Ya lo dijo Alcides en un epigrama: Los pactos entre bandidos y caballeros no funcionan y llevan a la cárcel al caballero. El bandido nunca se hará caballero pero el caballero termina convirtiéndose en bandido.
Revista Cultura y Ocio
La Seguridad del Estado no solo me ha prohibido viajar a Espana (que debió ser el pasado 25 de set), sino que “el companero que me atiende” me ha estado prometiendo desde el propio martes 25 que levantaría dicha prohibición, una falsedad que demerita aun más a su institución, y cuando menos, pone en entredicho su profesionalidad.
En contra de mi deseo, he pospuesto este viaje que tanta ilusión me hacía; si esto fuera un país de leyes y derechos, alguien tendría que resarcirme, porque no tengo ni una multa por pisar el césped, mucho menos que exista una razón para limitar mis movimientos, pero ser divergente -y escribirlo- me convierte en enemiga del Estado. Solo me queda -por el aquello de que no me digan luego que no lo hice- establecer una queja en Atención a Ciudadanía del Ministerio del Interior y darlo a conocer entre mis amigos.