Muchos medios de comunicación tradicionales hicieron un trabajo periodístico deficiente al momento de revelar los Pandora Papers.
Los Pandora Papers abrieron un debate en torno a la responsabilidad y la ética periodística. Medios de todo el mundo se unieron al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) para llevar adelante una investigación global y presentar las revelaciones de la mayor filtración de registros financieros de toda la historia. En total, se filtraron casi 12 millones de documentos de 14 estudios de abogados dedicados a la creación de estructuras offshore en paraísos fiscales.
De acuerdo con el portal argentino Infobae, que formó parte de la red de 149 medios que se unieron a la investigación, los documentos van desde 1970 a 2020 y "muestran distintas operaciones como el establecimiento de empresas fantasma hasta movimientos de cuentas bancarias en más de 30 jurisdicciones y al menos 10 paraísos fiscales. El trabajo revela negocios y secretos financieros de más de 30 líderes de Estado, 330 políticos y funcionarios de más de 90 países, decenas de multimillonarios que integran los rankings de la revista Forbes, empresarios. También celebrities, cantantes y estrellas del fútbol mundial".
El número de celebridades expuestas es asombroso: Roberto Mancini, técnico de la selección italiana, Pep Guardiola, Miguel Bosé, Julio Iglesias, Luis Miguel, Mario Vargas Llosa, Shakira; todos aparecieron en las filtraciones como personas que planifican su patrimonio en paraísos fiscales. Y aquí es donde inicia la controversia: ¿acaso es ilegal lo que hicieron estas celebridades? Los mismos medios que llevaron adelante lo explicaron: no es ilegal o no saben si hubo algún acto ilícito de por medio.
El valor periodístico de los Pandora Papers, en muchos casos, no existió
Las estructuras offshore no son ilegales y si un millonario planifica su patrimonio en un paraíso fiscal de forma legal, con todos los papeles en regla, el valor periodístico de ese artículo en particular pierde todo el interés noticioso.
El problema es que muchos medios tradicionales que participaron de la investigación, a falta de conflicto legal encontrado, plantearon el problema moral y ético dentro de un trabajo de investigación. Esto escribía El País de España en uno de sus tantos artículo s sobre los Pandora Papers:
"Una constelación de personajes poderosos de Latinoamérica ha hecho uso a lo largo de los años de paraísos fiscales. Pese a habitar la región más desigual del planeta, esta élite ha empleado una telaraña de fideicomisos, sociedades interpuestas y archivos mercantiles opacos en sitios como las Islas Vírgenes Británicas o Panamá para evitar el escrutinio público de una parte sustanciosa de sus bienes. Todo un entramado que ahora, con la publicación de los Papeles de Pandora, sale a la luz".
Aquí una disyuntiva periodística. Una de las primeras lecciones que se enseñan en la facultad de periodismo es no opinar ni hacer juicios de valor en los trabajos de investigación. Cuando se expone que unos "personajes poderosos" en "la región más desigual del planeta" llevaron su dinero a paraísos fiscales se está planteando intrínsicamente un debate moral y ético: ¿está bien que un millonario o empresario en Latinoamérica lleve su dinero a un paraíso fiscal así sea legal? Allí ya entrará el juico de valor y la opinión de cada periodista, pero esa postura no debería manchar la objetividad del trabajo de investigación y allí es donde diversos medios fallaron.
Por ejemplo, la BBC publicó un artículo con el siguiente título: "Pandora Papers: qué es la "corrupción legal", el mecanismo que utilizan políticos y empresarios para esconder millones de dólares al año en paraísos fiscales".
El término "corrupción legal" en el título no es una frase de la BBC, sino una cita a una de sus fuentes consultadas, el señor Dan Hough, jefe del Departamento de Política en la Universidad de Sussex en Inglaterra, y autor de "Analyzing corruption".
Captura de pantalla del título de la BBC.El señor Hough analizó en el medio británico que las estructuras offshores "son completamente legales. Y es precisamente por eso que son tan cuestionables". Para Hough, este tipo empresas son "forma más evidente hoy en día de "corrupción legal"", según la BBC.
El medio inglés también recae en un problema de ética cuando se dispone a explicar qué es una estructura offshore y utiliza, como parte esencial de su título, la postura subjetiva de una persona que está inequívocamente en contra de los paraísos fiscales. El medio, para guardar el balance, debió consultar, al mismo tiempo, a una persona del otro polo: personas que defiendan o expliquen con mayor precisión qué es una estructura offshore sin tintes ideológicos.
¿Plantearon los medios todos los escenarios o solo una cara de la moneda?
Cuando un trabajo periodístico muestra, de forma sesgada, solo una cara de la información y de las opiniones con respecto a un tema se empieza a restringir información a la audiencia. Y eso es un grave fallo periodístico.
