Estamos ante lo que es un nuevo problema "silencioso" (debería incluirse en la llamada "morbilidad oculta") en el cuidado del niño. Los teléfonos móviles se han convertido en una parte cada vez más importante de nuestra vida actual y de nuestras relaciones con los demás. Un reciente y sencillo estudio- uso del teléfono por los padres que comen con sus hijos en un restaurante de comida rápida - ya vislumbra el el futuro de un problema que se generará en la relación entre padres e hijos en la vida familiar como lo fue la televisión.
Casi las tres cuartas partes de los padres utilizaron sus teléfonos al menos una vez durante las comidas, que duraban entre 10 y 40 minutos. Ello conllevaba a estar menos atentos con el niño al estar pendientes de las llamadas o de los mensajes, tener menor contacto visual, hablar menos con él, vigilarle poco y responderle más bruscamente.
Si la situación la trasladamos a la vida diaria, el impacto de este comportamiento aislacionista de los adultos con los niños puede ser enorme.