Los últimos en intentar poner paz en Siria ha sido Moscú. El gobierno ruso se ofreció a negociar con el régimen de Al Asad y los opositores "sin injerencia exterior" y "sin condiciones previas".
El régimen aceptó la invitación de negociar, pero los opositores se negaron, diciendo que "solo aceptamos negociar sobre un periodo transitorio en el que no estén ni Al Asad ni cualquier otra persona con las manos manchadas de sangre".