¡PELIGRO!
Aparecieron tumbados y sin sentido frente a una casa. Habían aplastado flores y hierba. Se habían manchado de tierra.
Cuando por fin despertaron.
- ¡Qué asco! – exclamó Kelly-Parecemos una manada de cerdos… ¡Buah!
- Ja, ja…yo no me ensuciaba tanto desde los 8 años.- dijo Joe muy divertido.- Al menos estamos vivos.
Sara interrumpió la charla para hacer una pregunta más o menos inteligente.
- Bueno, ya basta, pero…¿sabéis dónde estamos?
- No.- contestó Bobby
- Muy gracioso, pero ya en serio. ¿dónde estamos?
- Ni idea.- contestó Joe.- Veo lo mismo que tú. Un conjunto de casas. Hay arbolitos, carretera, aceras. Sí, parece un pueblo.
- También hay jardines.-continuó Kelly- Uno con lores que hemos aplastado. Pájaros en el cielo que están…estáticos.- Todos la miraron extrañados mientras ella seguía hablando.- Hay unos niños paralizados con una pelota que está quieta, un refresco que se mantiene con el líquido derramado en el aire y …¿qué? ¡Imposible!
- Vamos a dar una vuelta por este …lugar.- dijo Cris
- Venga, vamos, chicos. Ya habéis oído a Cristian.- sentenció Joe.
Los demás se levantaron del suelo y siguieron andando tras los otros. Jim estaba muy cansado, al igual que Bob y Sara.
- No podemos caminar. Estamos doloridos.- dijo Sara
- Anda y quítate ese cuento y cuéntaselo a mamá, nena.- decía Joe.
- Pero, ¿qué estás diciendo, Joe? Intervino Kelly.
- Lo que oyes…creo que…no me encuentro…muy bieeen.
Joe quedó paralizado. Kelly profirió un grito al ver aquello ante sus ojos.
- ¡Noooo!- grito Bobby.- ¡Ahora sí que la hemos cagado!
- No, así no. – dijo Cris. Mirad aquella autocaravana. ¡Vamos!
- ¡Cristian!- gritó Kelly.
El se dio la vuelta y la miró.
- ¡Ayúdame a cogerlo!
Así fue como Cris ayudó a Kelly a coger en peso a la estatua de su amigo Joe.
- Ha sido culpa de Querek.- dijo Cristian, una vez dentro de la autocaravana y la frente perlada de sudor. Tumbaron a Joe en el suelo.
- Se pondrá bien.- le dijo Sara a Kelly con mimos, mientras ella lloraba desconsolada.
Bob se puso en la parte delantera y jugó a conducir la autocaravana. A su lado se sentó Jim y el resto estaba atrás.
- Mira a ver si hay algo de comer en ese frigorífico,- dijo Cris.
Sara lo abrió y vio con sorpresa que había sándwiches, frutas, salchichas y otros alimentos que se le antojaron manjares.
- ¡Wow!- exclamó Sara.- ¿Tenéis hambre?
- ¡Claro que sí! -contestó Cristian hambriento. Ya hacía varios días que no probaban bocado.
- ¡Qué bueno!- decía Bob , mientras se estaba comiendo un yogur de fresa.
Jimmy también disfrutaba de sus sándwiches de jamón york y queso. Sara degustaba su arroz chino tres delicias, mientras Cristian se comía unas salchichas y de postre, una deliciosa pera.
Kelly probó un pastel de manzana que había al fondo del frigorífico e intentó darle un poco a Joe.
- Come. Está bueno.- le decía.
El aire frío del frigorífico, hizo descongelar de la paralización a Joe.
- Por supuesto que está bueno.
Ella sonrió mientras se abrazaban y los demás cantaban victoria.
- ¡Esperad!- interrumpió Cristian la algarabía- ¿Qué es ese ruido?
En el exterior se escuchaba un ruido muy extraño, entre aire y un retumbar de tierra.
- Abrid la puerta.- Ordenó Joe.
Bob estaba chupándose los dedos del yogur y Jim masticaba aún su sándwich, mientras miraban con curiosidad y miedo hacia atrás. La puerta la abrieron poco a poco y de repente un fuerte aire la abrió de un golpe. Sara salió disparada hacia fuera y Joe la atrapó en el aire de la mano y evitó por un momento que saliera volando fuera de la caravana hacia el cielo gris.
