Ha pasado mucho tiempo ya. Quizá demasiado. Los más veteranos sabemos que no hay salida. Que no hay futuro más allá de esta lista eterna que nunca para de aumentar. Los más veteranos sabemos que nuestro destino no va a cambiar. Siempre a la espera, siempre atentos. Por siempre olvidados.
Suelen llegar nuevos. Sonrientes, brillantes, llenos de fuerza y de ganas. Quien fuera ellos por una vez, con ilusiones, inocentes e ingenuos, con ganas de comerse el mundo. Algunos incluso triunfan, al menos durante unos días. La mayoría de ellos, acaba volviendo. No entienden muy bien que ha pasado, mantienen confusos la esperanza. No saben que ya son uno más. Han ingresado en el club de los pendientes, de los accesorios, de los "ya lo jugaré cuando tenga tiempo". Y una vez entras ahí, ya no hay escapatoria.
Si preguntan, no existimos. Nadie conoce a los olvidados, porque siempre hay un futuro para nosotros. "Cuando termine el que estoy jugando", "el fin de semana", "en vacaciones"...todo es mentira. El turno nunca llega para nosotros, porque siempre hay algo mejor. El tiempo es demasiado valioso para gastarlo en los parias. Estamos siempre en la cola.
Somos esos juegos de más que vinieron en un bundle. Somos las ofertas de Steam. Somos ese remake del original que te llegó al alma. Los juegos antiguos que cuestan dos duros. Tu biblioteca de GOG al completo.
Somos el "a diez euros si que me lo pillo". La parte polvorienta de tu estantería. Los multiplayer cooperativos que te compraste para "darle duro con un colega". Los MMORPG que te fliparon hasta el nivel 23. El pack de FX a quince euros de nada.
Somos las casitas de Minecraft a las que les falta el tejado. Ese RPG del que no te enganchó la historia. Somos Morrowind, Oblivion y Skyrim, con todos los DLCs y mods instalados. El enésimo indie que tenía pinta de molar.
Fuimos creados para ser jugados, y tú, jugador, nos has olvidado. Estamos llenos de experiencias, alegrías y tristezas, pero siempre andas demasiado ocupado como para prestarnos atención. Es tu indiferencia lo que nos mata, lo que nos vacía y nos destruye poco a poco. Lo que nos hace, al mismo tiempo, cada vez peores a tus ojos.
Si tan sólo nos dedicaras algo de tu valioso tiempo podríamos demostrar lo que podemos darte, tan sólo pedimos eso. Después, ensalza nuestras cualidades por encima de toda lógica, o resalta nuestros fallos tan fuerte como puedas. Elévanos a la categoría de Arte, o húndenos en el desprecio absoluto. Ámanos, u ódianos, pero por lo que más quieras, juéganos. Nosotros no te olvidamos. Y seguiremos esperando.
Este texto ha sido inspirado por el Sr Carca y por mi creciente librería de Steam. Gracias a ambos, creo.