Cuando comencé a trabajar por primera vez a un colegio como maestro de música quede sorprendido al ver que mis alumnos de primaria solamente escuchaban reggaetón y sus variantes, las letras misóginas y las referencias al sexo y las drogas estaban ya en el lenguaje cotidiano de los alumnos gracias a este tipo de canciones.
No se puede decir que me horrorice pues yo he escuchado muchísima música a los largo de mis 26 años y se puede decir que ya he escuchado de todo, para mí la música siempre ha sido uno de los reflejos sociales más honestos, el artista transmite su percepción de la realidad y es por eso me niego a creer que como sociedad estamos en semejante decadencia como para que ese mensaje tan pobre sea todo lo que los artistas actuales tienen para ofrecer cuando enciendes la radio o te topas con publicidad de Youtube.
Como melómano consumado sé lo que muchos defensores de este tipo de música pueden argumentar a su favor, el rock and roll tiene referencias similares en sus canciones o que es lo que se escucha en casa, existe una tendencia en el mundo actual de validar absolutamente todas las expresiones culturales que se vuelven populares.
Muchos grandes músicos como “The Beatles” vivieron también este fenómeno, pero en ese caso ellos buscaron perfeccionar el mensaje de sus canciones y su calidad musical a tal punto que en pleno 2018 aun son relevantes en la música actual, nada que ver con lo que podemos observar en la actualidad.
Para entender este fenómeno social basta con darle un vistazo a la forma en que los chicos se relacionan con el mundo, esta claro que ellos son esponjas que absorben todo lo que este a su alrededor y la música no es la excepción, la mayoría de mis alumnos basaban su conocimiento musical en lo que escuchaban sus padres en la radio, música en la que después ahondaban en las plataformas digitales como YouTube o Spotify y que los iba llevando a descubrir más artistas de estos géneros, parte del problema es el acceso ilimitado y la falta de supervisión que tienen los estudiantes a este tipo de contenido.
Yo no estoy en contra del auto descubrimiento del arte en cuanto a gustos se refiere pero las ofertas de calidad son cada vez más escasas.
El reggaetón nace en Panamá y Puerto Rico y se precia de ser una música “urbana” que nace de la marginación, similar al blues o el jazz pero carente del fondo y del contexto histórico que tienen estos, sin mencionar que ahora mismo la música “urbana” esta muy lejos de ser la forma de expresión y resistencia a la marginación social con que surgió el hip-hop o lo que represento el blues para los afroamericanos en tiempos del esclavismo en los Estados Unidos.
Entiendo también que de todas las bellas artes la música es una de las más subjetivas, nadie tiene la autoridad para decidir si una canción es “bonita” o si esta “bien hecha” la canción que pudo provocar un despertar espiritual en una persona puede bien no generarle nada a otra.
La cuestión pasa también por la moda del momento, la gente va a escuchar lo que sea que este sonando en la radio y esas canciones serán transmitidas también a sus hijos, hermanos, alumnos y se convertirán en parte de su acerbo cultural, esto siempre ha sido así aunque vallan cambiando las formas y formatos de la música, cuantos de nosotros no “aprendimos a escuchar música” por la influencia de lo que nuestros padres, nuestros tíos y sobretodo lo que nuestros hermanos escuchaban.
Pero a diferencia de las canciones “desechables” de las ultimas décadas las obras clásicas de la música (ya sea formal o contemporánea) no siempre necesitan tener una exposición mediática desmedida para ser relevantes, estas muchas veces se pasan de generación en generación y sobrevive al paso de los años y las modas por su contenido artístico, musical y hasta a veces filosófico.
Muchas veces los maestros (y los padres) se quejan de la música que están escuchando sus hijos pero no se dan cuenta de que en realidad escuchan esa música porque no tienen ninguna otra opción a la mano.
Como maestro tome la acción de ofrecer a los chicos apreciación musical en las clases pasando brevemente por la música formal y la contemporánea, escuchando el periodo clásico, romántico, barroco, el blues, el rock, el jazz y tratando de explicarles como toda esa música que el ser humano ha venido desarrollando a lo largo de su historia se conecta con lo que ellos escuchan actualmente.
Lo interesante fue descubrir como los chicos no solamente se interesaron por los sonidos y las letras que estaban escuchando sino también por el contexto histórico y social en el que esas obras fueron creadas.
Recuerdo a una alumna preguntarme si seguíamos en clase de música o de historia y fue gratificante ver como al final pudieron saborear la música con todo lo que esta implicaba ¿por qué Beethoven estaba sordo? ¿por qué las canciones de Frederick Chopin eran tan tristes? ¿cómo es que los afroamericanos en tiempos del esclavismo desarrollaron el blues? ¿por qué Ray Charles siendo afroamericano tuvo que protestar por un publico segregado? y en el caso particular de nuestro país ¿de donde viene la banda?.
Que agradable fue enseñar a mis alumnos que la música puede ser cualquier cosa que ellos deseen, desde un placer sencillo para tolerar un largo viaje hasta una forma de entender diferentes culturas, sus costumbres y sus historias, todo ello al alcance de un click en YouTube y así sin prohibirles que escuchen lo que les venga en gana y con completa libertad de escuchar lo que les plazca la mayoría comprendió que esta bien si escuchan reggaetón, pero que allá afuera hay más muchísima más música por ser descubierta.