Los paraísos fiscales son territorios o Estados que se caracterizan por aplicar un régimen tributario favorable a las empresas no residentes, que se domicilien en el mismo. Se considera que normalmente las ventajas otorgadas consisten en una exención total o una reducción significativa en los pagos de los impuestos. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), evalúa cuatro factores clave para determinar si una jurisdicción es o no un paraíso fiscal:
1- La jurisdicción no impone impuestos o éstos son sólo nominales. Si no hay impuestos directos pero sí indirectos, se utilizan los siguientes tres factores para determinar si es o no un paraíso fiscal. 2- Si las leyes no permiten el intercambio de información con otros países en relación a contribuyentes que se benefician con los bajos impuestos. 3- Si hay falta de transparencia. 4- Si se permite a los no residentes beneficiarse de rebajas impositivas, aún cuando no desarrollen una actividad en el país.
Otra de las características de los paraísos fiscales es que suelen convivir dos regímenes fiscales. Por un lado, el que afecta a los residentes y empresas locales, y por el otro, el de los no residentes, que gozan de ventajas fiscales. Asimismo los paraísos fiscales suelen tener estrictas leyes de secreto bancario y de protección de datos personales. Es por ello que históricamente se los ha acusado de servir de cobijo a evasores de impuestos, terroristas y narcotraficantes. Los principales paraísos fiscales según la lista de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico son:
Andorra Anguila Antigua y Barbuda Antillas Holandesas
Aruba Bahamas Bahrein Belice
Bermudas Dominica Gibraltar Grenada
Islas caimán Islas Cook Islas Marshall I. Turcas y Caicos
I. Vírgenes Britanicas Liberia Liechtenstein Monaco
Montserrat Nauru Niue Panamá Samoa
San Cristobal Neves San Marino San Vicente Granadinas
Santa Lucía
Vanuatu