Rafael Álvarez Loscher, abogado y Asesor de Corporaciones Internacionales, explicó a El American varios de los puntos clave para entender cómo funciona una estructura offshore. Álvarez detalló en particular qué es una elusión fiscal y por qué no es igual a una evasión, por qué muchos ricos deciden poner su patrimonio en un paraíso fiscal -no siempre la razón es evitar pagar impuestos- y también dio sus impresiones sobre el trabajo de los medios al momento de exponer los Pandora Papers.
"Por una parte, pienso que el esfuerzo de investigación es positivo, quizá mal enfocado; me explico: una cuestión en particular es exponer la corrupción, los delitos, y las personas que pudieran estar realizando actividades contrarias al derecho, y por otra, exponer una gran cantidad de data sin importar de quién se trate y por qué esas personas tienen inversiones, propiedades, negocios, fuera de sus países de residencia", dijo Álvarez.
"Tener empresas en el extranjero, crear una estructura patrimonial, no es un acto ilegal. Muchas veces se crean para poder proteger patrimonios familiares, para proteger inversiones en caso de expropiaciones, para crear vehículos de inversión en el extranjero, incluso establecer subsidiarias o mecanismos para captación de fondos para negocios, no necesariamente con fines tributarios", añadió.
Con respecto a la evasión y la elusión, el abogado también es muy claro: "La evasión es, y de manera muy resumida, cuando nace la obligación de pago del impuesto, no se pagan los impuestos que corresponden a través de la ocultaciónde ingresos o de información, pero si ha nacido la obligación tributaria".
"En cambio", continuó, "La elusión fiscal es utilizar esas pequeñas lagunas que permite la legislación y reducir el impacto fiscal. Ciertamente entre las dos hay una delgada línea que las define y que hay que tener en cuenta".
Martín Litwak, abogado especialista en planificación patrimonial, también respondió varias preguntas de El American con respectó a los Pandora Papers, la evasión y la elusión fiscal y la cobertura mediática.
"La diferencia básica es que la planificación patrimonial es, en todo momento y lugar, una actividad licita; en cambio la evasión es un delito", dijo Litwak. "Nadie puede obligar a una persona, si tiene dos opciones legales delante suyo, a organizar sus negocios o patrimonio de manera de pagar más impuestos o tener una sucesión más complicada. Fíjate que el propio consorcio de periodistas, pudiendo organizarse como una corporación en Estados Unidos, lo hizo como una non-profit para de manera lícitamente pagar menos impuestos".
Tanto Litwak como Álvarez coincidieron en que no todos los medios hicieron un trabajo periodístico deficiente, pero sí hubo casos donde, innecesariamente, expusieron a personas privadas que decidieron mover su dinero a una jurisdicción más segura, con instituciones más fuertes, con líneas de sucesión menos burocratizadas-complejas y, también, menos impuestos.
"En mi opinión, la verdad que no está bien que se exponga a personalidades y celebridades que planifican su patrimonio en un paraíso fiscal; máxime cuando estas personas ya arreglaron sus temas con los fiscos de los países donde viven o no hicieron nada ilegal", explicó Litwak.
"Me parece que eso es algo que deberían cambiar en ocasión de la próxima filtración. Es decir, deberían exponer solo a políticos y a empresarios con vínculos con el poder, ya que en ambos casos se trata de gente con responsabilidad frente a los ciudadanos. Pero no veo nada que justifique exponer a un futbolista o cantante que, pese a ser famoso, no deja de ser un ciudadano de a pie".
Aquí es donde radica el principal problema ético de los medios en este asunto: el morbo. Presentar a Julio Iglesias o determinado artista de la misma forma que se presenta a potenciales criminales con vínculos corruptos. El País, por ejemplo, decidió difundir sus notas con diseños amarillistas de las personalidades que aparecieron en las filtraciones sin diferenciarlos de algunos de los posibles criminales que están en la lista.
No todo el mundo sabe cómo funciona una estructura offshore y un tweet, junto a un diseño llamativo y un título amarillista basta para dañar la imagen de esa persona.
Además, no hay que perder de vista que muchos empresarios medianos y grandes (no necesariamente millonarios) utilizan las estructuraras offshores por mera supervivencia.
En Latinoamérica las instituciones son corruptas, la contraprestación tributaria es bajísima, la seguridad jurídica deja mucho que desear, los Estados son gigantes e ineficientes y los impuestos, en muchos casos, exagerados. Argentina, por ejemplo, ha sido denominado como un "infierno tributario". Por este tipo de regímenes fiscales es que nacen los paraísos fiscales; no viceversa. Si este contexto no es explicado en los medios durante el reportaje, la información no solo es incompleta, sino descontextualiza e inexacta. Y muchos medios, desafortunadamente, obviaron esta realidad.