Cristian se refugió atrás con Kelly mientras Jim y Bob se agacharon en los asientos delanteros…
- ¡Socorro!- gritaba Sara aterrorizada en el aire.- ¡No me sueltes!
- ¡No lo haré!- le contestó Joe con los ojos cerrados.
La autocaravana empezó a moverse y los utensilios de cocina como platos y cubiertos, comenzaron a caer de los muebles.
- Tengo miedo.- confesó Cris.
- Yo también.- dijo Kelly.- ¡¿Qué es lo que la está arrastrando hacia fuera?!- y al no recibir respuesta volvió a gritar.- ¡¡Joe!!
Joe abrió los ojos lentamente y vio algo estremecedor. Un fenómeno natural y salvaje de la naturaleza.
- ¡ Un tornado!
Consiguió meter a Sara dentro de la autocaravana y cerró la puerta con mucho esfuerzo. Quitó a Bob del volante y se sentó en él. Arrancó y empezó a conducir a toda velocidad. Detrás, las cosas seguían cayendo sobre los tres individuos, mientras delante dos niños estaban asustadísimos y el conductor nato que digamos sólo miraba hacia delante huyendo del terror. Cris consiguió ponerse detrás de Joe
- Perdona, amigo, pero, ¿qué has dicho que hay ahí afuera?
- ¡¡Un tornado!!- gritó Joe, mientras le dio a todo gas y Cris volvió a caer hacia atrás. En un momento, frenó en seco y todos cayeron hacia adelante. Jim y Bob quedaron boquiabiertos y revisaron sus cuerpos para comprobar que seguían intactos.
- ¡Qué! ¿Soy o no soy un conductor profesional?
Kelly se acercó y le dio una buena bofetada.
- ¡Podrías habernos matado!
El intentó hablar.
- Pero yo sólo…
Y Kelly le dio un beso en la boca…
- Pero en cambio, nos has salvado.
A Sara le dio tal envidia que cogió a Cris y se atrevió a darle otro beso en la boca. Cris se quedó asombrado y volvió a besarla.
- Hemos pasado de ésta. – dijo Bob.
- Con mucha suerte.- dijo Joe.
- Si, pero si no fuera por ti, estaríamos acabados.- contestó Kelly.
Jim afirmó con la cabeza y sonreía a la vez. La otra parejita terminó con sus arrumacos.
- Felicidades, Joe.- dijeron Cris y Sara.
- Gracias, chicos.
- Ya no puede pasarnos nada más, creo que hemos acabado aquí.- decía Sara.
- Bueno, yo creo que no hay nada peor que un gran tornado. Hemos tenido suerte de que pasara de largo. Ja. Ja.ja.
Todos se unieron a sus risas cuando de repente el suelo comenzó a temblar. Se miraron entre si, asustados.
- Si que se puede poner peor. ¡Un terremoto!
Lo más rápido que pudo, Joe, volvió a darle a gas y corrieron a la mayor velocidad que la autocaravana les permitía. El suelo que había del ante de ellos se estaba abriendo en grietas gigantescas, de las cuales salía mucho humo.
La autocaravana voló por los aires cayendo de costado. Algunos tosieron, otros lloraban.
- ¿Estáis bien?- preguntó Kelly muy débil por el golpe- ¿Hemos pasado la grieta?
- ¿A cual de ellas te refieres?- le preguntó Cristian.
Difícilmente consiguieron abrir la puerta que ahora estaba arriba. Bobby salió el primero y quedó boquiabierto, Después Sara y Cris.
- ¿Qué veis?- Preguntó Joe.
- Veo la muerte.- dijo Cris
- Veo como se abre el cielo…- contestó Bob.
- ¡Veo como una grieta avanza rápidamente hacia nosotros!- gritó Sara- ¡Entra, Bob, corre!
- ¡AAAAAHHHHH! -Estaban aterrorizados.
La tierra chocó contra la caravana y esta dio vueltas de campana. Después notaron como si estuvieran cayendo a gran velocidad, de repente chocaron y la caravana empezó a inundarse.
