de zumos horrendos para adelgazar desde nuestros sofás. No sé muy bien cual es el propósito de desprestigiar a los niños, lector, pero estoy segura de que tiene que haber algún objetivo detrás de la desatención y el absoluto pasotismo ante las desgracias y peligros que les acechan. Quizás los dueños del planeta, esos que nos comen la cabeza para que trabajemos y consumamos sin parar mientras se bañan en las piscinas de sus mansiones, quieren comprar el mundo una vez que se quede vacío como un gran solar, cosa que acabará ocurriendo si el rechazo y la desatención a la infancia sigue subiendo enteros porque, no nos engañemos, sin niños no hay futuro. Que Dios o el dios que sea me perdone, pero los adultos nos morimos al final, y si no hay niños sanos y protegidos dispuestos a crear un mundo mejor, ¿qué coño pretendemos que pase mañana?, ¿ que la tierra siga adelante por ciencia infusa? En fin... Más campañas para concienciar a la población sobre la necesidad de proteger a los niños, más afecto y respeto para la infancia, y menos imbecilidades, por favor, que la cosa no está últimamente para tirar cohetes.