Elementos blindados y antiaéreos proporcionan cobertura a un puente recientemente capturado.
Camaradas,
Los audaces golpes de mano de Guderian, tal y como se ha venido relatando, han llevado a sus Panzer a la retaguardia del Grupo de Ejércitos de Timoshenko desplegado en Ucrania en torno a Kiev. Tras atravesar los ríos Desna y Seym en una serie de operaciones brillantes, las puntas de lanza acorazadas del Grupo de Ejércitos Centro rodaron a toda velocidad hacia el sur a través del campo abierto.
Mientras tanto, ¿qué es de von Kleist? ¿Dónde se encuentra el brazo sur de las gigantescas tenazas que el Führer ha ingeniado cerrar sobre Kiev? Lo cierto es que los Panzer de Kleist han sido retenidos astutamente durante días de modo que los rusos no tuvieran tiempo de darse cuenta antes de lo debido del desastre que está a punto de caer sobre ellos.
El avance hasta el Dnieper del Grupo de Ejércitos Sur, incluyendo la Batalla de Uman, desde el 22 de junio hasta los primeros días de septiembre. A día diez de septiembre, los Panzer de Kleist, desplegados cerca de Kremenchug, no han iniciado todavía su movimiento hacia el norte.
Durante el atardecer del 10 de septiembre, el XLVIII Cuerpo Panzer de Kleist, al mando del General Kempf, alcanzó la orilla occidental del Dnieper cerca de Kremenchug, donde el 17º Ejército Soviético mantenía una pequeña cabeza de puente. Aquí, también, el terreno y las carreteras habían quedado convertidos en lodazales debido a una serie de tormentar de finales de verano y a las lluvias torrenciales. A pesar de ello, al mediodía del 11 de septiembre los ingenieros alemanes lograron tender un puente provisional. Elementos de la 16ª División Panzer cruzaron al otro lado. A lo largo de la noche del 11 al 12 toda la división procedente de Rhineland-Westfalia rodó y marchó al amparo de la oscuridad y de la lluvia a la otra orilla. A las 09:00 de la mañana del día 12, los Panzer de Hübe iniciaron el asalto. Contra un enemigo que resistía con tenacidad, la división avanzó 43 millas en 12 horas a través de carreteras anegadas en fango hasta la rodilla. Detrás le seguía la 9ª División Panzer vienesa del General Hubicki.
La batalla de Kiev desde el 1 al 10 de septiembre. El brazo sur de la tenaza por fin se ha puesto en marcha.
Ayer, día 13 de septiembre, la 16ª División Panzer se lanzó sobre Lubny. La defensa de la población corría a cargo de unidades antiaéreas y milicias de obreros, así como formaciones de la NKVD, la policía secreta de Stalin. La 3ª Compañía del Batallón de Ingenieros de la 16ª División Panzer capturó el puente sobre el Sula en un golpe por sorpresa. Haciendo uso de “Stukas a pie” –morteros de humo Nebelwerfer ululantes- confundieron y cegaron al enemigo y, en un asalto repleto de inspiración tomaron los suburbios de la población. Detrás de ellos vino el 2º Batallón del 64º Regimiento de Infantería. Se desató entonces una furiosa batalla callejera. El comandante soviético de la plaza había puesto sobre las armas a toda la población civil. Había disparos desde los tejados y desde los sótanos. Detrás de las barricadas unidades de combate provistas de cócteles Molotov lanzaban una lluvia de gasolina y fuego sobre los Panzer. La orgía de acero y llamas se prolongó durante todo el día.
Combates callejeros en Lubny.
Hoy, domingo 14 de septiembre, el 79º Regimiento de Infantería se ha incorporado a los combates. A primera hora de la tarde, Lubny se encuentra ya en manos alemanes. Al atardecer, el destacamento de reconocimiento de la 16ª División Panzer se encuentra todavía a 60 millas de las vanguardias de la 3ª División Panzer de Model, la punta de lanza que Guderian dirige desde el norte.
Soldados bolcheviques manejan un mortero pesado.
Los rusos se han dado cuenta finalmente del peligro que se cierne sobre ellos. El reconocimiento aéreo de las Luftflotte 2 y 4 informan de que columnas enemigas de todo tipo se desplazan desde el frente del Dnieper contra las formaciones de Guderian y de Kleist, en dirección al hueco todavía abierto. El hueco debe rellenarse para impedir que importantes elementos de las fuerzas soviéticas logren escabullirse.
Tanquistas soviéticos intentan localizar a los alemanes sobre un mapa.