- ¡Kelly! ¡Joe! ¡Cris! ¡Despertad! ¡Tenemos que nadar!- gritaba Bob y nadie contestaba.- Sara, coge a Cris. Jim tu a Kelly que yo me encargo d Joe. Abrid la puerta que aquí nos asfixiaremos. Coged aire. Uno, dos y…
El agua entró con gran virulencia y la caravana se hundía cada vez más y más. Cogieron a sus amigos y salieron lo más rápido posible hacia la superficie. Cuando llegaron a ella, tomaron aire, nadaron hasta la orilla y practicaron los primeros auxilios a sus compañeros. Éstos fueron espabilando, pero aún no se veían muy bien.
- ¿Dónde estamos? Parece un paisaje extraño.- dijo Bob
- Pues ahora mismo no tengo ni la menor idea de dónde estamos.- contestó Kelly.
Los chicos estaban esta vez más asustados que nunca, Habían visto la muerte tan cerca…
- Yo no puedo más, en serio. Voy a matarme y cuando acabe todo esto , vosotros me recogéis de nuevo.- decía Sara.
- ¡Estás loca. Sara!- le espetó Cris,- ¿No comprendes que no debemos separarnos jamás? ¿Recuerdas lo de las piezas del ajedrez?
Sara afirmó con la cabeza.
- Pues…- comenzó Cris.
- ¿Sabes jugar al ajedrez?- preguntó Bobby.- Si no sabes, será mejor que cierres la boca, porque me estoy desesperando-
- ¡No eres el único! ¿Sabes?-contestó Cris bruscamente.
- ¡Basta ya!- exclamó Kelly.- Tenemos que mantenernos unidos. Es lo único que tenemos contra Querek.
- ¿El qué?- preguntó Bobby.
- Que somos más y tenemos más fuerza que él.- decía Cris. ¿Recordáis cuando hablamos de nuestras películas favoritas en el coche de Tom, el padre de Sara?
- Será el coche de tu suegro, ¿no?- bromeó Bob, pero esta vez Cristian hizo caso omiso a sus tonterías y se limitó a recordar.
- Sí, nos acordamos.
- Bueno, alguien dijo “Parque Jurásico”, otor dijo “Con Air” no sé..otras.
- Sí
- Pues lo del dinosaurio ocurrió hace unos días y…
- Perdona que te diga,- interrumpió Sara,- Pero ahora que me acuerdo, no fue en el coche de mi padre. Fue en el autobús.- Cristian se puso colorado.
- Bueno, nadie es perfecto. Pero si ocurren todas las explosiones que se producen en la película “Con Air”, no creo que sobrevivamos.
- Yo creo que esto te lo estás tomando muy a pecho.- dijo Joe.- Nada de eso va suceder, somos marionetas y se guiará por su instinto. Que sepas que ahora nos estará viendo y sabe que eres astuto. No hace falta que lo estés demostrando a cada momento.
- Yo no intento demostrar nada. – contestó Cris- Sólo recito mis teorías sobre lo…
- ¡Al carajo tú y tus teorías! ¿Es que no ves que ya se han ido?
Los demás ya estaban a unos metros de ellos andando por los verdes prados con sus bonitas flores silvestres. Cris y Sara corrieron tras ellos.
- ¡Esperadnos!- gritó Sara, porque vio como todo se oscurecía y los demás desaparecían.- ¿Cristian?- susurró dándose la vuelta.
Estaba desesperada y las lágrimas junto al sudor empezaron a caer por su cara. De pronto, algo le tocó el hombro y el paisaje volvió a cambiar. Afortunadamente, sólo era la mano de Kelly.
- Me has asustado.
- No me extraña.- dijo Kelly- Está jugando con nosotras.
Sara y Kelly se encontraban solas en una cueva, que estaba cerrada por todos los sitios, excepto uno. Había un agujero en el suelo por donde se podía contemplar un agua transparente y clara.
- Éste es el único sitio por donde podremos salir- dijo Kelly.
- ¿Por qué Querek nos está haciendo sufrir tanto?- preguntó Sara.
- No lo sé, Sara. No lo sé, cariño,…
Ambas tomaron aire, se cogieron de las manos y se tiraron al agua.
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Jim se levantó del suelo. Tenía sangre en el hombro y la camiseta rasgada. Se la quitó y la tiró, quedándose con una camiseta de manga corta.
- ¿Tanto dinero tienes?- preguntó Cris.
Éste negó con la cabeza.
