Revista Infancia

Los nuevos enjambres sociales

Por Jmburson @jmburson

Los nuevos enjambres sociales





















A propósito de las movilizaciones de los jóvenes

Comenzando a leer el último libro de Bauman, “Mundo Consumo”, advierto que el autor explica los nuevos procesos sociales que se originan en las sociedades modernas líquidas con semejanza a los enjambres que constituyen los insectos sociales. Reflexiona que los grupos sociales tienden a ser reemplazados por los enjambres. Antes de explicar su funcionamiento merece destacarse su justificación. El autor parte de una investigación llevada a cabo por un grupo de investigadores ingleses que han estudiado, durante 6.000 horas, un conjunto de diversos panales de avispas en Panamá, y con tecnología de seguimiento han advertido, contrariamente a lo que se pensaba, que los panales no son estructuras sociales cerradas, sino todo lo contrario, que se producen múltiples cambios de panales, es decir se dan emigraciones e inmigraciones de las avispas entre los distintos panales. Concluyen que la fluidez de las afiliaciones y la mezcla permanente de poblaciones son la auténtica norma. Y estas enseñanzas de la naturaleza Bauman las utiliza para explicar los nuevos procesos sociales de las sociedades líquidas.Pensamos que lo que Bauman nos explica es justamente el proceso social que se está promoviendo con el nuevo fenómeno de #acamadasol o #democraciarealya. El autor nos explica que los enjambres no necesitan cargar con las herramientas de la supervivencia de los grupos: se junta, se dispersan y se vuelven a reunir en ocasiones sucesivas, guiados cada vez por temas relevantes diferentes y siempre cambiantes, y atraídos por objetivos o blancos variables y en movimiento. A mi modo de ver, los nuevos enjambres sociales de las sociedades líquidas que nos expone Bauman explica cómo está funcionando actualmente la movilización social de los jóvenes indignados. Nos dice, que la seductora fuerza de atracción que ejercen esos objetivos cambiantes es, como regla, suficiente para coordinar los movimientos del enjambre, por lo que los mandos y otros mecanismos de vigilancia “de arriba” de la observancia de las normas se vuelven superfluos. Un enjambre no tiene una parte superior ni un centro; lo único que sitúa a algunas unidades autopropulsadas de ese enjambres en la posición de “líderes” a seguir durante la duración de un vuelo determinado. Realmente, lo que explica Bauman con anticipación es muy preciso con el funcionamiento de indignados que promueven los jóvenes que desarrollan la #acampadasol. Ofrece muchos elementos interesantes; los enjambres no son equipos: no conocen la división del trabajo, solamente son las sumas de sus partes, o más bien conglomerados de unidades autopropulsadas, ligadas exclusivamente por la solidaridad mecánica manifestada en unos patrones  similares de conducta y movimiento en una dirección similar. Nuestros niños y jóvenes se movilizan cómo las avispas, de forma independiente y libre, para episodios concretos con el afán de intervenir en un objetivo específico y determinado en el tiempo, y lo hacen en forma de enjambre, con libertad para entrar y salir, como dice De Singly se trata de echar y levar ancla, cambiando el destino según los interés, y sin quedarnos fijado a ningún marco estructural fijo.

Mundo Consumo, Zygmunt Bauman

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