Revista Opinión

Los ochenta son nuestros

Publicado el 15 octubre 2021 por Manuelsegura @manuelsegura
  • Los ochenta son nuestros
José y Tomás Fuertes, junto a Julio Iglesias, en Alhama de Murcia, en 1992

Los ochenta son nuestros es el título de una obra teatral que Ana Diosdado estrenó en 1988. En ella expresaba las aspiraciones y ambiciones de un grupo de jóvenes en esa década prodigiosa. Pero aquí, con esa percha como encabezamiento, lo abordaremos desde otra perspectiva. El empresario Tomás Fuertes tiene 81 años; su hermano Pepe está a punto de cumplir 86. Todos los días laborables acuden puntuales a su empresa, ElPozo Alimentación, para dirigirla. Son el presidente y el consejero delegado, respectivamente.

Ambos forman tándem desde que su padre, Antonio Fuertes Sánchez, les pasó el testigo. Saben de la constancia en el trabajo porque empezaron desde abajo. El padre abrió una charcutería en 1936, en Alhama de Murcia, a la que llamó El Pozo, por el nombre de la plaza donde estaba ubicada. Tras la Guerra Civil, amplió el negocio con otros dos locales. Y comenzó a comercializar la sobrasada y a elaborar embutido. En 1954, junto a sus hijos, inauguró su primera fábrica. Murió en 1989, si bien seguía yendo a diario a la empresa, ya convertida en complejo industrial en el que hoy trabajan unas cinco mil personas.

Tomás y Pepe son más que unos enamorados de su trabajo. Es como una droga para ellos que los mantiene vivos. El primero asegura que hay dos expresiones que descarta de su vocabulario. Son el es que y el pero. Asegura que nada es imposible si uno se lo propone. Y que la edad no debe ser nunca un obstáculo. Pepe dice que no concibe un día sin tener nada que hacer. Que lo más emocionante de su trabajo es localizar un problema y dar con la clave para solucionarlo.

Le recuerdo a Tomás cuando a comienzos de la década de los noventa patrocinaron la gira de Julio Iglesias por España. Me dice que el cantante aceptó su oferta por encima de otras más ventajosas económicamente. Por aquellas fechas, Julio dijo irónicamente en una rueda de prensa que la había aceptado porque ElPozo le iba a pagar “en jamones”. Y Tomás me enseña un vídeo en su móvil, que le habían enviado hace unos días, de cuando el artista visitó la empresa, en la que se les ve a ambos insultantemente jóvenes.

Estuve con Tomás y José Fuertes este jueves departiendo un buen rato. Sorprende encontrar a personas de su edad con una vitalidad pasmosa. Su vida no tendría sentido estando retirados. No quieren saber lo que es la jubilación. Y nos lo dicen a los más jóvenes, para que copiemos su ejemplo. Me temo que gente de esta pasta ya no queda. Y no me refiero solo al dinero.


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