Tras varios años de pérdidas en periodos festivos, los pasteleros encaran esta Semana Santa con cierto pesimismo y el cálculo de que el consumo de dulces en estos días caerá una media de un 10 % en España a consecuencia de la crisis y de un mayor desapego a la tradición.
Así lo ha avanzado el presidente de la Confederación Española de Empresarios de la Pastelería, Salvador Santos, quien reconoce que estas fiestas experimentan cada año una caída “más pronunciada del consumo de productos típicos”, ya que se han convertido “en unas vacaciones anticipadas cada vez más alejadas de la celebración tradicional”.
Santos ha precisado que, en estas fechas, son las grandes ciudades las que más sufren la caída de ventas, ya que muchos residentes viajan fuera, muy a menudo a pueblos o ciudades más pequeñas, donde “se mantiene más la tradición”.
Una de las zonas donde los pasteleros expresan un mayor optimismo es en Cataluña, donde a pesar de la crisis el domingo de Pascua muchos padrinos aún regalan a sus ahijados la típica “mona” de chocolate, en la que este año los consumidores invertirán entre 25 y 75 euros.
El gremio de pasteleros de Barcelona espera mantener las ventas del año pasado -que ascendieron a 660.000 unidades-, aunque las “monas” que se compren este año serán “más pequeñas”, lo que supondrá una reducción de los ingresos.
La Pascua también está muy arraigada en Asturias, donde las monas se conocen como “bollos”, un dulce “que existe y seguirá existiendo mientras haya niños, ahijados y padrinos”, ha subrayado a Efeagro el vicepresidente del gremio de pasteleros de la comunidad autónoma, Carlos García.
“En las fiestas afortunadamente mandan los niños”, ha recalcado García, quien espera que las ventas se mantengan con respecto a la temporada pasada, “en línea con los últimos años”.
En otras Comunidades Autónomas, desde Cantabria a Andalucía, los artesanos “miran al cielo” conscientes de que las malas previsiones meteorológicas son un enemigo del turismo y, por tanto, del consumo.
“Muchas pastelerías decoran sus escaparates, pero en la mayoría de los casos es simplemente para atraer a los turistas y no se traduce en grandes cifras de ventas”, ha explicado a Efeagro el presidente del gremio regional de confiteros de Cantabria, Luis Salas.
Desde Murcia, el presidente de la Asociación Regional de Empresarios de Pastelería, Antonio Cano, ha lamentado que “el consumidor haya perdido el norte a la hora de consumir, porque cada vez conoce menos los oficios artesanales”.
“Si el cliente no nos rescata, ni vuelve a valorar nuestro trabajo, estamos abocados a la desaparición; tristemente ese es el futuro de la pastelería”, ha añadido Cano.
En 2012 las ventas de la pastelería artesana se desplomaron en el conjunto de España alrededor de un 30 %, con caídas de entre un 5 %, en Bilbao y hasta un 35 % en Madrid y Barcelona.
Fuente: EFE Agro
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