Tammy Faye y Jim Bakker se conocieron muy jóvenes. Ambos querían llevar la palabra de Dios a los demás. Y de la nada, con suerte y gracias al carisma de Tammy, levantaron un imperio de la telepredicación.
Basada en hechos reales, Los ojos de Tammy Faye nos hace un retrato de la América profunda de los años 70 y 80. Personas vulnerables a los que palabras bonitas y sonrisas les eran suficientes para enviar donativos a una pareja que creían realmente que les iba a salvar.
La película se centra más en Tammy, en su punto de vista. ¿Ingenua o impostora? Esa ingenuidad del personaje y su amor por los demás, quizá derivado de su falta de amor en la infancia, consigue que como espectadores consigamos empatizar con ella. Y suframos los engaños y malas jugadas de su marido y que ocasionan la caída de todo el imperio construido.
Jessica Chastain y Andrew Garfield realizan un magnífico trabajo.