♦♦Ganadora del Dagger Award♦♦
«Un vibrante recorrido por las calles y el alma de Glasgow que pone al descubierto una sociedad escocesa marcada por la violencia y la corrupción»
La primera novela de William McIlvanney, Remedy is None , ganó el Geoffrey Faber Memorial Prize y con Docherty ganó el Whitbread Award for Fiction. Laidlaw y The Papers of Tony Veitch , los dos primeros libros de la trilogía de Laidlaw, ganaron Silver Daggers de la Crime Writers ‘Association, mientras que el tercero de la serie, Strange Loyalties, ganó el Glasgow Herald’s People’s Prize. Tras su muerte en diciembre de 2015 se estableció el Premio McIlvanney; que premia el mejor libro sobre crimen escocés en Bloody Scotland, el Festival Internacional de Escritura Criminal de Escocia.
William McIlvanney no es muy conocido por el publico en general, pero para los seguidores de serie negra es un escritor de culto y la razón está en lo que he escrito anteriormente y si leéis el libro lo saboreareis en primera persona.
No es una novedad, pues la primera edición en inglés de Los papeles de Tony Veitches es de 1983, pero ha sido un acierto que Salamandra Black la recupere para satisfacción de los lectores seguidores del género negro o para los más puristas de Tartan Noir y así leer la continuación de Laidlaw que en su día publicó RBA Libros y está descatalogado. Aunque para terminar la trilogía nos faltaría Extrañas lealtades publicado en su día por la Editorial Península y también totalmente agotado. La buena noticia es que Salamandra Black tiene previsto, sin fecha por ahora, publicar las otras dos partes.
En este segundo libro de su monumental serie Laidlaw, McIlvanney cuenta la historia de Eck Adamson, un vagabundo alcohólico entrado en años, con barba de naufrago y apestando a alcohol, es ingresado en el Royal Infirmary de Glasgow. Agonizante en una sala de urgencias, el vagabundo no para de repetir el nombre del inspector Jack Laidlaw, y dado que ningún policía se habría tomado la molestia de acudir al hospital, sus palabras habrían caído en saco roto de no ser porque Laidlaw, haciendo honor a su fama de protector de los pobres y predilecto de los damnificados, acude a escuchar al moribundo. Y su diligencia tiene premio: en las crípticas palabras finales de Eck («me dieron un vino que no era vino»), Laidlaw descifra la clave para resolver el asesinato de un rufián del mundo del hampa y, al tiempo, aclarar la desaparición de Tony Veitch, un joven universitario de buena familia, grafómano e idealista.
Los papeles de Tony Veitch es un vibrante recorrido por las calles y el alma de Glasgow, una ciudad marcada por la violencia y la depravación. Gracias a una prosa elegante y depurada, un humor sombrío y unos diálogos inolvidables, William McIlvanney es considerado hoy unánimemente una mezcla perfecta de Raymond Chandler y Albert Camus, y Los papeles de Tony Veitch, una obra maestra del género negro.
Lee y disfruta de un fragmento de la novela.
El autor:
William McIlvanney (Kilnarnoch, 1936 – Glasgow, 2015) estudió literatura inglesa en la Universidad de Glasgow y hasta 1975 se dedicó a la docencia, una labor que abandonó para consagrarse a la literatura. Autor muy laureado, obtuvo en 1967 el Geoffrey Faber Memorial Prize con su primera novela Remedy is None; el Whitbread Award de ficción en 1975 con Docherty; el CWA Silver Dagger en dos ocasiones, en 1977 con Laidlaw y en 1983 con Los papeles de Tony Veitch; y el People’s Prize del Glasgow Herald en 1992 con Extrañas lealtades, el tercer libro de la trilogía dedicada a Glasgow y al inspector Laidlaw.
El libro:
Los papeles de Tony Veitch (título original: The Papers of Tony Veitch, 1983) ha sido publicado por la Editorial Salamandra en su Colección Salamandra Black. Traducción de Antonio Padilla Esteban. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 332 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento pongo un vídeo en inglés titulado William McIlvanney en el Festival Literario de Dundee 2013.
Para saber más:
William McIlvanney en Wikipedia.