Y, total, para qué iba a esperar a Benedict, como era tradición en entregas anteriores, si se iba a presentar con su recién estrenada mujercita. Y sí, nótese el tono de indignación: mujerci-ta. Que es lo que nos queda, indignarnos en nuestros adentros. Qué vida esta.
Así que con Benedict cazado y Helena Bonham Carter sin nominar y, por tanto, sin probabilidad de que nos deleitara con otro de sus looks Bellatrix, qué interés tenía esto, ¿eh? Si acaso ver a Mery Street que viene siendo la única leyenda que se deja caer por allí, con permiso de Clint Eastwood, claro. Porque será cosa mía pero a mí estas estrellas de ahora no me parecen tan, tan, tan de verdad como las de antes. Seré yo que, ya tú sabes, soy muy de El Padrino, pero me pregunto que dónde están Robert de Niro, Al Pacino, Diane Keaton... o Sigourney Weaber o Michael Douglas... Brad y Angelina ya sabemos que no fueron porque estaban enfadadillos por aquello de que no nominaron la peli de Angie. Es que esto es cíclico y tras años de ser los más, ahora lo que se lleva es palmear a la Anniston (fíjate tú) y torcer el morro ante Angie. Que verás tú lo que le importa a aquí la señora Pitt que Hollywood la quiera más o menos. Con ese marido, esos niños y ese todo.
Tampoco nos deleitó con su presencia George con su mujer
¿Yo estaba hablando de los Oscar, no? Retomo lo que decía, que ya no hay estrellas como las de antes, será porque las películas tienen un impacto mucho menor, seamos sinceros, que años ha. Supongo que para los cinéfilos de verdad Jessica Chastain será un icono pero para los normalitos es una pelirroja muy mona a la que hemos empezado a ver en la alfombra roja así como de repente sin saber muy bien de dónde había salido ni el porqué de tanta emoción. Más allá de las virtudes propias de la chica, que sí, nadie lo discute. Y lo mismo con tantos otros actores y actrices.
En cuanto a la calidad de las pelis, no opino porque sólo he visto dos de las nominadas, las británicas, que encima no rascaron mucha bola, más allá del LÓGICO Oscar para Eddie Redmayne. No tengo ganas ni de ver Boyhood ni de ver Birdman, más que nada porque duran tres horas largas cada una de ellas y... ¿en serio? ¿Tres horas?
En fin, HBO que estás en los cielos, cuánto tienen que aprender aquí los primos del cine...