Atacando desde el norte, las divisiones de Guderian han logrado capturar Romny y Priluki. Model, con un solo regimiento, avanza penosamente sobre carreteras embarradas hacia Lokhvitsa. El resto de su 3ª División Panzer se encuentra atascada en el barro muy atrás. El Comandante Pomtow, Jefe de Operaciones de la 3ª División Panzer, se atusa el pelo.
Todavía hay una separación de 30 millas entre los dos Grupos Panzer. Un agujero de 30 millas de ancho. Los aviones de reconocimiento soviéticos describen círculo sobre el mismo, dirigiendo a las columnas de suministro a través de las líneas alemanes. Reunidos apresuradamente, grupos de tanques soviéticos se adelantan para abrirles paso. El General Geyr von Schweppenburg en sus Cuarteles Generales avanzados de pronto se ve bajo el ataque de una de estas columnas rusas que intentan atravesar el anillo alemán. Los Cuarteles se convierten en un fortín. Se envía una señal de SOS al 2º Batallón del 6º Regimiento Panzer. Pero todavía se encuentran a 12 millas de distancia. Por los pelos, la 2ª Compañía del Teniente Vopal consigue salvar al General al mando del XXIV Cuerpo Panzer de una muerte casi cierta. La ofensiva hacia el sur prosigue.
Columna motorizada alemana camino de Kiev.
La hora, las 12:00 del mediodía. El lugar, una carretera embarrada cerca de Lokhvitsa. “¡Teniente Warmann, preséntese ante el Comandante!” La orden recorre toda la columna. Wartmann, al mando de una compañía Panzer, se abre paso a través del barro hasta el Panzer de mando del Teniente Coronel Munel, el nuevo oficial al frente del 6º Regimiento Panzer. Un cuarto de hora después los Panzer arrancan sus motores y los transportes blindados de infantería del 3º Pelotón, 1ª Compañía, 394º Regimiento a las órdenes del Sargento Schroder se desplazan hacia la derecha para abrir paso a los Panzer. Los tanquistas retiran el camuflaje de sus vehículos: el Teniente Wartmann está organizando un poderoso destacamento para llevar a cabo un reconocimiento hacia el sur. Las órdenes que ha recibido son: “Atraviese las líneas enemigas y establezca contacto con las formaciones avanzadas del Grupo Panzer de Kleist.”
A las 13:00 horas el pequeño grupo de combate atraviesa el frente alemán cerca de Lokhvitsa. Los Stukas los escoltan a corta distancia. El sol brilla sobre un cielo sin nubes. El campo ondulante se extiende hasta el horizonte. En frente se encuentra el oscuro perfil de un bosque. Tienen que atravesarlo. De pronto, una columna soviética batiéndose en apresurada retirada se cruza en su camino –vehículos de suministro, artillería pesada, batallones de ingenieros, tripulaciones terrestres de aeródromos, unidades de caballería, servicios administrativos, columnas de suministro de combustible. Los vehículos son arrastrados por tractores y caballos. Transportan barriles de petróleo y aceite.
Tractores soviéticos, hechos pedazos.
“¡Torreta a la una, proyectiles explosivos! ¡Fuego!” Los vehículos de combustible arden como antorchas. Los caballos caen despanzurrados. Los rusos se escabullen hacia el bosque y detrás de las granjas de paja de un pueblo. Cunde el caos en la carretera.
El destacamento alemán reanuda la marcha. Su tarea no es combatir al enemigo, sino contactar con las avanzadillas del Grupo de Ejércitos Sur. Todavía están en contacto por radio con la División. Allí, el Comandante Pomtow se sienta junto al operador de radio, tratando de seguir el informe de la unidad de reconocimiento acerca de las disposiciones enemigas, terreno y puentes. Pomtow lee: “Tenaz oposición enemiga.” Entonces se produce el silencio. ¿Qué ha ocurrido?
Un tanquista de la 3ª División Panzer observa el terreno a través de sus binoculares desde la torreta de su Panzer III. Obsérvese la insignia de la División: el oso berlinés.
Desde el Panzer de Wartmann, mientras tanto, la situación se ve de la siguiente manera: Los carros arrastrados por caballos y los tractores se encuentran sobre la carretera, abandonados. Fuego de ametralladora y artillería antitanque llega desde los campos de girasoles. Wartmann detiene sus tanques y mira a través de los binoculares. Un molino sobre una colina cercana atrae su atención. Se comporta de manera extraña: hace un momento sus aspas giraban en un sentido y a continuación en el sentido contrario. Entonces, se detienen de golpe. Wartmann suelta un silbido. Claramente, ahí dentro se encuentra un observador enemigo, dirigiendo las operaciones. “Panzer, marsch!” Un momento después, los proyectiles de 5 cm estallan contra el molino de viento, cuyas aspas no vuelven a girar. Adelante.
