


El veto en el congreso.
El extesorero del PP, Luis Bárcenas, a su entrada de la Fiscalía Anticorrupción.









Matías Vallés, desde su blog “Al azar” sostiene que José Ramón Bauzá, president del Govern Balear, deslumbró en el Comité Ejecutivo Nacional del PP. “El president –escribe bajo el título ‘Bauzá defiende a los ricos’– se oponía a dar publicidad a las declaraciones de renta y patrimonio de los líderes autonómicos. La iniciativa emanaba del extremeño Monago, aliado y acosado de Izquierda Unida. Aunque ayer se corrigió, el titular del Govern esgrimió el argumento irrefutable de que la transparencia contable estimularía ‘un debate entre ricos y pobres’. Es la versión mallorquina del ‘que se jodan’ de Fabra y Rajoy. En contra de los temores de Bauzá, hay que promocionar una discusión desacomplejada entre los dos hemisferios de opulencia y miseria. Siempre que la ganen los ricos, por supuesto. En cambio, es forzoso coincidir con Bauzá en que la honradez sólo es exigible a los pobres. Resulta muy sospechoso que una persona haya vivido los años del esplendor económico sin enriquecerse. Su inhibición –por no hablar directamente de pereza– le obliga a explicar con todo detalle cómo se ha producido su empobrecimiento, y por qué no tiene ingresos millonarios como Bárcenas y Bauzá, que son probablemente los dirigentes del PP con rentas más elevadas. Como insinuó el president ante sus pares, un pobre sólo es un rico resentido. Si la persecución ignominiosa a quienes tienen tanto dinero como él se desplazara a castigar a los pobres por su incuria, otro gallo le cantaría a este país. Bauzá se enfrenta a diario a la ingrata tarea de gobernar una comunidad, rodeado de personas más pobres que él y asumiendo este lastre con notable estoicismo. Sin moverse de su despacho del Consolat, cada día ingresa cuatro mil euros de su farmacia en una cuenta a su nombre, un prodigio de multitasking que ninguno de los pobres gritones sería capaz de igualar. En aras del consenso en el Comité Ejecutivo del PP, se podría empezar por desterrar a todos los pobres y parásitos –son indistinguibles– que tanto incomodan a Bauzá. En el paraíso de ricos resultantes, se publicarían las declaracionesde la renta sin que fomentaran el debate con los pobres, perdedores de antemano en la discusión”.


















