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Los Olmecas y el misterio de sus cabezas gigantes

Por Manu Perez @revistadehisto

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Los Olmecas y el misterio de sus cabezas gigantes

Tiempo de lectura: 4 minutos

¿Quiénes fueron los Olmecas? ¿De donde vinieron? ¿Qué significan y a quien representan sus cabezas gigantes? Son parte de los Misterios que rodean a las gentes que crearon la cultura madre de Mesoamérica.

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La mayoría de los libros de Historia cuando hablan de las culturas precolombinas de Mesoamérica citan a dos grandes civilizaciones, la de los aztecas y una anterior, que se va descubriendo con el paso del tiempo, conocida como cultura Maya. Pero lo cierto es que existieron otras culturas anteriores, mucho más desconocidas, que han ido apareciendo en el siglo pasado y entre las cuales destaca la de los Olmecas.

Los Olmecas y el misterio de sus cabezas gigantes

A la cultura Olmeca se la reconoce como la cultura madre de las culturas que posteriormente se desarrollaron en el mismo territorio (tales como Teotihuacan, Zapotecas, Toltecas, Chichimecas, Totonacas, Mayas y Aztecas) y de la que heredaron muchos de los rasgos que las hacen reconocibles.

Sin embargo, la civilización de los Olmecas se diferencia del resto por un conjunto de Misterios que la rodean y que los investigadores e historiadores difícilmente se ponen de acuerdo en sus explicaciones.

Uno de ellos es su origen. Existe un consenso en decir que los Olmecas no fueron una evolución de los primeros pobladores de esas tierras, sino que vinieron de fuera. Si nos atenemos a las imágenes que nos dejaron en forma de esculturas, podemos reconocer tres tipos humanos: los africanos (que predominan), los caucásicos, los mongoloides e incluso mezclas de algunos de ellos, tan diferentes de las gentes que desenvolvieron las culturas en América del Norte, América del Sur e incluso las comentadas de Mayas y Aztecas.

Otro de los misterios se centra en sus esculturas gigantescas (de hasta 60 Tm) representando cabezas humanas. Cuando el resto de sus obras se realizaba sobre jade o serpentina, las enormes cabezas estaban hechas en basalto, piedra de la que carecían en las proximidades de los emplazamientos en donde se han encontrado.

Existe un consenso entre la comunidad científica en decir que América no fue centro de origen de homínidos y que sus primeros pobladores fueron consecuencia de migraciones que vinieron de otras partes de la superficie de la Tierra.

No hay actualmente, un tipo amerindio biológicamente homogéneo siendo la inmigración preponderante la de los pueblos mongoloides a través del estrecho de Bering. También se suele admitir que posteriormente hubo otras inmigraciones de australoides y melano-polinesios a través del Pacifico o incluso de la propia Antártida que recordemos estuvo libre de hielo entre el 15000 y el 6000 a.C.

Respecto a fechas, se piensa que las primeras oleadas migratorias asiáticas se hicieron durante la glaciación de Wisconsin. En estos sesenta mil años, el descenso del nivel del mar hizo aparecer un istmo (Beringia) que tuvo zonas libres de hielo (36000 años a.C.) conectando Siberia con Alaska y permitiendo los primeros poblamientos en el valle del Yukón.

Se han encontrado instrumentos líticos, en Lewisville (Texas) y la Isla Santa Rosa (California) fechados en 36000 a.C. y 25000 a.C.  respectivamente, por lo que si nos atenemos a ellos podríamos decir que la raza humana está en América desde hace por lo menos 360 siglos.

Y dicho esto, repasemos las dos teorías más importantes que nos cuentan de donde vinieron los Olmecas. Una de ellas se remonta al año 8000 a.C en la ciudad de Tell Halaf (Mesopotamia) en donde se desarrolló la cultura Halaf que fue precursora de la cultura Obeid que constituyo el primer estadio de la civilización sumeria.

En Tell Halaf, un grupo dominante expulsó a una parte de sus habitantes (los que serían llamados Olmecas en América) que vagaron por el desierto hasta llegar a una región de Irán en donde fundaron la ciudad de Aratta (según los textos sumerios) e iniciaron lo que se conoce como “cultura Jiroft”.

Posteriormente los Olmecas también abandonaron las tierras de Jiroft y viajaron por mar hasta las costas del actual territorio de México en donde llevaron sus conocimientos, creencias y organización.

Una segunda teoría les da un origen chino. Según varios autores, algunos años después de la caída de la dinastía Shang de China (1766 a.C – 1122 a.C)), cuando los Zhou derrocaron a los Shang, un descendiente del emperador derrocado condujo alrededor de 25000 chinos hacia el Océano oriental utilizando la corriente de Kuroshio para llegar a América.

En aquella época la flota marina china era la más avanzada que existía.

Respecto al cuando los Olmecas llegaron a América, los arqueólogos estiman que los indicios más antiguos de la cultura olmeca son de alrededor de 1200 a. C., y los más recientes son aproximadamente del año 400 a. C. Los Olmecas se establecieron en los actuales estados de Veracruz y Tabasco (México), construyendo lo que ahora conocemos como centros ceremoniales en San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes.

Los tres lugares estaban situados en zona de pantanos y bosques tropicales, llena de ciénagas y marismas y en donde abundaban las plantas parásitas, las lianas, el barro y los lodos. Este territorio era poco propicio para la agricultura y el posible desarrollo de una economía propia de la época. A pesar de todo, allí vivieron durante más de 800 años.

A la cultura Olmeca se la reconoce, hoy en día, básicamente por sus famosas esculturas de cabezas gigantes. Se han encontrado hasta hoy, un total de 17, extraordinariamente talladas, con unos pesos que oscilan de las 20 a las 60 Tm. y alturas que alcanzan los 3,4 m.

Todas menos una, que es de andesita, están esculpidas en grandes piedras de basalto extraídas de la Sierra de los Tuxtlas (Veracruz) y transportadas alrededor de 100 km hasta sus emplazamientos actuales. Son diferentes, parece que lleven un casco en la cabeza, carecen de cuerpo, representan tipos de raza negroide, ojos rasgados almendrados, labios gruesos, nariz ancha, plana y aspecto serio. En definitiva, una mezcla de tipos africanos y orientales, nada parecido a lo que hoy podemos encontrar en esas latitudes.

Autor: Antonio Masanés Pérez para revistadehistoria.es

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Bibliografía:

Alcina Franch, José: Manual de arqueologia americana. Aguilar, Madrid

Bernal, Ignacio: El mundo Olmeca. Porrúa. México

Piña Chan, Román: Una visión del México prehispánico. UNAM. México

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