- ¿Y por qué la tiras?
Jimmy le miró con enfado y emitió un extraño sonido.
- ¡Dios, JIm! ¡Has producido un sonido!- exclamó Cris muy alegre.
Este seguía mirándolo muy enfadado.
- ¿No te alegras?
JImmy, como respuesta, cogió la camiseta de manga larga del suelo y la rompió aún más, la volvió a tirar y la pisoteó.
- Eres muy directo, chico, ¿lo sabías?
Jim le miró, vacilón.
Cris se rio, pero la sonrisa cambió a ser una cara asustada y extraña.
- ¿Qué es aquello?
Jim miró hacia atrás y quedó petrificado. Cris andaba hacia atrás y en uno de los momentos, no tocó suelo. Consiguió agarrarse a un saliente y colgaba de un precipicio…
- Joder, ¡MIerda!
Intentaba subir, pero no podía. Movía las piernas intentando apoyarlas en la pared, pero sólo caía tierra y más tierra sobre su rostro. El escupía.
Ya apenas podía aferrarse a las rocas, no le quedaban fuerzas. Mientras, Jim, veía que lo que venía era una especie de humo , pero se dio la vuelta y corrió a salvar a su amigo.
- ¡Venga, Jim!¡Por favooor!- gritó desesperado.
Jim atrapó la mano de Cris en el aire. El humo que había tras ellos fue tomando forma. Forma de dragón. A Jim le caía del sudor de la frente cuando vio a aquella bestia.
Cris no acechaba ese peligro, estaba colgando y lo único importante era salvarse.
Jim miró hacia abajo, vio una gran charca de barro. La bestia empezó a escupir fuego. Cris miró a Jim y el fuego encima de él…
- ¡No te soltaré!- gritó Jimmy
A Cris se le desencajó la cara mirándolo.
- ¿Jimmy?
Entonces vio como Jim se abalanzó sobre él y a la vez vio al gran dragón con su enorme cabeza, abriendo sus fauces por donde salía fuego hacia ellos, mientras no paraban de caer. Gritaban.
La caída se detuvo cuando se estrellaron contra el barro. El dragón, que iba volando directo hacia ellos, remontó el vuelo y se volvió a convertir en humo, disolviéndose en el aire.
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- Menuda casa, – decía Bob.
- No es una casa, es un castillo.- dijo Joe.
Estaban andando por los pasillos de un gran castillo.
- ¿Escuchas esas voces? – preguntó Bob.
- Si, creo que provienen de aquella habitación.
Despacio y sigilosos, se acercaron y se asomaron. Se asombraron al ver a Querek encadenado. También vieron a un hombre muy alto que hablaba como un mismísimo diablo a los dos asesinos.
- ¡Sóis unos imbéciles!- gritaba- ¡No debisteis de haber matado a ese niño!
- Pero Saír, yo puedo explicártelo.- decía Rock.
- ¡No me llames Saír! ¡No te mereces tutearme! ¡Ni tu ,ni él!
- Sí, claro..¿y cómo le llamamos?- contestó Jerry
- Desde ahora en adelante me llamaréis el Señor de las Tinieblas.-Jerry volteó los ojos como diciendo “qué original” y Rock se mordió la lengua para no reír.
Saír comenzó a reír y su risa era inmensamente horrible. Todo el castillo retumbaba…pero no más que los asesinos de Edgar.
De pronto a Jerry se le escapó una carcajada y Saír le miró con odio inmundo. Chasquó los dientes, le señaló con el dedo índice de la mano derecha y gritó:
- ¡No me gusta que se rían de mí!
- ¡Pero Señor Saír! Digo, Señor de las Tinieblas, yo no intentaba insultarle a usted…
Jerry se asustó muchísimo al ver una llama que salía del dedo de Saír y llegaba volando directamente hacia su cara. Fue lo último que vio en su vida, porque le reventó la cabeza.joe y Bob lo vieron todo. Estaban aterrorizados. ¿Quién era ahora ese Saír?
- Quiero irme de aquí.- susurró Bobby.
- No podemos, quizá aquí se encuentre la solución a nuestro problema.
- Pero, ¿y los demás?
- No lo entiendes. Si solucionamos esto, estamos salvados y volveremos a estar juntos.
- Es verdad.
- Venga, vamos, pero no hagas ruido…