Un oficial alemán, en este caso Heinz Guderian, presta atención a las importantes noticias que le llegan de manos de sus operadores de radio.
El operador de radio de Pomtow, con los auriculares sujetos a su cabeza, escribe: “1602 horas. Alcanzado Luka, atravesado el río Sula por puentes intactos.” Pomtow sonríe. Eso son buenas noticias. El destacamento de Wartmann continúa avanzando a través de un terreno harto difícil plagado de senderos hundidos, marismas y bosquecillos. En cada recodo del camino se ven columnas soviéticas.
Los Panzer de Wartmann han cubierto 30 millas. El día está terminando. De pronto, se pierde el contacto radiofónico. Al sur, la silueta de una ciudad se distingue contra el cielo del atardecer. No ha duda de que se trata Lubny, la zona donde opera la 16ª División Panzer. Pueden oir el ruido de la batalla. Evidentemente se han acercado a las líneas de combate del frente ser. Pero, ¿dónde está el enemigo? ¿Está al frente o se encuentra a punto de abalanzarse contra su flanco?
Con precaución, los vehículos blindados de reconocimiento que acompañan a los Panzer se abren paso a través de un vasto campo de maíces con el grano cosechado recogido en grandes fardos. Se deslizan de un fardo a otro. De pronto, un avión aparece sobre sus cabezas. “¡Mirad, un avión alemán de reconocimiento!” “¡Bengala blanca!”, ordena Wartmann. La bengala sale disparada desde la torreta del Panzer. Las señales blancas siempre significan: alemanes aquí. Un momento de tensión. Si, el avion la ha visto. Reduce la altitud y da vueltas en círculo. “¡Va a aterrizar!” En seguida, la máquina rueda hasta detenerse entre los fardos del campo de maíz, justo entre las líneas enemigas. Se producen muchas risas y estrechar de manos.
Un avión alemán de reconocimiento aterriza detrás de las líneas rusas.
A día de hoy nadie sabe quiénes son los tres resolutivos aviadores. Informan al Teniente Wartmann sobre la situación en el frente: a menos de seis millas de distancia están las unidades de la 16ª División Panzer de Kleist. Un momento después el avión despega de nuevo. Los hombres de Wartmann pueden verlo volar bajo más allá del ancho barranco, dejando caer un mensaje.
“Panzer, marsch!” Y hacia adelante continúan. A través del barranco y sobre el extremo opuesto.
Infantería en uniforme gris asciende la loma en orden de batalla. “¡Bengalas blancas!”, ordena Wartmann por segunda vez en el día de hoy. Inmediatemente llega la respuesta – también en forma de bengalas blancas. Los hombres gritan de alegría y levantan los brazos. Se trata de la 2ª Compañía del Batallón de Ingenieros de la 16ª División Panzer a las órdenes del Teniente Rinschen. Los dos oficiales estrechan sus manos en medio de escenas de entusiasmo. Su apretón de manos significa que la trampa 130 millas al este de Kiev ha sido cerrada, aunque de momento sólo simbólicamente.
La bolsa de Kiev a día de hoy, tras establecerse el enlace entre elementos de la 3ª y 16ª Divisiones Panzer.
En los Cuarteles Generales la radio de repente vuelve de nuevo a la vida. “¡Conexión restablecida!”, exclama el operador de radio. Entonces escucha. Cinco minutos más tarde el Jefe de Operaciones dicta a su dibujante de mapas la siguiente entrada, a ser situada junto a un diminuto lago azul: “14 de septiembre de 1941, 1820 horas, enlace del 1º y 2º Grupos Panzer.”
En el huerto junto a los Cuarteles Generales del 2º Regimiento Panzer los tanques y transportes blindados de tropas con la G blanca y la K blanca se encuentran unos junto a otros, bien camuflados bajo árboles y setos. El cielo cobra vida con los relámpagos de la artillería y el ulular de las salvas de los morteros. Se ha abierto el telón al último acto de la mayor batalla de cerco en la historia militar.
Es lebe die Panzergruppe Guderian und Panzergruppe Kleist!
Deutschland siegt an allen Fronten für Europa!