¡Y los que disfrutamos de los libros para niños, también!
Una breve recorrida por la Feria Internacional de Bologna, la más grande del mundo dedicada a los libros para niños, me permite pensar sin hacer uso del optimismo, que aún sigue siendo una excelente inversión hacer libros para los lectores más jóvenes. Lejos de disminuir, los espacios, las editoriales, los libros, los autores y los ilustradores parecen crecer cada año.
Un homenaje al pop-up permite recordar con un poco de nostalgia, pero también pensar en nuevas posibilidades para la ingeniería del papel.
El espacio digital crece lentamente (tal vez más lento de lo esperable), pero permite imaginar nuevos formatos que, sin suplantar al libro de papel, enriquecen la experiencia del lector.
Y desbordando la Feria, la ciudad de Bologna se llena de exposiciones, muestras, homenajes y actividades que invitan a la lectura y a la exploración de los libros.
El libro sigue siendo la teconología de mayor permanencia a la hora de contar historias. Y los lectores lo celebramos.