BUSHIDO significa literalmente "el camino del guerrero". Se trata de un código ético de ocho preceptos, que regían la vida, el comportamiento y los actos de los antiguos samurais, el equivalente a los caballeros medievales europeos del Japón.
Tan solo unas décadas después de la abolición de la clase guerrera en Japón, el presidente de los Estados Unidos Teddy Roosevelt habló de un libro recién publicado titulado “Bushido: El alma de Japón”. Compró cinco docenas de copias para su familia y amigos. En el pequeño libro, que se convertiría en un bestseller internacional, el autor Nitobe Inazo interpreta el código samurái de comportamiento y como debe actuar el hombre caballeroso en su vida profesional y personal.
Si bien algunos intelectuales han criticado el trabajo de Nitobe como romántico anhelo de una inexistente edad de la caballerosidad; no cabe duda que su trabajo se basa en preceptos extraordinariamente antiguos de masculinidad que originaron los comportamientos de cortesía y caballerosidad en la mayoría de los Samurái. Lo que los lectores de hoy pueden encontrar más interesante del Bushido es su énfasis en la compasión, benevolencia y en otras cualidades no marciales de la verdadera masculinidad. Aquí están las ocho virtudes del Bushido explicadas por Nitobe:
1. Rectitud o justicia
Bushido hace referencia no solo a la rectitud marcial, sino a la personal: Rectitud o Justicia, es la virtud más fuerte del Bushido. Un samurái verdadero lo define así: “La rectitud es el poder de decidir sobre una conducta en concordancia con la razón, sin vacilar; morir cuando la muerte es correcta, atacar cuando atacar es correcto”. Otro la define en otros términos: “La rectitud es el hueso que da firmeza y estabilidad. Sin huesos, la cabeza no puede reposar sobre la columna, ni las manos o pies moverse. Entonces, sin rectitud no puede haber talento ni aprendizaje que convierta al hombre en samurái”.
2. Coraje
El Bushido hace la distinción entre valentía y coraje: El coraje puede ser contado como una virtud solo si se ejercita en favor de la rectitud o la justicia. En sus obras, Confucio decía: “Percibir lo que es correcto y hacerlo no necesariamente es falta de coraje” en resumidas cuentas “Coraje es hacer lo que es correcto”.
3. Benevolencia o misericordia
Un hombre que posee el poder de comandar y el poder de matar deberá poder demostrar de igual manera el poder de benevolencia y misericordia: Amor, magnanimidad, afección por los demás, simpatía y lástima, son todos rasgos de benevolencia, el atributo más alto del alma humana. Tanto Confucio como Mencio decían a menudo que el principal requerimiento de un gobernante es la benevolencia.
4. Educación ó cortesía
Para los turistas en Japón es difícil discernir entre el servilismo y la cortesía, pero para un verdadero hombre, la cortesía está en las raíces de la benevolencia: La Cortesía y los buenos modales son objeto de admiración de los turistas como un rasgo japonés distintivo. Pero la cortesía debe ser la expresión de una genuina consideración de los sentimientos del oro; es una pobre virtud si se ve motivada solamente por el miedo a ofender el buen gusto. En su más alta forma, la educación se aproxima al amor.
5. Honestidad y sinceridad
El verdadero samurái según el autor Nitobe, despreciaba el dinero, y creía que “el hombre debe odiar al dinero, pues la riqueza dificulta la sabiduría.” Los hijos de los samurái de alto rango eran criados creyendo que hablar de dinero era de mal gusto, y que la ignorancia del valor de diferentes monedas era un símbolo de la buena crianza: Bushido fomentaba el ahorro, no para razones económicas, pero para el ejercicio de abstinencia. El lujo era la peor amenaza para la humanidad y la simplicidad severa era requerida para la clase guerrera… La máquina de contabilidad y el ábaco eran aborrecidos.
6. Honor
Si bien el Bushido habla de la profesión de un soldado, también trata de temas de comportamiento no marcial: El sentido de honor, la vivida conciencia de la dignidad personal y el valor, caracterizaba al samurái. El samurái nacía y era criado valorando las labores y privilegios de su profesión. El miedo a la desgracia colgaba como una espada sobre la cabeza del samurái… Ser ofendido ante la provocación más mínima era ridiculizado y denominado “mal genio”, como reza el popular adagio: La verdadera paciencia es soportar lo insoportable.
7. Lealtad
La realidad económica ha afectado la lealtad organizacional mundialmente. Sin embargo, los verdaderos hombres mantienen su lealtad hacia quienes están endeudados: La lealtad a un superior era la virtud más distintiva de la era feudal. La fidelidad personal existe entre toda clase de hombres: Una banda de ladrones le juran lealtad a su lider. Pero solo en el código de honor caballeroso la lealtad asume una importancia trascendental.
8. Carácter y autocontrol
El bushido enseña que los hombres deben comportarse de acuerdo a un patrón moral absoluto, uno que trascienda la lógica. Lo es que es correcto es correcto, lo que es incorrecto, es incorrecto. La diferencia entre el bien y el mal, entre lo correcto y lo incorrecto son hechos, no argumentos sujetos a discusión o justificación, y un hombre debe saber diferenciarlos. Finalmente, es la obligación de un hombre enseñar a sus hijos los patrones morales a través de su propio comportamiento: El primer objetivo de la educación samurái era forjar el carácter.
Las sutiles facultades de prudencia, inteligencia y dialecto eran menos importantes. La superioridad intelectual se estimaba, pero un samurái era esencialmente un hombre que actuaba. Ningún historiador diría que Hideyoshi no era la personificación de las 8 virtudes del Bushido a lo largo de su vida. Como muchos grandes hombres, sus grandes fallas eran tan notorias como sus enormes dones. Aún así, escogiendo la compasión sobre la confrontación y la benevolencia sobre la beligerancia, demostró cualidades de masculinidad que serán invaluables a través de los tiempos. Hoy sus lecciones no pueden ser más apropiadas.